Fernando Madina, vocalista de Reincidentes, relata un "infierno" durante su detención en Miami

DIAGONAL | Fernando Madina, del grupo Reincidentes, compareció ayer en rueda de prensa para explicar las circunstancias de su detención de 48 horas en Miami. “Yo tampoco sabía que se había armado tanto revuelo”, comentó Fernando Madina, vocalista del grupo Reincidentes, en una rueda de prensa en el local de Diagonal, en el barrio madrileño de Lavapiés, a su llegada al Estado español después de pasar un fin de semana ingresado en un centro penitenciario en Miami. “Íbamos a estar tres horas y media en Miami, haciendo escala de camino a Quito. En la escala nos tomamos unas cervezas y unas …

Fernando Madina durante su rueda de prensa en el local de Diagonal. Foto: Julio Zamarrón
Fernando Madina durante su rueda de prensa para explicar las circunstancias de su detención en EEUU: "A partir de ahora, vuelos directos a Latinoamérica". Foto: Julio Zamarrón

DIAGONAL | Fernando Madina, del grupo Reincidentes, compareció ayer en rueda de prensa para explicar las circunstancias de su detención de 48 horas en Miami.

“Yo tampoco sabía que se había armado tanto revuelo”, comentó Fernando Madina, vocalista del grupo Reincidentes, en una rueda de prensa en el local de Diagonal, en el barrio madrileño de Lavapiés, a su llegada al Estado español después de pasar un fin de semana ingresado en un centro penitenciario en Miami.

“Íbamos a estar tres horas y media en Miami, haciendo escala de camino a Quito. En la escala nos tomamos unas cervezas y unas hamburguesas al lado de la puerta de embarque, y cuando empieza el embarque, el personal de American Airlines me dice que no puedo entrar porque huelo a alcohol, que volaría el día siguiente”, explica Fernando. Así comienza “una experiencia surrealista”, en palabras del representante de la banda, Paco López, que ha marcado el inicio de su gira en Latinoamérica, que iba a tener arranque en el Festival Mundial de la Juventud de Quito, en un evento en el que estaba anunciada la presencia del presidente Rafael Correa.

“Estando en EEUU ya teníamos en recuerdo lo que nos pasó hace dos años, también en el aeropuerto de Miami, por eso no nos sorprendió mucho”, comentó Paco en referencia a cuando el guitarrista de la banda Juan Barea fue detenido por la policía, que lo confundió con un narcotraficante mexicano que tenía el mismo nombre. “En esa ocasión no tardaron mucho tiempo en darse cuenta de que no era mexicano, sino sevillano”.

Pero el caso de Fernando fue distinto. “Me puse a pensar que, al día siguiente, era posible llegar a Quito al concierto, así que intenté apelar a la humanidad del trabajador de la aerolínea y le dije que éste no era un viaje de placer, sino de trabajo, que éramos seis las personas que vivimos de esto y nuestras familias, y que si no lo entendía me parecía muy grave. Él me respondió que le importaba un pito, y me dio un calentón, le llamé ruin y tiré al suelo la bolsa de mano que llevaba mientras le hacía un gesto como llamándole loco. Ahí me di cuenta de que había dos policías del aeropuerto sujetándome”.

Después de llevarle al centro de detención del aeropuerto y ser fichado, la policía del aeropuerto le devolvió a Fernando la bolsa de mano que llevaba y él buscó el móvil para llamar a su familia, pero lo tenía apagado sin batería. Acto seguido la policía le volvió a esposar y le metieron en un cuarto con más gente y de ahí a la cárcel, donde no le dejaron hacer ninguna llamada ni le ofrecieron los servicios de un traductor.

“A partir de ahí no me escuchaban, yo ya era escoria para ellos”, continúa Fernando. A la mañana siguiente fue llevado, junto a otros reclusos a una sala en la que se celebraban juicios rápidos por videoconferencia, pero en un momento determinado dejaron de celebrar vistas y la policía los echó de la sala a golpes. “En ese momento me di cuenta de que no iba a tocar en Quito y que voy a estar dos días más en la cárcel”. Fernando fue trasladado a otro centro, y ya allí le hicieron ponerse el mono naranja, le pusieron un vídeo en el que se explicaba cómo actuar si eras víctima de una violación y le metieron en una celda de dos por tres metros con una letrina pegada a la cama y sin mantas, según detalló Fernando. “Ahí empezó un verdadero infierno, me di cuenta de que la policía de Miami tiene su propia mafia, con presos ofreciendo, por una fianza más alta de la que te piden, gestiones para salir antes de la cárcel”, explicó Fernando.

Mientras, el resto de la banda, ya en Quito, intentaba ponerse en contacto con él. "El sábado comenzamos a llamarle, pero tenía el teléfono apagado", explicaba Paco López. Después probaron a llamar a American Airlines, desde donde les dijeron que Fernando no se había registrado para volar a Quito el día siguiente. Les sucedieron las llamadas al Departamento de Inmigración en Miami, que les dijeron que ellos no lo lo tenían retenido, que “estaría perdido por el aeropuerto de Miami, que era muy grande, o por la ciudad”, y a la Policía Aeroportuaria, que afirmó que tampoco sabía nada y que ellos no lo tenían retenido. “Todo el sábado estuvimos llamando, hasta siete u ocho veces a la policía del aeropuerto, y no nos decían nada”, afirmó el representante de la banda. Finalmente, decidieron suspender el concierto, que estaba programado para el sábado por la tarde, con las pruebas de sonido ya hechas.

El día siguiente, domingo, la compañera de Fernando denunció su desaparición en una comisaría de Sevilla y escribieron a una dirección de correo electrónico del Consulado español en Washington para asuntos de urgencia, pero le respondieron que hasta el día siguiente, lunes, no se podía poder en marcha el protocolo para conseguir averiguar el paradero de Fernando. “Ya en ese momento todos rezábamos para que estuviera detenido, las demás opciones eran peores”.

Ya el lunes, los policías volvieron a llevar a Fernando delante de un juez, de nuevo por videoconferencia. “Sólo iba con el número de preso y la acusación. En ese momento sí me pusieron un traductor, y cuando el juez leyó la acusación y le expliqué lo que había pasado, el juez me respondió: 'Este caso queda anulado y le felicito por tener 47 años y tener una banda de rock'. Y yo me quedé pensando: si llega a conocer a Rosendo...”. Aún pasaron otras 13 horas desde que el juez anuló los cargos contra Fernando hasta que lo dejaron en libertad. A la salida le esperaban Carlos y el vicecónsul español en Washington.

“De esta experiencia saqué la conclusión de que en EEUU eres culpable hasta que se demuestre lo contrario. El trato ha sido vejatorio y las condiciones de vida terribles”, señaló Fernando, que anuncia que, "a partir de ahora, vuelos directos a Latinoamérica, no se nos ha perdido nada en EEUU". Los miembros del grupo afirman que un despacho de abogados de Sevilla ya está trabajando en una denuncia que previsiblemente irá dirigida contra la Policía Aeroportuaria de Miami por negar a Fernando su derecho a un intérprete, a un abogado de oficio y realizar una llamada.

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