La derecha de Brasil consuma "el golpe de Estado" contra Dilma Rousseff

Después de más de 21 horas de debate, el Senado de Brasil ha aprobado someter a un juicio político a la mandataria Dilma Rousseff y la aparta del cargo durante 180 días, tiempo máximo para que concluya el proceso y en el que será sustituida por su vicepresidente, Michel Temer. Rousseff niega haber cometido delitos y denuncia que es víctima de un "golpe"

Foto: TeleSur

El Senado brasileño está a favor de celebrar un juicio político que suspenderá a la presidenta Dilma Rousseff durante al menos 180 días. Una mayoría simple de 55 senadores, de los 81 con asiento en la cámara, ha marcado el destino de la jefa del Estado brasileña al mostrarse favorables a comenzar este proceso. 22 votaron en contra.

En la mañana de este jueves se ha producido la votación definitiva. Esto supone que Rousseff será apartada del cargo durante los seis meses que puede durar el proceso y hoy mismo abandonará el palacio de Planalto. Su lugar será ocupado a partir de este viernes por el vicepresidente Michel Temer, quien debería completar el mandato que concluye el 1 de enero de 2019 en caso de su definitiva destitución.

En sus discursos, las y los senadores que hablaron contra el proceso insistieron en la tesis de que en Brasil está en marcha un "golpe contra la democracia". La senadora Gleisi Hoffmann, cercana a Rousseff, consideró que las maniobras fiscales no son motivo suficiente para el "impeachment" (juicio político) y dijo que esto sería equivalente a "penalizar con pena de muerte una infracción de tránsito".

El abogado del Estado, José Eduardo Cardozo, también insistió en sus argumentos de que el "impeachment" carece de sustento legal e indicó que si los senadores decidieran aprobarlo, "Brasil se transformará en la mayor república bananera del planeta". Cardozo ha lamentado que el Tribunal Supremo desoyese las peticiones de "nulidad" tras el cese del presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha.

Según explica Agnese Marra, en un artículo de Público, la acusación contra Rousseff se basa "en la aprobación de seis decretos presupuestarios en los que se maquillaban las cuentas del Estado y por los que la presidenta obtuvo dinero de bancos públicos sin haber devuelto a tiempo lo que ya le había sido prestado". "Un delito de cuentas -explica Marra- relativamente habitual en la política brasileña (y también extranjera) ya que el ex presidente Fernando Henrique Cardoso llegó a firmar más de 100 del mismo estilo, o que actuales gobernadores brasileños como el paulista Geraldo Alckmin".

Rousseff, quien denuncia que el juicio político es ilegal y un "golpe de Estado", ha prometido dar batalla hasta el último minuto. "Lo que está en juego en Brasil no es solo mi mandato sino el respeto a las urnas, a la voluntad soberana de los 54 millones de personas que la eligieron y a la Constitución. Y las conquistas de los últimos 13 años, los beneficios para las personas más pobres y de clase media, la valorización del salario mínimo, los médicos que atienden a la población y la realización de una casa propia con el programa 'Mi Casa, Mi Vida", expresó tras conocer la noticia, según informa TeleSur.

Advirtió que el mayor riesgo para Brasil es ser dirigido por un Gobierno que no fue electo por el voto directo, que "no tendrá la legitimidad para proponer e implementar soluciones para los desafíos de Brasil y que se podría ver tentado a reprimir". Un gobierno que nace de un golpe, de un juicio político fraudulento y que será en sí la gran razón para la continuidad de la crisis política”, aseveró.

Rousseff volvió a defender su inocencia: "No cometí ningún delito de responsabilidad, no tengo cuentas en el exterior, no he recibido sobornos y este ataque se debe a que nunca acepté chantajes". También recordó que desde que resultó electa "la oposición inconforme buscó anular las elecciones, luego pasó a conspirar abiertamente por el juicio político hasta hundir al país en una inestabilidad política con el único objetivo de tomar por la fuerza lo que no pudieron lograr en las urnas".

Por último, y según el mismo medio, Rousseff llamó a las y los brasileños a mantenerse unidos y en paz "porque la lucha contra el golpe es larga, se puede vencer y nosotros vamos a vencerla”. “Esta victoria depende de todos nosotros, vamos a mostrarle al mundo que hay millones de defensores de la democracia”, concluyó.

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