El alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, ha presidido la celebración con motivo del día de Todos los Santos. Ha destacado la importancia de seguir invirtiendo en “un espacio de memoria y recuerdo como es el Cementerio de Torrero para todos los zaragozanos”. Lo ha hecho en un recorrido que ha terminado, desafortunadamente, en el memorial franquista situado en el cementerio del barrio de Torrero de Zaragoza.
La visita de la corporación municipal ha comenzado en la Capilla Sainz de Varanda en la que se rinde homenaje a los alcaldes fallecidos, después se han depositado coronas en la nueva plaza dedicada a Ángel Sanz Briz , inaugurada el pasado 27 de enero Día del Holocausto. Y también se han dejado flores en el monumento Víctimas Covid, la plaza del Voluntariado, la Fosa Común, los Donantes de Órganos, el Cabildo Metropolitano, los memoriales de Joaquín Costa y Víctimas del Franquismo. El recorrido se ha cerrado frente a la ‘Cruz de los Caídos’, memorial dedicado a los fascistas muertos entre 1936 y 1939.
Sin embargo, a pesar de que el recorrido ha sido completo por todo el cementerio, las fotos que la corporación ha hecho públicas muestran al alcalde frente al memorial franquista pero no frente al monumento a las Víctimas, situado a la entrada del complejo. No es de extrañar de un gobierno municipal al que le está costando, entre otras cosas, eliminar del callejero los nombres franquistas, mientras se sigue burlando de la Ley de Memoria.
El grupo municipal de Zaragoza en Común no ha dudado en denunciar este hecho en sus redes sociales.
El alcalde de Zaragoza celebra el Día de todos Los Santos con una 📷 frente al monumento a los fascistas muertos en 1936-39.
Si esto no es reírse muy fuerte de la recién aprobada Ley de Memoria Democrática...🙈 pic.twitter.com/JTjJuGaMBv
— Zaragoza en Común ✳️ (@zaragozaencomun) October 28, 2022
Monumento franquista a los Caídos
Se trata de un “Valle de los Caídos particular” con el que aún cuenta el cementerio de Torrero, a pesar de las múltiples críticas que año a año asociaciones y entidades memorialistas hacen al Ayuntamiento, que aún mantiene monumentos con esta simbología.
Un decreto del general Franco de 16 de noviembre de 1938, cuando la guerra todavía no había acabado, proclamaba día de luto nacional el 20 de noviembre de cada año, en memoria del fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera un día como ese de 1936, y establecía, “previo acuerdo con las autoridades eclesiásticas, que en los muros de cada parroquia figurara una inscripción que contenga los nombres de sus Caídos, ya en la presente Cruzada, ya víctimas de la revolución marxista”.
Ese fue el origen de la colocación de placas en las iglesias y de la construcción de monumentos conmemorativos a los caídos. En Zaragoza, en 1941, el alcalde Francisco Caballero propuso “eternizar el recuerdo de nuestros mejores” y varios años después, la Corporación Municipal finalmente construyó el monumento, rematado por una gran cruz, que se terminó en 1954 y se colocó en la Plaza del Pilar, donde hoy está situada la fuente de la Hispanidad, dedicado “A los héroes y mártires de Zaragoza. Caídos en la Cruzada de Liberación 1936-1939”.
Allí, cada 20 de noviembre, hasta el final de la Dictadura, se celebraba un acto de homenaje a los “caídos en la Cruzada”, en el que participaban las principales autoridades del Movimiento Nacional. En 1990, con motivo de la remodelación de la Plaza del Pilar, la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza decidió conservar el monumento y trasladarlo al cementerio.
Memorial a las Víctimas del Franquismo
El Memorial a las víctimas de la guerra y la posguerra viene a recordar a las víctimas del franquismo y, en especial, a las 3.543 personas de todas las edades -de 13 a 84 años- de 322 municipios aragoneses y de fuera de Aragón que fueron ejecutadas durante la Guerra Civil de 1936-1939, hasta el 20 de agosto de 1946, fecha del último fusilamiento, en la tapia trasera del cementerio, junto a lo que hoy es el Mausoleo de Joaquín Costa, y cuyos restos fueron encontrados en dos grandes fosas comunes en 1979, escondidos y olvidados durante más de cuatro décadas.
El Gobierno de Aragón aprobó en 2018 la Ley de Memoria Democrática. Entre otras cuestiones, la norma contemplaba la declaración de lugares de memoria para impulsar su conocimiento. La legislación aragonesa define el Lugar de Memoria Democrática como "aquel espacio, construcción o elemento inmueble cuyo significado histórico sea relevante para la explicación del pasado de Aragón en términos de participación, defensa y lucha a favor de la democracia frente a la intolerancia y la dictadura en el marco histórico de la Segunda República española, la Guerra Civil y la dictadura franquista".