Gustavo Castro: “Casi todos los países de América Latina están modificando su legislación para criminalizar a la gente que se moviliza”

El activista ambientalista mexicano Gustavo Castro, único testigo del asesinato de la también ambientalista hondureña Berta Cáceres, acudió como invitado el pasado jueves 23 de febrero a la presentación en Zaragoza del informe realizado por Amnistía Internacional, ‘La situación de los derechos humanos en el mundo’

Gustavo Castro. Foto: Pablo Ibáñez (AraInfo)

El pasado jueves 23 de febrero, Amnistía Internacional presentaba en Zaragoza el informe ‘La situación de los derechos humanos en el mundo’. Al acto, celebrado en el Colegio de Abogados de la capital aragonesa, acudió como invitado el activista ambientalista mexicano Gustavo Castro, único testigo del asesinato de la también ambientalista indígena hondureña Berta Cáceres.

Antes de exponer la charla ‘Derechos humanos y la defensa del Medio Ambiente en América Latina. De la protesta a la muerte’, Gustavo Castro tuvo la amabilidad de atender a AraInfo y nos concedió una pausada y sosegada entrevista. Por supuesto, con el respeto a los derechos humanos como hilo conductor de la misma.

José de los Santos, líder del pueblo Tolupán; Isidro Baldenegro, activista mexicano galardonado en el año 2005 con el premio Ambiental Goldman por su defensa de la Sierra Madre Occidental; Juan Ontiveros, defensor del territorio de la Sierra Tarahumara; y por supuesto Berta Cáceres, asesinada hace ahora un año. Todas estas personas, activistas ambientalistas, fueron asesinadas durante el último año en América Latina. ¿Cómo se encuentra en estos momentos la situación dentro del movimiento en defensa del medio ambiente tras estos trágicos acontecimientos?

La violencia sigue, nunca se apaga. Hubiéramos pensado que con el asesinato de Berta el Gobierno hondureño se iba a rendir, pero en absoluto. Las intimidaciones continúan y los asesinatos también. No sé cómo se va a detener eso en este país. Creo que el contexto que se viene en un futuro inmediato, de igual manera con más inversiones y con los tratados de libre comercio, está obligando a los gobiernos a garantizar inversión que implica la disputa del territorio a la gente para la construcción de gaseoductos, oleoductos, represas, proyectos mineros, plantaciones de monocultivo de palma… todo esto significa sacar a la gente de sus territorios. Considero que la situación del movimiento ambientalista va en aumento, aunque los gobiernos tratan de intimidar mucho para evitar, sobre todo, la movilización.

Por ejemplo, hace unos días, el Gobierno de Honduras aprobaba un nuevo Código Penal que decreta que toda la movilización puede ser considerada terrorismo. Esto no es nuevo. Todos los gobiernos en América Latina vienen modificando las leyes para criminalizar cualquier movilización y garantizar a la empresa la extracción de los recursos. Criminalizan de tal manera que lo que antes era considerado legal, un derecho humano, movilizarte, protestar… Ahora sales a la calle y te acusan de crimen organizado. Bloqueas la carretera para detener a la empresa y eso es secuestro. Cambian el Código Penal para que eso sean seis años de cárcel. Son muchos los mecanismos para legalizar y justificar la represión, la criminalización, y al mismo tiempo para ahuyentar.

Pero lo cierto es que los proyectos siguen, el robo de tierras sigue y los subsecuentes acuerdos de libre comercio están implicando que los gobiernos tengan que seguir garantizando y abriendo las fronteras y vendiendo absolutamente todo, pero la gente se sigue movilizando, la resistencia continúa y el movimiento sigue aumentando. Lo que se ha hecho más visible es la violencia contra las mujeres. Una de las explicaciones puede ser que la crisis ha creado tanto desempleo y pobreza que los hombres han migrado. Las mujeres se han quedado al frente de su casa con los niños, con su tierra, cuidando el cafetal, cuidando el río, cuidando su casa… incluso muchas veces ni siquiera son dueñas, porque los dueños son los maridos, aunque a veces ni los esposos son los dueños de la tierra. Pero lo que es cierto es que a los gobierno eso no les importa.

Antes recuerdo que en las movilizaciones se enfrentaba la gente a la policía o al ejército, y delante estaban los niños y las mujeres y los hombres estaban atrás. No era tan fácil que se atrevieran a violentar a las mujeres, por eso, esta era una estrategia que siempre se usaba. Ahora ya les da igual. Aparecen las mujeres violadas, torturada, feminicidios… porque ahora el terreno de la lucha también ha pasado a las mujeres y de alguna manera afecta de manera psicológica al movimiento. No es lo mismo que te metan a ti a la cárcel, a que metan a una anciana o a una mujer. Y esto sí que golpea más fuerte al movimiento, además lo saben. La escalada de violencia contra las mujeres que están en la lucha provoca el aumento de feminicidios, cada vez más, pero a ellos –a los gobiernos- les importa bien poco.

Foto: Pablo Ibáñez (AraInfo)
Foto: Pablo Ibáñez (AraInfo)

Los tratados de libre comercio parece que se están convirtiendo en una herramienta de las grandes corporaciones para hacerse, entre otras cosas, con el control de los recursos y al mismo tiempo supeditar a los gobiernos. ¿Qué opinión le merecen?

Algo que no se ve, o no se dice, o no se analiza, es el hecho de que con los tratados de libre comercio los gobiernos están obligados, porque quieren o consienten, a modificar la legislación y cuando llegan las empresas transnacionales, y si en el marco del tratado de libre comercio el gobierno no ha cumplido con ello, éstas te demandan. Ya sea porque en el tratado implicaba una flexibilización laboral y no lo hiciste, si subsidias un sector se considera competencia desleal, si no modificas el Código Laboral que implica contrato ya por horas, no contratos permanentes, si no flexibilizas las leyes ambientales, porque no modificaste la ley de inversión extranjera que les permite ya invertir en playas, en petróleo, en energía y sectores estratégicos, si no consiguen hacer todo esto te demandan. Y si les quitas la concesión por violar los derechos humanos, el medio ambiente o lo que sea, pues te demandan igual.

Y estas son demandas impresionantes que se están dando no solamente en América Latina, sino en Asia, en África… sobre todo usando el tribunal del Banco Mundial. En el 2003 había como 200.000 millones de dólares en demandas de las corporaciones contra más de 60 países de Asia, África y América Latina. El Salvador, por ejemplo, está teniendo unos conflictos enormes contra las empresas mineras canadiense porque han dicho que no quieren minas de oro allí. Por todo esto sale más barato para los gobiernos criminalizar y meter a la gente a la cárcel que pagar estas demandas. Están modificando todas las leyes a las que les permita no llamar feminicidios, ecocidios, violaciones de lesa humanidad, etcétera.

¿La elección del magnate multimillonario Donald Trump como presidente de los EEUU, introduce un nuevo factor decisivo en la ecuación entre la lucha de los defensores del medio ambiente y las grandes multinacionales?

Puede ser. Donald Trump desvaría entre la ignorancia, la tontería y también las contradicciones. Porque por un lado está obligando a las empresas a que se queden, y aquel tratado de libre comercio –el TTIP- parece que ya no beneficia a las empresas. Pero eso no lo van a hacer todas las empresas –el quedarse-. Alguna que otra dejó su proyecto de inversión en México y regresó, pero eso no son todas.

Eso implica que las empresas ganen menos dinero, pero por ejemplo, existen distintas ramas industriales que no le van a hacer caso a Donald Trump y van a seguir buscando inversiones de cualquier otra forma. No creo que vaya a poder darle empleo a todas los norteamericanos que se han quedado sin trabajo, pero aún así creo que va a haber cambios muy fuertes. El muro les va a afectar tanto a ellos como a los mejicanos, como a los centroamericanos… pero habrá que esperar unas semanas más para ver qué va a ser posible y qué no.

Hablando de la presentación que se va a llevar a cabo dentro de unos instantes del informe realizado por Amnistía Internacional, ‘La situación de los derechos humanos en el mundo’, ¿cómo valora el grado de cumplimiento en el respeto a dichos derechos en América Latina?

Terrible. Casi todos los países de América Latina están modificando su legislación para criminalizar a la gente que se moviliza. Códigos penales, incluso modificando la Constitución para ello, disminuyendo los derechos laborales, esto lo han hecho todos los países de América Latina. El derecho al trabajo ha sido violado por todos lados. Se está impulsando que los trabajadores tengan menores derechos, congelando los salarios, evitando los sindicatos… esto se hace en todos los países de América Latina.

Pero de igual manera en otros sectores, como por ejemplo el agua. Los gobiernos, pese a que en la ONU se aprueba el derecho humano al agua, todos están privatizando el agua. La falta de acceso al agua de pueblos y de ciudades, que se está privatizando en manos de corporaciones extranjeras y que obviamente elevan costos, está dejando una crisis muy fuerte en lo que a accesibilidad se refiere.

También por ejemplo con el derecho a la alimentación. Los gobiernos están implementando acuerdos de libre comercio y están disminuyendo los subsidios entre los productores más pobres de nuestros países, como los productores del maíz o del frijol.

Por otro lado, Estados Unidos está elevando de manera enorme los subsidios a las grandes transnacionales semilleras, como por ejemplo Monsanto, que pueden invadir los países con toneladas y toneladas de productos agropecuarios de las grandes empresas norteamericanas altamente subsidiadas que entran vendiendo sus productos, carne, leche, huevos, maíz, frijol, todo con costos muy bajos para que así la gente no pueda competir con ellos. Los gobiernos no están protegiendo el derecho a la alimentación poniendo mecanismos de protección en sus territorios.

Foto: Pablo Ibáñez (AraInfo)
Foto: Pablo Ibáñez (AraInfo)

Lo mismo sucede con el derecho a la educación. En los marcos de los tratados de libre comercio se establece que los países tienen que ir privatizando el sector educativo. Las Constituciones establecen que la gente tenía derecho a educación desde la primaria hasta la universidad, y cada vez este periodo va siendo menor, y si tú quieres estudiar en una universidad la tienes que pagar. Además de que los gobiernos están retirando el apoyo a las universidades públicas.

Entonces por la vía de la legislación, también por la de la criminalización y la persecución, me parece que en América Latina los avances por parte de los gobiernos en garantizar los derechos humanos no está siendo tal. Aunque existen, incluso, algunas contradicciones cuando los gobiernos aprueban el derecho humano al agua en su Constitución, como el caso de México, pero al mismo tiempo están dando concesiones a las grandes empresas para privatizar los ríos.

Porque hay que recordar que las grandes empresas mineras necesitan grandes cantidades de agua, las de oro por ejemplo están gastando de uno a tres millones de litros a la hora, y eso implica competir por el agua con las ciudades, con los pueblos, con las comunidades indígenas, etcétera.

Luego ocurre que las empresas mineras de oro canadienses, chinas, norteamericanas, después de que dejan millones de litros de agua contaminada se llevan el oro a Vancouver, pero no se llevan los miles de millones de litros de agua contaminada de cadmio y de cianuro, mientras que los demás están muriendo por esa agua. La verdad es que es una situación preocupante y más cuando un gobierno se decide a proteger los derechos humanos y le cae la ‘espada de Damocles’ encima, le demandan las empresas bajo el amparo de los tratados de libre comercio o les interviene económicamente el Banco Mundial.

Para terminar, le quería preguntar si conoce el caso de los ‘8 de Yesa’, un grupo de personas de aquí de Aragón que ante las obras de recrecimiento de un embalse propusieron una movilización de carácter pacífico bloqueando la carretera que se saldó con acusaciones de agresión a las autoridades, y fueron juzgados por ello, hasta se solicitó penas de cárcel para estas personas.

Sí, lo conozco. En el caso de los derechos humanos, aquí en España cuando hay tanto desempleo, cuando no hay garantía de trabajo, cuando se anulan los contratos permanentes y son contratos por horas, cuando te bajan las pensiones, cuando los gobiernos privatizan, venden y expulsan trabajadores, se privatizan sectores como el del agua, suben los precios y no se garantiza la accesibilidad para la gente lo que implica pobreza energética… lo que quiero decir es que no es un problema de América Latina, es una lógica del capital y se repite en todos los sitios, unos antes y otros después con diversos matices, pero al final ocurre en todos los países. Esta lógica conlleva una violación constante de los derechos humanos sobre la educación, la salud, el trabajo y la vivienda, es así.

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