Por primera vez en la historia de los Juegos, todos los deportes (33) tendrán representación femenina en Tokio 2020. Más de 5.400 mujeres competirán en Japón, un 49% del total de atletas, frente a las 5.000 que lo hicieron en Río 2016 (un 45%), la anterior cita olímpica. Sin embargo, la brecha sigue siendo enorme en otros estamentos: entrenadoras o árbitras son aún minoría. La integración de las mujeres en el deporte continúa cómo asignatura pendiente, un proceso muy lento, una maratón contra la desigualdad.
Repasando la historia, no fue hasta Londres 2012 cuando todos los comités olímpicos tuvieron representación femenina, aunque en muchas casos meramente anecdótica. En Atenas 1896 -los primeros Juegos modernos- participaron 241 atletas de 14 naciones, solo hombres blancos. Cuatro años después, en París 1900, 22 mujeres formaron parte de la competición, de un total de 997 atletas. El aristócrata francés Pierre Frèdy, barón de Coubertin, fundador de los Juegos Olímpicos modernos, era un misógino a ultranza y proclamaba, sin vacilar, que el papel de las mujeres debía limitarse a "mirar, aplaudir y coronar a los ganadores", porque su participación en las competiciones lo veía "poco práctico, poco interesante, poco estético y poco correcto".
Lo triste es que no hay que retroceder un siglo para seguir soportando comentarios machistas de tal envergadura. Sin ir más lejos, el anterior presidente del comité organizador de Tokio 2020, Yoshiro Mori, dimitió a regañadientes de su cargo en febrero de este año tras afirmar que las mujeres "hablan demasiado". Sus comentarios, en una reunión del Comité Olímpico Japonés, fueron recibidos con risas. Y esta no ha sido la única polémica que ha envuelto a los responsables de organizar los Juegos: desde bromas sobre el holocausto y comentarios jocosos sobre acoso escolar a personas con diversidad funcional o discapacidad, pasando por acusaciones de plagio y escándalos de corrupción.
Otro hecho histórico para Tokio 2020 es que por vez primera una atleta trans podrá participar en unos Juegos Olímpicos. Se trata de Laurel Hubbard. La levantadora de pesas de Nueva Zelanda competirá en la categoría de mujeres de más de 87 kilos, y a sus 43 años será la más veterana en su disciplina. Una puerta que estuvo cerrada hasta 2015, cuando el COI estableció sus nuevas reglas para que "atletas transgénero puedan competir en las pruebas de mujeres siempre y cuando sus niveles de testosterona estén por debajo de 10 nanomoles por litro durante al menos 12 meses antes de la competición". El umbral marca casi cinco veces más de la cantidad prevista en una mujer. Aunque Hubbard se enfrenta a los recelos de algunas de sus rivales y de una parte de la sociedad, no hay duda de que abre un camino que tendría que haberse iniciado hace mucho tiempo.

Nombres propios en Tokio 2020
Los XXXII Juegos de la era moderna, inaugurados este viernes, transcurrirán en ocho prefecturas distintas -Tokio, Chiba, Saitama, Kanagawa, Shizuoka, Ibaraki, Fukushima, Miyagi y Hokkaido- con 42 sedes de competición diferentes, de las que ocho han sido construidas para la ocasión -incluido el Estadio Olímpico, escenario de las ceremonias de apertura y clausura, la mayor parte de las pruebas de atletismo y de algunos partidos de fútbol, construido en el mismo lugar que el antiguo, el que albergó los Juegos de 1964-. El resto, 25 ya existían y nueve son instalaciones temporales.
Participan 11.090 deportistas, procedentes de 205 comités olímpicos, incluido el Equipo Olímpico de Refugiadas y Refugiados bajo bandera del COI, que tras su estreno en Río 2016 con diez atletas, llega ahora a Japón con 29 para disputar pruebas en doce deportes distintos: atletismo, bádminton, boxeo, piragüismo, ciclismo en ruta, judo, karate, tiro, natación, taekwondo, halterofilia y lucha. Quien no estará en Tokio es Corea del Norte por decisión propia, para "proteger" a sus atletas "de la crisis sanitaria global". Tampoco Rusia por el veto impuesto en 2019 por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), aunque sí sus atletas calificados y que cumplan con los controles y pruebas solicitadas, bajo un estatus neutro -sin bandera ni himno rusos- al que el COI ha denominado ROC (Comité Olímpico Ruso, por sus siglas en inglés). Aragón, bajo bandera del Comité Olímpico Español, cuenta con cinco representantes.
Un judoka argelino renuncia a competir en un gesto contra el apartheid israelí
Uno de los primeros nombres propios de Tokio 2020 ha sido el del judoka argelino Fethi Nourine. "Hemos trabajado duro para clasificarnos para los Juegos, pero la causa palestina es más grande que todo eso", ha reivindicado el propio atleta tras renunciar a competir para no tener que enfrentarse a un oponente israelí. Nourine ya tuvo un gesto idéntico contra el apartheid israelí en los Mundiales de 2019, celebrados también en Tokio, donde debía pelear con el mismo judoka.
La surcoreana San An también pasará a la historia, deportiva. Ha sido la primera en batir un récord olímpico de los Juegos de Tokio. Lo ha hecho este viernes antes de que hayan sido oficialmente inaugurados, al lograr una puntuación de 680 en la ronda de ránking disputada para establecer los emparejamientos de 1/32 de final de tiro con arco.

La estadounidense Simone Biles, la gimnasta más laureada de la historia superando al bielorruso Vitaly Scherbo y a la soviética Larissa Latynina, se llevó cinco medallas en la última cita olímpica: cuatro de oro y una de bronce. Biles es posiblemente la estrella más reconocida de Tokio 2020 donde aspira a conseguir nada menos que otras seis preseas: en la prueba por equipos, el concurso completo individual y las cuatro finales en aparatos, que tendrán como escenario el centro de Ariake —desde el 24 de julio—.
El atletismo sigue siendo uno de los deportes más destacados del programa olímpico. En Tokio podremos ver en acción, del 30 de julio al 8 de agosto, a las grandes estrellas mundiales del momento: desde la velocista jamaicana Shelly-Ann Fraser-Pryce, dos veces campeona olímpica —Pekín 2008 y Londres 2012—, cuatro veces campeona mundial —2009, 2013, 2015 y 2019—, y la segunda mujer más rápida de la historia solo por detrás de Florence Griffith Joyner (Seul 1988); a la neerlandesa Sifan Hassan, actual campeona mundial en 1.500 y 10.000; o a la venezolana Yulimar Rojas, campeona olímpica de triple salto y mejor atleta femenina del año 2020; pasando por las estadounidenses Dalilah Muhammad, última campeona olímpica y mundial en los 400 vallas, y Allyson Felix en su quintos Juegos en los 400 lisos. En chicos, veremos al plusmarquista mundial de salto con pértiga (6.18 m), el sueco Armand Duplantis; a Eliud Kipchoge (Kenia), ganador de 12 de los 14 maratones oficiales que ha corrido y recordman mundial con 2.01:39; o a los estadounidenses Trayvon Bromell y Noah Lyles, que buscan cubrir el vacío dejado por Usain Bolt en la velocidad.
Tampoco hay que perder de vista la piscina del Centro Acuático de Tokio. Por allí pasarán, del 24 de julio al 1 de agosto, el potente equipo estadounidense con Simone Manuel en los 50 metros estilo libre, Katie Ledecky especialista en pulverizar récords en la larga distancia, Lilly King en braza o Caeleb Dressel, destinado a ser el relevo del gran Michael Phelps, en estilo libre y mariposa. El regreso de la húngara Katinka Hosszu es otro de los grandes atractivos de la natación, sin olvidar a la sueca Sarah Sjöström, poseedora del récord mundial de los 50 y 100 mariposa, a la australiana Emma McKeon, llamada a ser una de las grandes nadadoras de estos Juegos liderando a la también potentísima selección australiana, y al bracista inglés Adam Peaty, además de a los equipos chino, ruso, neerlandés y el anfitrión, Japón.
Las selecciones de baloncesto y balonmano, tanto femenino como masculino, y de fútbol femenino, llegan a Tokio 2020 con sus mejores representantes. En Japón también estará lo mejor del pelotón ciclista internacional en las pruebas en línea, montaña y en el Velódromo. Todas estas competiciones serán otro de los grandes atractivos para estos días de verano, junto a los deportes que se estrenan: surf, skate, escalada y karate.
La tenista japonesa Naomi Osaka, actualmente segunda del ránking mundial, tampoco ha querido perderse los Juegos que se disputan en su casa. Ella ha sido la última relevista de la llama olímpica y la encargada de encender el pebetero en la ceremonia inaugural de este viernes, 1.797 días después de Río 2016. Una ceremonia más austera que sus predecesoras, en la que el homenaje y el recuerdo a las víctimas de la pandemia y a las profesiones esenciales han estado muy presentes en el arranque de unos Juegos llamados ya los del silencio, por la ausencia de público en las gradas.
Más sobre Tokio 2020 aquí. Calendario y resultados en la web oficial de Tokio 2020.