Durante más de veinte años Helena ha reunido en el pasillo de su casa parte de su obra y la de otros artistas. Ahora, ha decidido compartir con todo el mundo los recuerdos y la pequeña colección de su galería particular en la sala Juana Francés de la Casa de la Mujer. Una mudanza muy especial para ella y para las 200 personas que la han ayudado a través de una cadena humana desde su casa en la calle San Vicente Paul hasta la sala de exposiciones en el número 2 de Don Juan de Aragón.
Esta era la propuesta de Helena Santolaya, hacer de esta experiencia personal algo colectivo y compartido. Pero este experimento no acaba aquí, al mismo tiempo que la sala se convierte en el pasillo de Helena, con la misma estructura y decoración, su propio pasillo se convertirá durante el tiempo en el que dure la exposición en una galería abierta al público, eso sí con un horario fijo, donde una veintena de artistas reflexionarán sobre la ventana como concepto.
Todavía no ha confirmado la fecha de la inauguración de este experimento sobre lo público y lo privado pero sin duda, esta ha sido la mudanza más multitudinaria de su vida.