La moción del chalé de la ultraderecha o cómo vomitar hasta la náusea

La ultraderecha, Vox, se ha quedado sola en su moción de censura contra Pedro Sánchez, y su gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos. Ni siquiera sus socios de trifachito la han apoyado, PP y Ciudadanos. Sobre el contenido de los exabruptos fascistas, xenófobos y machistas de los de Santiago Abascal -candidato propuesto por su partido a la presidencia del Gobierno español-, en el hemiciclo, no vamos a comentar nada. La redacción de AraInfo ha decidido no participar en este circo. La verdadera noticia relevante en torno a esta moción la dio a conocer InfoLibre este lunes. Santiago Abascal oculta al Congreso …

La ultraderecha, Vox, se ha quedado sola en su moción de censura contra Pedro Sánchez, y su gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos. Ni siquiera sus socios de trifachito la han apoyado, PP y Ciudadanos.

Sobre el contenido de los exabruptos fascistas, xenófobos y machistas de los de Santiago Abascal -candidato propuesto por su partido a la presidencia del Gobierno español-, en el hemiciclo, no vamos a comentar nada. La redacción de AraInfo ha decidido no participar en este circo.

La verdadera noticia relevante en torno a esta moción la dio a conocer InfoLibre este lunes. Santiago Abascal oculta al Congreso la compra de un chalé con una hipoteca de 736.000 euros. Y lo hace desde el 23 julio, seis días antes del anuncio de la moción de censura. No hay más preguntas señoría.

Vox es “un monstruo que se alimenta del odio”, una afirmación acertada hecha por el portavoz de ERC, Gabriel Rufián durante el debate en el Congreso. La mayoría de los partidos de la oposición, de izquierdas y soberanistas, llegaron a valorar la posibilidad de un acuerdo para dejar a Vox hablando solo. Finalmente no salió, pero dedicaron muy pocos minutos para contestar a la ultraderecha, desmontando sus bulos y haciendo pedagogía.

La portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, no quiso “dedicar más de un minuto al fascismo”, y denunció: “Parece que tengan ganas de que la violencia y el dolor vuelvan a la sociedad vasca y española”. Aitor Esteban afirmó que su partido, el PNV, “no contribuirá a dar protagonismo a esta patochada de moción de censura”. “Un peligro para la democracia, para los derechos y libertades públicas”, advirtió el diputado del BNG, Néstor Rego. El diputado aragonés de Teruel Existe, Tomás Guitarte, se refirió “al arquetipo ideológico simplificador” que “defiende y pretende imponer Vox”. Desde la CUP, su diputado Albert Botran, recordó: “Hoy tocaba señalar el fascismo de Vox. Pero también señalar que el nacionalismo español es su caldo de cultivo”. “No quieren a España, odian a la mitad del pueblo español”, criticó Iñigo Errejón (Más País). “¿Votaría usted a un enchufado e indolente para presidente del Gobierno?, preguntó Joan Baldoví (Compromís) a Abascal.

Pablo Iglesias, líder de Unidas Podemos y vicepresidente segundo del Gobierno español, criticó a PP y Cs por “dar alas” a la ultraderecha para afirmar que el discurso de ruptura de Casado con Abascal llega tarde. “Usted es un depredador sin ningún escrúpulo”, zanjó Pedro Sánchez respondiendo al líder de Vox. Un Sánchez que en su última intervención ha anunciado que paraliza la reforma del Consejo General del Poder Judicial para pactar su renovación con el PP.

Asimismo, PSOE, Unidas Podemos, Más País, JxCat, PNV, EH Bildu, ERC, Compromís, CUP y BNG, se han unido en un manifiesto para formar un cordón sanitario a Vox. Los diez partidos esperan que el Congreso abra un procedimiento a quienes “vulneren los principios de responsabilidad y respeto”.

Sea como sea, la moción de Vox ha ocupado los titulares de la inmensa mayoría de los medios de comunicación. Objetivo cumplido para la ultraderecha.

Mientras, una sociedad angustiada y preocupada por las crisis sanitaria y económica contempla con perplejidad cómo en el Congreso se pierde el tiempo. El mundo se enfrenta a dos pandemias: la del COVID-19 y la de la ultraderecha, heredera de aquella que proclamaba “Muera la inteligencia”. Para la primera aún no hay vacuna, para la segunda hay remedio: enterrar al faixismo en el basurero de la historia. Más Elisas y menos Santiagos.

Autor/Autora

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de nuestra política de cookies, pincha el enlace para más información.

ACEPTAR
Aviso de cookies