Han pasado quince meses desde el 7 de octubre de 2023. Los últimos días en la Franja de Gaza siguen arrojando cifras escalofriantes de mártires por los bombardeos del mismo ejército de ocupación que ha roto con sus manos los huesos a niños de cuatro años, arranca olivos milenarios en la tierra a la que dice pertenecer, pulveriza hospitales, escuelas, universidades o plantas desalinizadoras, viola a rehenes palestinos, lo celebra, bombardea infraestructura civil en Yemen —a punto estuvo de asesinar al director de la FAO— o invade Siria y “se apropia” de un tercio del agua. Las cuentas oficiales suman 50.000 personas muertas y más de 100.000 heridas. Hace ya seis meses, el estudio "Counting the Dead in Gaza" publicado en The Lancet calculaba que el número oficial de cadáveres —minoritario entre el total—, sumado a los pulverizados o enterrados bajo los escombros, más todas las muertes por otras causas vinculadas a la agresión genocida, superaba las 180.000. Israel está acusado formalmente por genocidio ante la Corte Internacional de Justicia y Netanyahu tiene una orden de detención de la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra y contra la humanidad. Niños y niñas siguen siendo asesinados por hambre, enfermedades curables, frío u otras muchas formas además de misiles, drones o francotiradores sionistas, sometidos a condiciones impuestas por los ejecutores de un genocidio a cuya financiación y extensión están contribuyendo múltiples instituciones públicas y privadas de nuestra tierra. AraInfo ha preguntado a miembros de la Red Universitaria por Palestina (RUxP) en la Universidad de Zaragoza para recoger sus impresiones tras un año reclamando a las autoridades universitarias en el Estado español una respuesta acorde a las obligaciones derivadas del derecho internacional.
El pasado 13 de diciembre el claustro de la Universidad de Zaragoza aprobó una moción que incluye la siguiente declaración: La Universidad de Zaragoza acuerda romper relaciones con universidades, empresas e instituciones de Israel, de cualquier tipo. Seis días después, el 19 de diciembre, a iniciativa de miembros del nodo local de la RUxP, el Departamento de Psicología y Sociología aprobaba su segunda moción dirigida al rector en 2024, documento que puede consultarse online en el archivo de la Red. Una primera moción ya había sido aprobada por el mismo departamento y enviada al rector meses antes. La primera, enviada el 29 de febrero, ni siquiera recibió acuse de recibo, pero esta última fue respondida desde el Edificio Paraninfo —sede del equipo de gobierno de la Universidad— el pasado viernes. “Por el momento preferimos esperar y respetar el canal de comunicación empleado”, nos dicen los miembros de la RUxP consultados por AraInfo. “Nos limitamos a constatar que la respuesta dada desde Rectorado no supone ningún avance respecto de las reuniones mantenidas durante el curso pasado, que ya de por sí fueron muy decepcionantes”.
“Las autoridades académicas lo siguen abordando como una pesada molestia y no como un genocidio del que nuestro estado y sus instituciones son cómplices, colaboradores y responsables”
El 10 de abril de 2024, la relatora de Naciones Unidas sobre la situación de los Derechos Humanos en los Territorios Palestinos Ocupados, Francesca Albanese, presentó su primer informe 'Anatomía de un Genocidio' a una audiencia reunida por la RUxP en 53 campus de 45 universidades del Estado español. Los rectorados de esas universidades recibieron por registro pocos días después, al igual que la CRUE y el Ministerio de Ciencia y Universidades, los argumentos y exigencias de la RUxP junto a una propuesta de reunión para discutirlas. Un mes después, el 9 de mayo, la CRUE emitía un segundo comunicado traducido por los medios de comunicación con titulares como las universidades españolas suspenderán la colaboración con las universidades israelíes no comprometidas con la paz (El Periódico de Aragón, 10.05.2024). “Eso no fue cierto entonces ni lo es ahora”, responden desde la RUxP. Como en el resto de ocasiones durante los últimos quince meses, AraInfo informó sobre las repercusiones de dicho comunicado en Aragón.
En esas semanas fue cuando los miembros de la RUxP y otros colectivos de la comunidad universitaria se reunieron con el vicerrector de Internacionalización y Cooperación. “El 5 de junio, ya proliferando las acampadas y su repercusión mediática, el Consejo de Gobierno de Unizar aprobó una segunda declaración adornada con medias verdades para despachar una cuestión que las autoridades académicas siguen abordando como una pesada molestia y no como un genocidio del que nuestro estado y sus instituciones son cómplices, colaboradores, responsables y como se quiera decir. Que no lo decimos nosotros, es lo que implica no hacer lo que manda el derecho internacional. Y así acabó el curso 2023-2024”, recuerdan desde la RUxP.
“Lo que está ocurriendo se parece mucho a esa virtuosa estrategia del gobierno que consiste en reconocer al Estado Palestino mientras se sigue poniendo infraestructuras portuarias, discursos diplomáticos, millones de euros en compra y venta de armamento, un absoluto desprecio del derecho internacional y un largo etcétera al servicio del genocidio. Nos parece increíble que, ante ese panorama, haya quien diga apoyar la causa Palestina y a la vez felicite a esas autoridades —de un estado o de una universidad— que podrían hacer tanto para parar el genocidio si se limitaran a cumplir con el papel que legalmente les corresponde. Es tan increíble como la situación que Ramzi Baroud describe en este artículo reciente, en el que se pregunta: ¿Por qué la Autoridad Palestina mata a personas palestinas en Jenin?”, remarca la RUxP.

“Es una cuestión estrictamente legal contra el empleo de la fuerza bruta y la industria de la masacre”
Su crítica fundamental apunta a lo que la RUxP ha descrito como “nuevo marco legal en relación a las acciones por Palestina, que en realidad no supone ninguna novedad sino que reafirma la condición criminal de unas prácticas tan viejas como el propio estado de Israel, y sobre todo a las obligaciones derivadas de ese marco”. “Nunca ha sido una cuestión moral. Está claro que de nada sirve apelar a la moral cuando lo que está en juego es invadir, dominar territorios y saquear recursos naturales. Es una cuestión estrictamente legal contra el empleo de la fuerza bruta y la industria de la masacre”.
Además, según afirman, “la paradoja es que Unizar ha ‘roto relaciones’ con Israel dos veces y ninguna en el mismo año. Y da igual. Sería cómico si no fuese horrible, porque lo que no se ha hecho en ningún momento es asumir la responsabilidad que le toca como institución de un tercer estado ante las obligaciones derivadas del derecho internacional en materia de prevención y sanción del delito de genocidio: ni una palabra —si las ha habido, casi mejor olvidarlas— sobre los proyectos europeos que en la última década han asignado a Israel 2.800 millones de euros cómplices de ocupación, anexión, robo, apartheid, tortura, secuestro, castigo colectivo, limpieza étnica, crímenes de guerra y genocidio. Tampoco ha habido ganas de pensar los contratos, convenios o ‘colaboraciones’ entre la Universidad y ciertas empresas o entidades financieras que son cómplices y/o beneficiarias del apartheid, el robo de tierra, la construcción de colonias ilegales o la producción industrial de muerte que Israel lleva décadas ejecutando. ¿Qué hay de los convenios y/o cátedras con, entre otras entidades, Banco de Santander, KPGM o Ibercaja? Seguramente sean sólo tres ejemplos. ¿Qué tal si se leen el incontestable informe sobre banca armada del instituto Delàs? ¿Qué hay de los principios rectores sobre las empresas y los derechos humanos de Naciones Unidas? ¿Y los propios estatutos de las universidades? ¿O con unas cuantas pegatinas de los ODS es suficiente? Cada día batimos un nuevo récord de cinismo. Y aún se nos cuenta que, como reza la mitología clásica del supremacismo colonial, debemos seguir defendiendo ‘el jardín’ porque ahí fuera, en el 80% del planeta, está la jungla”, reclaman desde la RUxP.
“Una foto aérea de Gaza arrasada se ha revelado como el mejor espejo de nuestra capacidad para producir un conocimiento útil, transformador, basado en derechos e implicado en la justicia”, lamentan. “Da la impresión de que, más allá de las declaraciones moralizantes que flotan entre nubes de algodón solidario, piadoso, igualitario y tolerante, el único valor de Occidente, ese valor siempre listo para entrar eficazmente en acción ha sido y sigue siendo, como nos recuerda el profesor Joseph Massad, el genocidio. O dicho de otra forma: ahora que estamos en época de regalos, ahí va una recomendación a las lectoras de AraInfo. Buscad ‘Discurso sobre el Colonialismo’, de esa joven promesa de la literatura negra llamada Aimé Césaire. Tiene todo lo necesario para entender y actuar en consecuencia”, proponen irónicamente desde la RUxP —la obra fue publicada por primera vez en 1950—.
Después de un año que describen como “del horror supremacista-colonial en el panorama general y de la vergüenza académica por lo que toca a la comunidad universitaria”, 2025 comenzará con campaña electoral en Unizar y en otras universidades del Estado español. “En las universidades públicas donde la RUxP tiene presencia —que actualmente son 46 de 50— vamos a hacer llegar este documento a todas y todos los candidatos”. El documento, que puede consultarse en este enlace, “incluye una lista de compromisos mínimos de respeto a los derechos humanos y otras propuestas que supondrían aplicar la letra de los estatutos de la universidad con el mínimo de dignidad exigible”. “A estas alturas, la única alternativa honesta a esos compromisos sería eliminar toda alusión a los derechos humanos en los estatutos, el código ético o cualquier otro documento oficial de Unizar. Ojalá no acabe siendo la única opción. Lo que está claro es que no llevamos la mejor de las inercias. Y también que 2025 huele a ultimátum”.
Más información del genocidio en Palestina en este especial.