Este viernes, 17 de abril, se celebra el Día Internacional de la Lucha Campesina, en memoria de los 19 campesinos y campesinas del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil que fueron asesinadas en 1996 por luchar por el acceso a la tierra y a la justicia. Un crimen que sigue impune como el de Berta Cáceres y muchas otras personas activistas y campesinas.
Desde la plataforma Aragón Hacia la Soberanía Alimentaria (AHSA) recuerdan que esta fecha coincide este año con la crisis sanitaria generada por el Covid-19 que, en su opinión, "está poniendo en evidencia la insostenibilidad de muchas de las bases en las que hemos sustentado nuestro modelo de sociedad, uno de cuyos pilares es el modelo de alimentación". Una crisis sanitaria que, según explican, "nos demuestra la vulnerabilidad del sistema alimentario globalizado actual, dominado por la agricultura industrial y el agronegocio y los peligros que plantea para la salud de las personas y del planeta".
Por ello aseguran que esta crisis "nos ofrece una oportunidad para que reflexionemos sobre la necesidad de poner en marcha sistemas alimentarios diversos, resilientes, locales y territorializados", tal y como está planteando la propia FAO, organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. De este modo, la agroecología ha sido reconocida por esta institución como la principal estrategia para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.
En Aragón, como en otros territorios del Estado español, la entrada en vigor del Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declaraba el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19, supuso que mientras se mantenían todas las grandes superficies y supermercados abiertos, se suspendían los mercados agroecológicos (de Zaragoza, Uesca y Andorra) y se prohibía el desplazamientos a los huertos de autoconsumo.
"De nuevo las decisiones afectan de manera directa a los más pequeños, a las agricultoras y agricultores que apuestan por los circuitos cortos de comercialización y la venta directa en el mercado. De nuevo las decisiones, pese a las dificultades coyunturales, se toman con una visión urbanocéntrica, olvidando la realidad del mundo rural, alejado de grandes aglomeraciones de personas y vinculados estrechamente a la producción de sus alimentos", subrayan.
Ante esta situación, la plataforma AHSA y diferentes colectivos se han dirigido en estas últimas semanas a la Delegación de Gobierno, a todos los grupos municipales del Ayuntamiento de Zaragoza, y al presidente del Ejecutivo aragonés, Javier Lambán, demandando que, como en otras ciudades, se generasen protocolos de seguridad que permitieran el mantenimiento de los mercados agroecológicos y se levantara la prohibición de los huertos de autoconsumo.
Fortalecer los canales de distribución de proximidad
Asimismo, más de 600 organizaciones a nivel estatal han enviado a los ministros de Agricultura -Luis Planas-, de Consumo -Alberto Garzón-, y de Sanidad -Salvador Illa- el replanteamiento de las medidas tomadas, de forma que se garantice el apoyo a las pequeñas producciones alimentarias de cada territorio, mediante la adhesión al siguiente comunicado,
También se unen desde dicha plataforma a los realizados por la Red de Ciudades por la Agroecología presidida por el Ayuntamiento de Zaragoza y la Vía Campesina, y demandan a las administraciones y organismos responsables de Aragón que "se fortalezcan y protejan" las pequeñas producciones agroalimentarias sostenibles de proximidad en el territorio -agricultura familiar, agricultura ecológica, agroindustria artesanal, ganadería extensiva- con el objetivo de garantizar "un abastecimiento alimentario saludable y respetuoso con el medio ambiente a la vez que generador de empleo en el mundo rural".
Ello, afirman, lleva consigo el fortalecimiento de los canales de distribución de proximidad, los mercados agroecológicos, las asociaciones de consumo y el pequeño comercio. A su vez -añaden-, sería necesario poner en marcha una compra pública para la ayuda alimentaria que fortalezca los tejidos de producción y distribución locales, que son "los que aportan empleo estable, seguridad, calidad, y una cohesión social que hoy, más que nunca, necesitamos".
Muestran, además, su preocupación por la situación de vulnerabilidad en la que se encuentra los pequeños y medianos proyectos de producción agrícola y ganadera que han visto, en muchos casos, limitados los lugares de venta de productos. "Nos preocupa el estado de vulnerabilidad de los trabajadores agrícolas migrantes que se encuentran en condiciones de trabajo precarias y sin acceso a atención médica, ni medidas pertinentes de seguridad. Queremos que la resolución de esta crisis no pase por adoptar medidas económicas dirigidas a mantener un sistema que nos ha llevado hasta este punto", apuntan.
"Ahora es el momento"
Al mismo tiempo, aseveran que la recuperación ha de pasar por la transición a un "modelo alimentación resiliente" basado en sistemas alimentarios locales, sostenible desde el punto de vista climático, "y que asegure una alimentación sana a toda la población, y más en este momento dónde no es difícil imaginar que grandes capas de nuestra sociedad se van a ver golpeadas, y verán en riesgo derechos básicos".
Desde AHSA entienden la alimentación de calidad y sostenible "como un sistema básico y estratégico de aprovisionamiento de nuestras ciudades y pueblos, equiparable al abastecimiento de agua o energía". "Las pequeñas empresas de agricultura ecológica y ganadería extensiva de Aragón utilizan métodos más sostenibles que favorecen la preservación de la calidad del agua, de la biodiversidad y de la mitigación del cambio climático a la vez que proporcionan empleo en las zonas rurales", recalcan.
Y por último recuerdan que "ahora es el momento de empezar a construir un modelo de alimentación saludable y sostenible ligado a nuestro territorio".