A diferencia de lo ocurrido con la izquierda y centro-izquierda aragonesas, que han asumido sin mayor dramatismo su derrota electoral del pasado 28 de mayo, la delegación aragonesa de la derecha nacionalista hispano-madrileña, encabezada por Jorge Azcón, se ha subido al carro de la hipérbole para demostrar a su jefe de la madrileña calle Génova, que a él lo que le interesa es ocupar algún un día un puesto institucional en la corte del Régimen del 78.
Azcón no ha dudado en utilizar de manera sectaria y partidista las milenarias instituciones aragonesas para atacar a Pedro Sánchez, calificando imprudentemente como "dictadura" al futuro gobierno de coalición español. Arengando a las masas desde la calle Alfonso de Zaragoza ha reproducido el discurso del sector más ultra del PP, y ha embarcado en este camino sin final democrático a instituciones como la propia DGA, o los ayuntamientos gobernados por sus peones, con Zaragoza, como no, como ariete.
Así pues, destaca una vez más la incoherencia de Jorge Azcón, que califica al futuro gobierno estatal de coalición como "dictadura", al tiempo que ha formado gobierno (y metido de rondón en las instituciones aragonesas) a los defensores de la, esta sí, dictadura franquista. Siguiendo su argumentación, si "Sánchez ha vendido España por asegurase su presidencia", Azcón ha vendido Aragón al franquismo para asegurase la suya. La coalición PP-Vox-PAR une a Azcón a las políticas que niegan el cambio climático, la violencia machista contras las mujeres y a quienes quieren eliminar las instituciones de autogobierno aragonesas.
Con más temple, la ministra de Educación en funciones, Pilar Alegría, del PSOE, ha señalado su "respeto máximo al derecho de los ciudadanos a la manifestación, más cuando estas se producen por la vía pacífica y desde el respeto". "Los socialistas somos demócratas y respetamos las reglas del juego", ha añadido, para a continuación exigir a PP y Vox "que reconozcan la legitimidad de este gobierno porque venimos de una legislatura en la que han cuestionado día sí y día también al presidente del Gobierno".
"Las negociaciones para alcanzar acuerdos y lograr la mayoría parlamentaria han existido siempre", ha recordado Alegría, que también le ha recordado al PP que "no queda tan lejos lo que hizo el señor Aznar al pactar con Pujol la cesión del 30% del IRPF, la eliminación de los gobernadores civiles o el traspaso de tráfico a los Mossos. Sabemos, además, como se celebró ese acuerdo, con una cena con los nacionalistas en el Hotel Majestic".
Por su parte, el diputado de Sumar Aragón, Jorge Pueyo, ha celebrado que su formación recoja "el control a la masificación de renovables y el reto rural como una lucha básica a través de la promulgación de leyes para promocionar la autonomía local. Nunca las grandes obras como la reapertura del Canfranc o el corredor Cantábrico-Mediterráneo se habían recogido en un acuerdo de gobierno".
Sobre las manifestaciones ultraespañolistas, Pueyo ha explicado que "se puede estar en contra de la amnistía y no ser como los manifestantes de Ferraz. En Aragón, nos está gobernando gente negacionista, franquista o que está destruyendo paisajes y a nadie se nos ocurre decir que eso es una dictadura. Es un gobierno legítimo, igual que el de Sánchez".
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— Radio Monotes (@RMonotes) November 13, 2023