La derecha Zaragozana comienza a despreciar la participación ciudadana. Lo está dejando claro con algunas de sus primeras medidas la coalición PP-Ciudadanos de Jorge Azcón y Sara Fernández que gobierna el consistorio de la capital aragonesa bajo la supervisión de la ultraderecha populista de Vox, que ha centrado sus primeros recortes en retirar financiación de los presupuestos participativos, una iniciativa implantada con normalidad en buena parte de las democracias occidentales, en las que actúa como antídoto contra el populismo reaccionario, y que aquí, tras apenas tres años de vigencia, resulta engorrosa para los nuevos gestores de la ciudad.
La batería de recortes en medidas sociales y ambientales para pagar a los bancos que el trifachito de Azcón impuso en el pleno del 27 de septiembre tuvo en los presupuestos participativos una de sus principales víctimas.
Aunque no fue la única, ya que las decisiones de PP, C’s y Vox también cortocircuitan iniciativas como la reforma de la avenida de Cataluña (se caen del presupuesto 375.000 euros) y la prolongación de la avenida Tenor Fleta (777.805), una doble decisión que, junto con la retirada de otros 360.000 de la primera ‘supermanzana’ peatonal, que iba a ubicarse en Torrero, contrasta con el mimo que la versión zaragozana del pacto a la andaluza y la foto de Colón ha mostrado para otros proyectos de carácter privado como la reforma de La Romareda o el complejo comercial Torre Village en la antigua fábrica de Pikolín, en lo que viene a ser la ‘prueba del nueve’ de una de las líneas políticas de esta legislatura: urbanismo a la carta para los potentados y recortes para los barrios.
La batería de recortes se lleva 1,84 millones de euros de los presupuestos participativos: 136.231,49 dejan de estar disponibles para ser transferidos al BBVA dentro de una amortización de 4,2 millones, otros 1.640.000 servirán para pagar salarios y facturas de contratas como la de bus y 68.500 pasarán a financiar mejoras en el alumbrado en Casetas y Miralbueno, así como la reparación de un muro en Las Fuentes. A esas cifras se añaden a otros 201.020 de una decisión anterior, lo que sitúa el tajo por encima de los dos millones de euros.
Tajo a los tentáculos del carril bici
Los recortes de los presupuestos participativos han tenido especial incidencia en los proyectos de carril bici, algo que no deja de tener un punto de previsibilidad vistas las posiciones del equipo de gobierno sobre la movilidad (y los efectos geosociales de sus modelos), más radicales en el caso del PP que en el de Ciudadanos, algunos de cuyos concejales se mueven por la ciudad en transporte público y en bicicleta.
Los proyectos de carril bici que se caen de los presupuestos participativos son los de Pablo Ruiz Picasso (205.000 euros), Alonso V y Asalto (170.000), Camino del Pilón (165.000), del pabellón Príncipe Felipe al Camino Las Torres (180.000) y el vertebrador de Torrero (225.000), lo que suma 945.000 euros y cortocircuita la expansión de una red que ya supera los 130 kilómetros de trazado.
Resulta llamativa la ubicación de los ramales afectados por el recorte. Se trata de tentáculos que expandían la red hacia los confines de la ciudad por los cuatro puntos cardinales, el Actur hacia el norte, Torrero por el sur, Las Fuentes hacia el este y Miralbueno por el oeste, además del céntrico de Alonso V a Asalto, que en este caso mejora la comunicación de Rebolería y las Tenerías con el centro, al que también los otros cuatro acercan a sus zonas de influencia.
El tajo se centra en trazados geosocialmente integradores, en obras que, además de ser reclamadas por los vecinos, tenían el potencial efecto de mejorar las condiciones de barrios de clase media precarizada y de zonas degradadas de la ciudad.
Una potente carga ideológica
Su descarte no responde a razones meramente económicas o de oportunidad, sino que su lógica se fundamenta en motivos ideológicos, en total sintonía con otras decisiones como la oposición de la derecha a la segunda línea del tranvía, cuyo principal efecto geosocial sería acercar a la ciudad los distritos multiculturales ubicados en la corona que rodea el centro.
Y la decisión, con la que el trifachito renuncia a combatir la desigualdad por la vía de las infraestructuras, coincide en el tiempo con una cascada de indicadores sociales y económicos que confirman cómo las brechas se están agrandando en función de los códigos postales en ambos campos: riqueza y rentas crecen con intensidad en los barrios pudientes, como Independencia, Sagasta o Plaza de los Sitios, mientras ese avance se ralentiza en los multiculturales, en lo que históricamente se había dado en llamar barrios obreros, como La Almozara, Delicias, Las Fuentes, Torrero y San José.
“Uno de los objetivos del urbanismo social es que las distancias físicas sean menos amplias que las sociales”, sostiene el sociólogo Daniel Sorando, que sostiene que, junto con otros ámbitos de actuación como la vivienda, la sanidad, los equipamientos y la cultura, “esa igualdad se consigue democratizando el derecho y el acceso a un transporte público suficiente y de calidad” que enlace las zonas altas con las populares para “reducir las diferencias que produce la segregación” geosocial.
Los padres de los escolares salen a la calle
El tajo a los presupuestos participativos incluye otros recortes como 45.000 euros en la mejora de zonas verdes en el Distrito Sur (Valdespartera, Rosales, Arcosur y Montecanal), 10.205 en la mejora del paseo del Canal en San José, 12.000 para acondicionar una sala de informática en el Centro Cívico Oliver, 20.755 para eliminar postes y rebajar aceras en Miralbueno, 40.000 para asfaltar un camino en el Arrabal, otros tantos para arreglar las aceras de Hernán Cortés, 10.000 para mejorar el arbolado en La Jota, 3.000 para una pequeña actuación en la calle Sarasate de Delicias, 128.200 para ensanchar el camino de Fuente la Junquera y, en el Casco Viejo, las 150.000 destinadas a acondicionar la plaza de La Magdalena y 34.655 para reparar el adoquinado de varias calles.
Suman casi 1,4 millones que se suman a los 945.000 suprimidos de los carriles bici y a los que, para redondear, hay que añadir los 40.000 que se caen del gimnasio del colegio La Estrella, en el Rabal.
Este último no es el único recorte que ven avecinarse las ampas (asociaciones de madres y padres de alumnos) de los colegios públicos zaragozanos, que hace unos días salieron a la calle para reclamar a PP y C’s, y a Vox como sustento principal de los primeros en el ayuntamiento, la ejecución de los proyectos relativos a centros de enseñanza que finalmente entraron en los presupuestos participativos.
El listado de propuestas aprobadas que se encuentran en situación de “gestión” incluye la nueva megafonía del colegio público de Tenerías, mejoras en los colegios Joaquín Costa, Miraflores, Gascón y Marín y José Calasanz en el centro (130.000), el acondicionamiento del patio del Ciudad de Zaragoza (170.000) en Delicias, reparar los baños de Primaria del Hilarión Gimeno (137.000)m en el Rabal y arreglar su patio (100.000), dotar el gimnasio de La Estrella (40.000), adecuar el patio de Infantil y Primaria del Puerta Sancho (12.000) en La Almozara, una actuación en el Torre Ramona (80.000), cambiar ventanas (19.000) y renovar baños (46.000) en el Julián Nieto de Miralbueno, lo mismo en el Jerónima Blancas (80.000 y 120.000) de Oliver y en el María Moliner de San José (193.000), así como trabajos en el Guillermo Fatás (215.000) de Santa Isabel y mejoras para reducir la huella de carbono en el César Augusto (50.000) de Universidad.
Dejar sin columpios a los niños con discapacidad
En este caso, no acaba de aparecer la huella ideológica, aunque sí llama la atención que esa congelación de proyectos coincida en el tiempo con una serie de modificaciones presupuestarias en las que aparecen cambios de destino de fondos como los 300.000 euros que el gobierno de Azcón y Fernández pretende dedicar a la compra de materiales ornamentales para la navidad.
Y tampoco acaba de aparecer esa motivación en otro bloque de proyectos que se encuentran “en gestión” y que afectan directamente a la infancia; y, dentro de esta, en varios casos a los niños que padecen algún tipo de discapacidad.
Así, la congelación de las inversiones participativas afecta a un parquecito con juegos adaptados para niños con discapacidad en el Actur, a la reparación y adaptación del potrero de Casablanca (20.000), a los juegos inclusivos (40.000) y a un columpio adaptado (40.000) en El Rabal, a la habilitación de una zona infantil de la plaza Emilio Alfaro (35.770) junto a la Aljafería, a la renovación de las dos del parque Torre Ramona (48.000), trabajos que deberían haber comenzado el año pasado, al acondicionamiento de las plazas Reina Sofía y Utrillas (86.000) en San José, al columpio adaptado para chavales con problemas motóricos del Parque de los Paseantes (58.144) de Santa Isabel, al acondicionamiento de suelo del parque infantil de la plaza de la Cultura (36.000) y las pistas de baloncesto y patinaje/skate de la calle Juventud (40.000) en ese mismo barrio, al barco pirata (160.000) y a los parques infantiles (18.000) de Torrero.
Los recortes en los carriles bici y la congelación de proyectos en centros de enseñanza o relacionados con la infancia han dejado sin actuaciones de los proyectos participativos a cuatro barrios: Casablanca, Casco Histórico, Las Fuentes y Miralbueno, y con solo una en cartera a Santa Isabel, San José, Oliver-Valdefierro, La Almozara y Delicias.