El grupo de juristas expulsado por Marruecos mantendrá la presión en el juicio contra Nazha El Khalidi

Los abogados aragoneses Lourdes Barón y Ramón Campos llegaron este lunes a Zaragoza con la firme convicción de que se ha vulnerado su derecho a asistir al juicio. Han anunciado que lo intentarán de nuevo el 24 de junio, fecha a la que ha sido aplazado el juicio contra la periodista saharaui.

Los abogados aragoneses Ramon Campos y Lourdes Barón, a su llegada a Barajas.

Lourdes Barón y Ramón Campos, Observadores Internacionales expulsados de Marruecos, ya están en tierras aragonesas. A última hora de este lunes llegaron en tren desde Madrid, después de volar desde Casablanca tras serles denegada su entrada en El Aaiun (Sahara Occidental). Querían asistir al juicio contra la periodista saharaui Nazha El Khalidi y las autoridades marroquís se lo han impedido. Un juicio que estaba previsto que se celebrara este mismo lunes, pero que finalmente ha sido aplazado al 24 de junio.

En declaraciones a AraInfo, Ramón Campos ha asegurado que se encuentran “bien, pero cansados. Lo peor ha sido la incertidumbre de no saber cuándo iba a terminar y nos iban a mandar de vuelta, ya que hemos estado muchas horas con el pasaporte retenido”. Desde que se les denegase el acceso el domingo a mediodía, el trato dispensado por las autoridades marroquíes ha sido correcto, salvo por la insistencia en que durmiesen la noche del domingo al lunes en una sala de espera del aeropuerto. Finalmente, han atendido a sus demandas y les han dejado dormir en un hotel situado en el propio aeropuerto, aunque como asegura el abogado zaragozano, “nos lo hemos tenido que pagar nosotros”.

Tanto Ramón y Lourdes, como el resto de Observadores Internacionales -Lola Travieso, Ruth Sebastián y Sisi Talebbuia Hassan- vuelven con la clara convicción de que se ha vulnerado su derecho a asistir al juicio. “Había dos maneras de hacerlo. Una era por la admisión de la figura de observadores internacionales por parte del gobierno marroquí, que no ha sido el caso. La otra era ejerciendo el derecho que tenemos como abogados europeos, previo cumplimiento de las normas de acceso al país en cuestión. Y este ha sido el caso ya que hemos entrado legalmente en Marruecos y hemos cumplido las normas”.

Además de esto, portaban una credencial del Consejo General de la Abogacía que comunicaba al Ministerio de Exteriores español, para que a su vez comunicara al Ministerio de Exteriores de Marruecos, que iban a acudir en calidad de Observadores Internacionales. Es decir, todas las partes tenían constancia de su presencia. Ramón asegura que alguna de sus compañeras “lleva 17 años acudiendo a juicios de esta forma y nunca le han impedido el acceso, esta es la primera vez”.

En cuanto al motivo para aplazar el juicio al 24 de junio –la necesidad de inspección con detenimiento el contenido del teléfono móvil que le fue confiscado a la periodista a principios de diciembre del año pasado– parece responder más a una estrategia que a un motivo real. El abogado zaragozano opina que “si la hubieran juzgado hoy, con el revuelo que se ha producido, hubieran tenido muchas miradas puestas encima, sobre todo desde España y Noruega. Y parece ser que Amnistía Internacional también está encima del asunto. Por tanto, les habrá interesado que se diluya la repercusión informativa y juzgarla en otro momento”. Por ello, ha recalcado la importancia que cobra mantener la presión y “volver a intentar acudir al juicio el próximo 24 de junio”, algo que tienen clarísimo que van a hacer.

La periodista está acusada de “usurpación de profesión” por grabar un vídeo durante una manifestación pacífica que fue duramente reprimida por las fuerzas de seguridad marroquíes. Aquí no existe esta tipificación de delito, y lo más parecido que podemos encontrar es el denominado “intrusismo”, que como nos explica Ramón, sería la ejecución de una profesión por parte de alguien que no tiene la acreditación suficiente para ejercerla. Aquí no existen penas para ello, salvo determinados casos en los que se provocan consecuencias dañinas a las personas – practicar medicina sin ser médico, por ejemplo. Pero en el presente caso estamos hablando de una grabación con un teléfono móvil, como pudiera hacer cualquier persona. El hecho de que fuese una manifestación reprimida por las fuerzas de seguridad marroquíes es lo que ha provocado la persecución judicial a la periodista. Como asegura Ramón, “más allá de la forma que le están dando, esto finalmente es un tema de libertad de prensa y libertad de expresión”.

No se espera nada bueno del resultado del proceso. Históricamente, los tribunales marroquíes en la zona ocupada del Sáhara “han sido terriblemente duros y ha habido condenas importantes. De hecho, en este caso se piden dos años de prisión por la grabación de un video”.

El conflicto del Sáhara, explicado paso a paso y de forma entendible

Fuente: noteolvidesdelsaharaoccidental.org

Tras la retirada española en 1976, se produjo la conocida como Guerra del Sáhara Occidental. En un lado estaba el Frente Polisario (acrónimo de Frente Popular de Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro), sucesor del Movimiento para la Liberación del Sahara, desaparecido a manos de la policía territorial española en una insurrección en 1970 en El Aaiún, en la que varios saharauis fueron abatidos por la Legión Española durante la dictadura de Franco. En el otro lado, las fuerzas armadas de Marruecos y Mauritania.

Marruecos y Mauritania reclamaban el Sahara Occidental como parte de sus territorios. En 1974 el Estado español anunció la concesión de mayor autonomía a los saharauis y la celebración de un referéndum en 1975, pero Marruecos se opuso y la ONU obligó a España a suspender sus planes. Por entonces, el Frente Polisario ya había iniciado la lucha armada contra el Estado español en reclamo de su independencia y por la descolonización.

Ese 1975, en vez de referéndum, se produce la Marcha Verde, organizada por el rey Hassan II de Marruecos. Una invasión marroquí a los territorios, y mientras esto sucedía, el Estado español se limitó a evacuar a sus ciudadanos del territorio, llevándose hasta los cadáveres de los cementerios. A finales de ese mismo año, Marruecos, Mauritania y el Estado español firman en Madrid un acuerdo por el que España se comprometió a poner fin a su presencia en el Sáhara.

Ante esta situación, las tropas marroquíes tuvieron vía libre para la represión y los atropellos del pueblo saharaui, que incluyeron detenciones, torturas y asesinatos. Los saharauis abandonaron las ciudades por miedo a esta brutal y salvaje represión, pero ni siquiera eso les salvó, ya que las fuerzas armadas marroquís realizaron una campaña de bombardeos aéreos sobre los miles de civiles que estaban exiliándose o instalados en los campamentos provisionales, utilizando Napalm y fósforo blanco.

En 1976, Mauritania y Marruecos firmaron un acuerdo para repartirse el país: los dos tercios más al norte para Marruecos y el tercio restante para Mauritania. El Frente Polisario no se echó atrás y comenzó una guerra con ambos países. En 1979, Mauritania renunció a sus pretensiones y se retiró. Sin embargo, Marruecos entonces reclamó también ese tercio del territorio y proclamó su soberanía sobre la totalidad del territorio del Sáhara Occidental.

En 1985, las Naciones Unidas instaron a una negociación y referéndum con la retirada previa de las tropas marroquís. Sin embargo, Marruecos había empezado la construcción de un muro que dividía el Sáhara Occidental de norte a sur y lo terminó en 1987. Un muro rodeado de campos minados, fortalezas cada cinco kilómetros y custodiado por más de 100.000 soldados.

La preparación del referéndum siguió, y en 1989 se iniciaron las conversaciones instadas por las Naciones Unidas, no llegándose a ningún acuerdo sobre el censo a utilizar. En 2000 Marruecos cerró la puerta a este referéndum, mientras el Frente Polisario mantuvo su voluntad de negociación para la celebración de la consulta.

Desde entonces, no se ha llegado a ninguna solución ni se ha celebrado ninguna consulta. Los refugiados y refugiadas saharauis continúan en el desierto argelino, fundamentalmente en los Campos de Refugiados de Tinduf. Kofi Annan llegó a decir que el conflicto del Sahara tenía “una muy difícil solución”, y de hecho la ONU se ha desvelado como incapaz en la resolución del conflicto.

En 2005 se produjeron importantes protestas en los núcleos urbanos del Sahara Occidental en contra de la ocupación marroquí. En 2010 la policía marroquí disolvió un campamento de protesta en las afueras de El Aaiún, lo que desencadenó protestas y más represión de las autoridades marroquíes. Y así, hasta el día de hoy.

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