En un arranque de mañana sabatina nostálgica abro Spotify en el móvil y en la lupita del buscador escribo “Serrat”. Gracias al bluetooth, que no sé bien ni cómo se escribe, la voz cavernosa y entrañable de Joan Manuel se expande por la casa. Y las olas envolventes de' Mediterráneo' acarician estas paredes aragonesas, que no huelen en absoluto a mar. Preparo el desayuno que mi paleo-nutricionista me recomienda. De sobra sé que Serrat encaja más con una tostada de pan con AOVE (aceite de oliva virgen extra para los desinformados) y un café con leche. Pero es lo que …
