Estoesloquehay, pero no lo que había: 20 años del festival que no ignoró el arte del mundo rural

La Muestra Artística Rural ‘Estoesloquehay’ alcanza su vigésima edición y lo celebrará en Artieda. Dos décadas de arte y cultura desde lo rural, en las que la percepción del pueblo ha cambiado: quedarse ya no es un fracaso. En realidad, nunca lo fue.

Chico Trópico participó en el 17º ‘Estoesloquehay’, en Belver de Cinca. Foto: Estoesloquehay.

Hubo un tiempo, nada lejano, en el que quedarse a vivir en el pueblo era sinónimo de fracaso. El éxito era salir para no volver. La despoblación no ocupaba ni preocupaba. Ahora escasean los hechos, entonces no había ni palabras. Un tiempo, muy cercano, en el que arte y cultura no rimaban con lo rural, representado por el ‘paletismo’ cómico de Paco Martínez Soria.

En ese tiempo, quizá alejado, Pablo Pérez Terré pergeñó una idea. Su objetivo era poner a los habitantes y amantes de lo rural en el centro e incrementar la sensibilización con respecto a las manifestaciones artísticas, “haciendo de esta una sociedad más abierta, cultivada y receptiva a cuanto ocurre en lo global y lo local”.

Lo quiso hacer en forma de festival: propuso a la asociación de vecinos y amigos de Riglos convertir el pueblo en el espacio que albergara una muestra artística para nuevos creadores.

Así nació, en 2002, Estoesloquehay. El nombre, explica su director y creador, “hacía referencia, en clave de humor, a que con más entusiasmo que medios se presentaba un fin de semana lleno de actividad artística en diferentes disciplinas, que incluían exposiciones, proyecciones, actuaciones y charlas… Como nota especial de esta edición, se iluminó para la ocasión ‘el Pisón’ –el más célebre de los mallos– durante la noche del sábado”.

Estoesloquehay llega a Artieda con orgullo

La vigésima edición se celebrará los próximos 16, 17 y 18 de septiembre de 2022 en Artieda. Difícilmente se podría haber escogido un espacio mejor para este 20 cumpleaños. Artieda, un municipio de apenas 70 habitantes, situado sobre una colina de las estribaciones del Pirineo Central, a los pies del Camino de Santiago francés y a orillas del río Aragón.

Pero, sobre todo, un pueblo y unos pobladores que se rebelaron en lugar de claudicar. Que decidieron turbar el discurrir inevitable de los acontecimientos. Lo hicieron con Empenta Artieda: un proyecto, como se define en la web oficial, “de Investigación-Acción Participativa que trata de dar soluciones desde el municipalismo y la autogestión al problema de la despoblación que afecta a todo el medio rural; agravado en el caso de Artieda por la afección que le supone el proyecto de recrecimiento del embalse de Yesa”.

Pablo Pérez es el creador y director de ‘Estoesloquehay’ (Estoesloquehay).
Pablo Pérez es el creador y director de ‘Estoesloquehay’ (Estoesloquehay).

Acierto en la elección del lugar, y también en el lema: ‘Orgullo rural’. Sostiene el director de Estoesloquehay que “se ha evidenciado en los últimos años la construcción de un nuevo relato y una relación campo-ciudad diferente, sin duda alentado por movimientos de los últimos años hacia lo rural, que están determinando también nuevas formas de sentir, pensar y sentir lo rural desde unos postulados reivindicativos y más conscientes de su valor”.

Este ‘Orgullo Rural’, agrega, “sin lugar a dudas está contribuyendo activamente a construir una identidad propia y a articular espacios de convivencia, tejidos y estructuras comunitarias que favorecen una mayor calidad de vida y, en definitiva, un mayor arraigo al lugar y sentido de pertenencia”.

Desde todos los rincones del país, destaca Pérez, “se están produciendo proyectos que buscan un vínculo o discurso inspirado –o directamente creado– desde lo rural, y en esta edición tendremos una muestra de algunos de los más interesantes e inspiradores.

Forman parte de un cartel que, en ediciones anteriores, ha brillado con nombres como los de Marky Ramone, el último miembro en activo de la mítica banda neoyorquina The Ramones, que ofreció un concierto en la pequeña población pirenaica del Valle de Benasque de Sesué; Mike Kennedy -exvocalista de Los Bravos- o Arthur Brown -pionero del rock psicodélico británico y autor del hit Fire.

Arthur Brown en su concierto de la 7ª edición, celebrada en San Juan de Flumen.
Arthur Brown en su concierto de la 7ª edición, celebrada en San Juan de Flumen.

Hay que combatir la idea de que la ciudad es el paradigma y tiene el monopolio de la cultura”

Muchas cosas han cambiado desde 2022. No el festival. Contento, su creador asevera que “el proyecto se ha mantenido fiel a sí mismo y ha contribuido a fomentar el reparto de la actividad cultural por poblaciones que de otro modo tendrían complicado acoger un evento de estas características. Y siempre reivindicando una participación activa e inclusiva de los diferentes agentes involucrados, con el fin de que la localidad acogedora no se convierta únicamente en el escenario de las actividades programadas y los asistentes en mero público asistente”.

Ha virado también la percepción de lo rural. Ahora, anota Pérez, hay una parte importante de la sociedad que clama por recuperar un estilo de vida que lo conecte con el territorio, con el campo, con más respeto al medioambiente, además, la creciente conciencia global de que el modelo extraccionista ha supuesto –y desde luego está suponiendo- un deterioro radical de los valores de la sostenibilidad, está cambiando nuestros hábitos de consumo, incluyendo la cultura”.

Ante el reto de las amenazas del presente y del futuro, sostiene el director de Estoesloquehay, “el campo está ofreciendo una alternativa. No se trata únicamente de revertir el consabido flujo campo-ciudad, sino de combatir la idea de que la ciudad es el paradigma y el monopolio de la cultura, de la modernidad y de la oportunidad. Para ello, el medio rural debe mostrar su potencial, sin complejos, aceptando el desafío”.

El desarrollo y transmutación hacia una nueva ruralidad que mire al futuro –sin perder de vista la esencia de lo que fue-, estima Pérez, “no pasa únicamente por tener buenas infraestructuras o banda ancha de internet, que también; sino por dar las herramientas necesarias para que el acceso a la cultura –que no olvidemos es un derecho universal– sea algo natural y habitual si queremos hacer de esta una sociedad más culta y preparada para los retos que se avecinan”.

Con proyectos como Estoesloquehay, reconoce, “procuramos hacer un trabajo que roza lo paliativo, en transición hacia una nueva ruralidad que no resulta cómoda para muchos”.

Modernidad respetuosa con la tradición rural

En sus palabras, “en los últimos años se ha evidenciado una mirada hacia lo vinculado con las culturas rurales desde una visión poliédrica. Existen postulados que surgen desde la nostalgia de algo que difícilmente volverá, otros parten de la atracción por el sosiego que ofrecen estos espacios; en la mayoría de los casos desde el respeto, en ocasiones con un marcado adanismo”.

Esto ha ido motivando “la reinterpretación de géneros artísticos, algunos con mirada a lo tradicional, otros a la reinvención, al enaltecimiento o a la crítica… Todo conduce a una profunda transformación de la idea denostada que se tenía del medio rural”, concreta.

Exposición en Salas Altas, en la edición de 2007. Foto: Estoesloquehay.
Exposición en Salas Altas, en la edición de 2007. Foto: Estoesloquehay.

Favorable a esta evolución, Pérez no esconde los riesgos que atañe el hecho de que lo rural sea ahora observado con ojos renovados: “De aquel ‘Todos los paletos fuera de Madrid’ se ha pasado a un enaltecimiento de las ruralidades y los espacios naturales del que –como no podía ser de otra manera- ya hace tiempo del que se han apropiado los eslóganes comerciales”.

En este viaje creativo hacia la modernización de la tradición, resalta, “algunos artistas trabajan desde postulados respetuosos con el pasado y una apuesta evidente por el retorno a lo natural en contraposición al artificio o a la abrumadora tecnología. Otros, sin embargo, están reescribiendo el relato de la visión tradicional del campo en clave contemporánea, propuestas en ocasiones heterodoxas que construyen el futuro de una nueva ruralidad, no solo como un sustrato que los alimenta sino como quintaesencia de su obra”.

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