Aragón reivindica la lucha por la memoria y contra el olvido

Coincidiendo con el 88 aniversario de la proclamación de la Segunda República, las asociaciones memorialistas aragonesas celebraron este fin de semana homenajes a las víctimas del franquismo con actos en Zaragoza, Fuencalderas, Uncastillo, Chaca y el Barranco de la Bartolina. La capital aragonesa también fue escenario de reivindicaciones republicanas y la Amical de Mauthausen rindió "honor y memoria" a los deportados en el campo de concentración nazi de Buchenwald, que este martes se cumplen 74 años de su liberación.

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Memorial a las Víctimas del franquismo en el cementerio de Torrero. Foto: @igoiz17 (AraInfo)

El cementerio de Torrero, en Zaragoza, acogió uno de los actos más multitudinarios celebrados en Aragón este fin de semana en memoria de las víctimas del franquismo. Organizado por ARMHA, cientos de personas se reunieron el domingo, 14 de abril, para recordar a los 3.543 hombres, mujeres, niños y niñas que fueron ejecutados desde el golpe de Estado del 18 de julio de 1936 hasta el 20 de agosto de 1946 en la tapia trasera del cementerio. Las personas asesinadas procedían de 322 municipios, la gran mayoría aragoneses, y tenían entre 13 y 84 años. Y es que el fascismo no perdona a nadie.

"Este es un acto de homenaje para aquellas personas que fueron asesinadas por defender la libertad pero también es un acto de reivindicación porque hay muchísimas cosas todavía pendientes y tenemos que seguir luchando para conseguirlas", recordó el presidente de ARMHA, Enrique Gómez. Un acto que este año estaba especialmente dedicado a las maestras y maestros republicanos, represaliadas y perseguidas.

"La brutalidad de la guerra destruyó las ilusiones pedagógicas de la República y la creación de una nueva sociedad", denunció Gómez para añadir: "El Régimen obligó a miles de personas a marchar al exilio, y eso es precisamente lo que quería, echar a toda esa gente porque no quería que hubiera progreso ni que la gentes tuviera instrucción". El presidente de ARMHA afirmó que "todos los años cuando coloco las flores, procuro ir leyendo los nombres" de las personas asesinadas por el fascismo, "si los leyéramos uno detrás de otro estaríamos un día entero. Esto me parece impresionante, por eso estar aquí todos los años demuestra que esta ciudad tiene conciencia".

Por último, Gómez recitó un poema enviado por Ángel Petisme, habitual en estos homenajes pero que este año no pudo acudir a la cita: "Viva la palabra que esculpe el horizonte. Abajo una Constitución que no garantiza ni vivienda ni trabajo ni educación ni sanidad dignas para sus ciudadanos. Viva la carne, los labios, los sexos en flor. Abajo la obra de dios. Vivan las personas que nos dan gusto por la vida. Abajo los muertos vivientes que día a día comercian con el aire de nuestros hijos. Vivan los que se entregan en sueños al lento trabajo de la dignidad [...] Vivan los que saben amar y recordar el futuro. Abajo los que dinamitan las nubes, los que cuentan con nosotros cada cuatro años, los conformistas, los putrefactos, los pusilánimes. Viva el aragonés, el bable, el asturiano, el gallego, el catalán, el euskera. Abajo la policía del rey Juan Carlos I. Viva el mar y la luz del verano. Muerte a los traficantes de armas y a los ladrones de sonrisas. Viva el 14 de abril, la libertad de expresión y las migas con chorizo".

Anabel Lapuente, presidenta la Plataforma de Asociaciones Memorialistas de Aragón, fue la siguiente en tomar la palabra: "Llevamos muchos años reivindicando la memoria de nuestros asesinados, exiliados y represaliados. El golpe de Estado, la guerra y la dictadura les puso la vida muy difícil a nuestras familias". Esas mismas familias fueron las que iniciaron "la búsqueda de nuestros desaparecidos, incluso con riesgo para sus vidas. Ellas eran en su mayoría mujeres, viudas y madres, a las que les tocó vivir una vida de luto, tristeza y soledad".

Sin embargo, Lapuente manifestó que "hoy ya no estamos tan solas como nuestras madres y abuelas" pues "ahora somos muchas asociaciones memorialistas las que dedicamos nuestro tiempo a poner de una vez verdad, justicia y reparación en los miles y miles de republicanos a los que les robaron todo, excepto la dignidad. Trabajamos para que sus nombres no se borren de la historia".

Tras Lapuente, intervino el doctor en Historia por la Universidad de Zaragoza y militante por la memoria, Herminio Lafoz, que se dirigió a "la asamblea de los muertos y de los desaparecidos". Lafoz recordó que "desde el punto de vista educativo", a finales de los años 30 el Estado español presentaba "grandes carencias", entre otras una falta de escuelas que ocasionaba que la mayor parte de la población infantil estuviera sin escolarizar, "en 1932 aún ascendía al 55%"; una tasa de analfabetismo que superaba el 36%, con "porcentajes mayores entre las mujeres y en zonas agrarias, sobre todo en los dominios del latifundismo"; un magisterio "con una deplorable formación académica y desmotivado por salarios de auténtica hambre" y una "determinante influencia de la Iglesia católica en el conjunto de la escuela privada a cuyos intereses quedaba supeditada la escuela pública".

Ante este panorama, Lafoz explicó que "no era de extrañar que el magisterio recibiera con optimismo a la República" proclamada el 14 de abril de 1931 y que "tenía ante sí un camino inmenso lleno de desafíos", cuyo "buque insignia" en su política fue el programa de construcciones escolares. En aquel tiempo, el Estado español contaba con 32.680 escuelas y para atender a todos los niños y niñas en edad escolar serían necesarias otras 27.151. De este modo, la República trazó un plan quinquenal por el que se crearían 5.000 escuelas cada año, salvo en el primero que se crearían 7.000.

Otro de los objetivos del nuevo gobierno republicano fue la ampliación de la plantilla del personal docente y su "dignificación", resaltó Lafoz. "En abril de 1931 solo había en España diez provincias con más de mil maestras y maestros, entre ellas Zaragoza con 1.063. En abril de 1935, el número de provincias con más de un millar de maestros era 22, entre ellas Zaragoza y Uesca". Sin embargo, "la nube de odio y fuego que se desató en 1936 alcanzó de lleno al personal docente. Había urgencia por eliminar a quienes los rebeldes culpaban de la situación convulsa que, según ellos, se estaba viviendo".

Así, los golpistas impulsaron dos procedimientos, "uno rápido y violento consistente en la eliminación física del maestro/maestra" y otro "más lento y a largo plazo que sometió a los que se habían logrado salvar a un intenso proceso de depuración". El verano de 1936 fue "una masacre de docentes en las zonas dominadas por los golpistas" y todavía hoy "resulta imposible saber cuántos cayeron" porque "no hay registros", concluyó Lafoz.

El último en intervenir fue el alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve. "Honor y gloria a estos viejos republicanos que nos acompañan y que siguen siendo jóvenes de espíritu", comenzó Santisteve que pidió un aplauso para ellos y agradeció la labor de las asociaciones memorialistas. El todavía alcalde afirmó que "es obligación de todo republicano dejar atrás el sectarismo" que "tanto daño hizo en los años de la República y en el posterior exilio" e hizo alusión a "los problemas que sigue teniendo la izquierda" para lograr "esa unidad siempre frágil". En este sentido, manifestó sentirse dolido porque "Lambán estuviera el sábado en el cementerio [en un acto organizado por el PSOE] y hoy estemos nosotros. Espero que el año que viene no haya esas dos convocatorias".

Las distintas intervenciones se fueron alternando con el grupo Adebán que puso música a los versos de José Agustín Goytisolo y al poema de Miguel Hernández dedicado a Rosario 'La Dinamitera', entonó el mítico 'Gallo rojo gallo negro' y recordó con sus guitarras la memoria de 'La Nueve', los republicanos antifascistas que liberaron París de los nazis, y del Maquis, la guerrilla antifranquista que combatió la dictadura desde las llanuras y montañas hasta años después del fin de la Segunda Guerra Mundial.

El acto concluyó con el ya tradicional recorrido por el Memorial a las Víctimas del franquismo, amenizado por los gaiteros de la Colla de Gaitas del Consello d'Aragón, y la posterior ofrenda floral en la tapia de fusilamientos donde tuvo lugar un recital de poesía y la actuación del Coro Libertario de Torrero y sus canciones revolucionarias.

La jornada no acabó aquí. Por la tarde, bajo el lema 'Por una vida digna. Por la República' cientos de personas tomaron las calles de la capital aragonesa para reivindicar la Tercera República. "La España del presente no la quiere la gente, la España del mañana será republicana" o "Ni corona impune, ni pueblo oprimido", fueron algunos de los lemas que se escucharon en la marcha convocada por el Ateneo Republicano como colofón de las II Jornadas Culturales Republicanas.

Unas Jornadas que han llenado Zaragoza de actos en la primera quincena de este mes, entre otros el celebrado en el Parque Bruil la víspera del 14 de abril -aniversario de la proclamación de la Segunda República-, la llamada 'Catorceabrilada'. En un día primaveral, cientos de personas disfrutaron de la primera edición de esta fiesta lúdico reivindicativa en la que participaron asociaciones memorialistas, partidos, sindicatos y colectivos de la izquierda aragonesa.

Los actos por la memoria y contra el olvido también llegaron a otros municipios de Aragón. El sábado en el cementerio de Fuencalderas (Cinco Villas) se recordó a dos guerrilleros antifranquistas muertos el 31 de octubre de 1944 y recuperados en el año 2015 por las asociaciones memorialistas Charata, Batallón Cinco Villas y ARICO. En el acto participó el guerrillero Martín Arnal Mur, de 97 años, que recordó emocionado a sus compañeros caídos en la batalla contra la injusticia, y La Ronda de Boltaña amenizó a las personas asistentes con sus conocidos temas.

El domingo, en el cementerio de Chaca se llevó a cabo una ofrenda floral para homenajear a las y los represaliados republicanos. "Recordamos a todas las personas que murieron por la libertad y la justicia. Y que muchas familias todavía no han podido enterrar a sus muertos después de ocho décadas porque están en fosas junto a las cunetas donde fueron asesinados", denunciaba Alto Aragón en Común.

También el domingo se colocó en el Ayuntamiento de Uncastillo una placa con la relación de nombres de los cargos electos y personal del Ayuntamiento víctimas de la represión franquista. La iniciativa, impulsada por Charata, recuerda desde ya al alcalde Antonio Plano Aznárez, a los concejales Pio Pueyo Prat y Enrique Pérez Sardoy, al secretario municipal Emiliano Bravo Catalán, al enterrador Bruno Arilla Casanova, a los vigilantes nocturnos Juan Pablo Casalé Suñén y Julián Tomás Tris Tosaus, al portero y al administrador del matadero Domingo Lafuente Berguería y Manuel Casalé Suñén, y al matarife municipal Mariano Alcubierre Frago. Todos ellos fueron asesinados tras el golpe fascista de 1936.

Otro de los escenarios en los que hubo actos contra el olvido fue el Barranco de la Bartolina, en Calatayud, donde la Asociación por la Recuperación e Investigación Contra el Olvido (ARICO) organizó un emotivo homenaje para recordar a todas las personas que allí fueron asesinadas por el fascismo. ARICO, junto a familiares de las personas represaliadas en este barranco bilbilitano, presentaron recientemente una solicitud para que se dignifique de alguna manera la situación de estas víctimas, convirtiendo el paraje en un Lugar de Memoria Democrática.

Fuera de Aragón se sucedieron decenas de eventos reivindicado "verdad, justicia y reparación". En Iruñea, un año más, se recordó a los más de 3.452 navarros fusilados desde 1936 en un acto que contó con la presencia de la presidenta del Gobierno navarro, Uxue Barkos. Además, 20.000 personas participaron en Madrid en la manifestación del 14 de abril, en recuerdo de la proclamación de la II República y para exigir una Tercera.

La asociación Amical de Mauthausen se desplazó hasta Buchenwald, para rendir "honor y memoria" a las personas deportadas republicanas en este campo de concentración nazi, uno de los más grandes en territorio alemán y que estuvo en activo desde julio de 1937 hasta abril de 1945. Se estima que unas 250 000 personas procedentes de todos los países de Europa estuvieron presas y más de 56.000 no volvieron a salir de aquí. Precisamente este martes, 16 de abril, se cumplen 74 años de su liberación.

Mientras los homenajes se sucedían ante el largo silencio de muchas instituciones y el temor a que vuelvan los fantasmas del pasado, la víspera del 14 de abril se apagaba la voz de la única superviviente catalana viva del Holocausto nazi, la de Neus Català. Militante antifascista, comunista, luchadora antifranquista, fue deportada al campo de concentración de Ravensbrück, donde pasó 15 meses de su vida.

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