Hubo un momento, hace ya 12 años y medio, en el que estuvo a punto de no existir Desmontando a la Pili. No es nada personal ni exagerado si digo que esto habría sido una catástrofe para miles de personas. Lo contaba una de sus fundadoras, Lurdes Orellana, durante el evento de presentación de la nueva imagen y web de esta cooperativa del placer.
Entre las tantas anécdotas que contaron tanto ella como sus compañeras Victoria, Jara y Lorena me quedé con la que parecía más inverosímil: Tuvieron muchísimos problemas para registrar el nombre de ‘Desmontando a la Pili’ porque las acusaron de incitar a la violencia machista. Sí, a una cooperativa que se nombraba feminista cuando nadie lo hacía.
Lo más ridículo de todo es que tuvieron que enviar un escrito aclarando que esta cooperativa no pretendía “descuartizar” a la Pili, sino darle la vuelta a los prejuicios, mitos y creencias que nos merecíamos todas las pilis del mundo. Lo evidente.
En AraInfo hemos aprovechado esta oportunidad para hablar con Lurdes Orellana del antes y del ahora, de juguetes, del repunte de las ITS o del consentimiento y del deseo, pero sobre todo, de esta nueva Pili más diversa y ¿más madura?
Nueva imagen y nueva web. ¿Por qué este cambio?
Llevábamos tiempo queriendo cambiar la web. La primera de las razones era porque ya estaba desactualizada y en los móviles no se veía bien. Y la otra es que queríamos darle como un cambio primero a los contenidos y de imagen.
Queríamos que aparecieran las personas que forman parte del del proyecto para transmitir que detrás de la matrioska hay un equipo de personas.
Empezamos en la pandemia y dijimos, bueno, en el confinamiento puede ser un momento de darle un empujón. Pero para nosotras la pandemia fue un desastre, se nos cayeron muchos talleres, tuvimos muchas terapias y asesorías, y hacer malabarismos para sobrevivir. Y en septiembre de 2021 ya nos dijimos “ya, hay que ponerse ya”.
Por otro lado, queríamos actualizar, no solamente nuestra imagen de la web, si no actualizar también el logo. Al final partimos del hecho de que el proyecto está consolidado, y desde ahí todos los cambios.
La transformación de la imagen de marca está vinculado al desarrollo evolutivo de las personas. UN desarrollo donde pasamos de la infancia a la adolescencia, de ahí a la adustez y finalmente a la vejez. Digamos que estamos en la juventud llegando a una adultez como proyecto. La matrioska inicial, la Pili madre que le llamamos, así como todas variantes, es el inicio del proyecto. En esos momentos, hace 12 años, queríamos nombrar que la sexualidad estaba más invisibilidad, como si fuera un territorio oscuro y lejano. Con la imagen de la Pili queríamos sin embargo trasladar otro mensaje: su lado naif y sencilla que acercara la sexualidad como algo lindo, tranquilo, etc. que forma parte de todas las personas desde que nacemos hasta que morimos y que es que somos seres sexuados.
Así en esto momentos sabíamos que había que cambiar a una imagen nueva, más madura, más actual y más seria. también en cierto modo más neutra. No ha sido fácil en el plano emocional porque es despedirnos de unas imágenes que forman parte de nosotras. Pero como en el desarrollo evolutivo, cada momento tiene sus pérdidas pero también sus ganancias, asumir y avanzar en los procesos.

Han pasado 12 años y medio desde que abristeis la puerta al placer y el bienestar, ¿nos podéis hacer una comparación sobre cómo están las cosas ahora y cómo estaban entonces?
En estos 12 años y medio la sexualidad ha cambiado un montón. Ahora está mucho más visibilizada las orientaciones sexuales y las identidades de género. Vas a un instituto ahora y no tiene nada que ver con hace 15 años. Ahora, incluso, es el propio alumnado quien te nombra cosas, transitan y exploran todo ese terreno.
Ha cambiado también el oscurantismo, la invisibilidad que había antes. Ahora hay mucha más apertura. Hay mucha información, aunque mucha de ella sean malos mensajes. El mundo digital acerca mucho la información, pero no suele ser de buen contenido. El porno, por ejemplo, está a un sólo clic y, claro, transmite un mensaje sesgado y súper rígido.
Por otro lado, nosotras cuando empezamos no era fácil ser una cooperativa feminista. El nombrarte feminista hace 12 años no era tan sencillo. Y menos como un proyecto cooperativo de sexología. Nosotras nombrábamos la sexología feminista, que no existía, y que entre muchas le hemos ido dando forma. Te das cuenta de que toda esa parte androcéntrica y patriarcal también estaba en la sexología. Eso ha sido un cambio brutal, los feminismos han cambiado.
Ha cambiado un montón incluso el dedicarte al mercado de la erótica. Ahora hay más entidades, hay más empresas que lo hacen, hay más variedad de productos y con colores más lindos. Eso antes no era tan fácil de encontrar.
En las redes sociales, se está hablando del clítoris, de la vulva… Se está hablando de un montón de cosas que hace unos años no. Incluso de las relaciones abiertas, antes las nombrábamos así, pero ahora hay una riqueza de términos y posibilidades.
Así que sí, hay un cambio sustancial, bastante cuantitativo, pero no siempre es cualitativo. La sexualidad forma parte de todas ls personas, con lo cual todas podemos hablar de ella, faltaría más. Pero es una ciencia, la sexología, y como tal, hay un profesión y formación para ello. Observamos que de un modo hay bastante intrusismo. Cada cual desde su realidad o formación puede acercarse a la sexualidad, desde la ilustración o la narrativa, pero hay que hacerlo desde ahí, desde tu lugar. Hacer educación sexológica es un campo profesional y ahí deben estar las sexóloga y la psicología.
Algo que queremos siempre señalar, es que las sexóloga no opinamos, transmitimos unos mensajes científicos y damos herramientas para que se puedan gestionar y constuir. Quiero decir, que no es que yo opine que hay diversidad en la sexualidad, es que es un hecho que la sexualidad humana es diversa.
De hecho 12 años y todavía sigue habiendo alguna despistada que piensa que esto va de dildos, lencería y preservativos de sabores. Aquí también se viene a terapia, a aprender y a estudiar a una misma, ¿no?
Para nosotras ha sido y es un problema, un hándicap, o un freno, en algunos sentidos. Siempre ha sido nuestra apuesta trabajar el mercado de la erótica porque acerca el placer y eso es algo muy saludable. Es un mercado que existe, se puede y debe transformar. Hacerlo desde la economía solidaria, pues mucho mejor porque al final rompes con una dinámica más mercantilista, y trabajas por un consumo responsable y cuidando lo cómo frente a los qué.
A la gente le choca que tengamos esa parte o piensa que sólo hacemos esa parte cuando tenemos cuatro patas: educación, asesorías y terapia, ventas de productos y tuppersex.
Todas ellas basadas en cuatro perspectiva: la sexología, el feminismo, la diversidad y la economía solidaria. Esa parte (la tienda) es igual de importante que las otras y todas sirven de la misma manera. Lo que pasa es que a la gente le cuesta entendernos, o nosotras comunicarlo. Por ejemplo, ha sido complicado entrar en centros educativos porque vendemos productos eróticos.
Sí que me quería detener en un aspecto de la tienda y es que el cambio en la educación sexual también se puede ver en los tipos de juguetes que triunfan y, a veces, los juguetes han sido los que han podido cambiar las mentes. ¿Ha sido así? ¿Qué juguetes han sido más “revolucionarios”?
De delante a atrás, el satisfayer o los succionadores fueron una completa revolución. Han permitido verbalizar, explicitar y visibilizar el placer a través del clítoris. Es fantástico nombrar el clítoris, deslegitimar esa hegemonía de la penetración y, incluso del del falo o del pene. Quitar un enfoque pobre para enriquecer la erótica y ver la diversidad.
Pero, es capitalismo es tan brutal. Rápidamente se apropia y explota todo hasta la saciedad. El peligro del capitalismo es que hace creernos que todo el mundo con vulva le tiene que gustar el satisfayer y debe tener mínimo uno, por ejemplo.
Otro producto estrella ha sido la copa menstrual. La primera fue la Mooncup. Aquí en Zaragoza sólo se podía encontrar en el bar vegetariano Birosta, porque fue una apuesta colectiva de los propios movimientos sociales. Nosotras tuvimos claro que teníamos que llevarla y hacer mucho trabajo de visibilidad de la menstruación.
Ahora, la copa es conocida y la puedes encontrar en Carrefour, no sé si incluso me dijeron hace poco que Mercadona. Ahí está la cuestión, se visibiliza un dispositivo sostenible, respetuoso y saludable para los cuerpos y el medio, pero rápidamente se convierte en un producto mercantilizado. Y hay que pensar en por qué aquella copa es más barata o si realmente tiene un buen diseño ergonómico o si tiene una buena calidad la silicona (no toad la silicona es igual).
¿Quizás igual alguno dirigido para los hombres?
El problema con los juguetes para hombres o para cuerpos con pene es que el imaginario colectivo es tan potente, que se piensa que son sólo los juguetes para el pene. Cuando entran personas y dicen “¿no tenéis nada para chicos?”…, Hay un montón de cosas para las caricias, por ejemplo, pero no es lo primero que se piensa.
Cosas para el pene hay, por supuesto, pero hay muchos producto que estimulan la piel y, piel, tenemos todas las personas, quizá menos trabajada o explorada, pero piel hay. Siempre se dice que el cerebro es el mayor órgano sexual, pero es que el siguiente es la piel. Hay productos para la piel, todo lo que sería la cosmética para jugar y luego la vibración que el cuerpo también la nota, no sólo sirven para penetrar o para los genitales.
Si tienes vagina puedes introducirlo por la vagina. Y luego está el ano que tenemos todos los cuerpos. El ano, ese lugar común, ese lugar más democrático (decía un colectivo de esta ciudad, el Comando Rosa) y lo único necesita es explorarlo, dedicarle tiempo, buena lubricación y, sobre todo, si usas un juguete, que lleve tope.
La diferencia, entre hace 12 años y medio que empezamos nosotras y ahora, es que costaba muchísimo encontrar productos que no llevasen embalajes sexistas, que no fuesen tóxicos, que tuviesen buenos materiales y que fuesen bonitos y no hiperrealistas. Aunque ha cambiado y hay más variedad aún no es sencillo encontrar productos de proximidad, por ejemplo.
Hace unos días, la ministra de Igualdad, Irene Montero aseguraba que la falta de educación sexual ha hecho aumentar hasta en un 80% las ITS. La prevención y el cuidado es otro de vuestro pilares, ¿no es así?
No hay un momento determinado para hacer educación sexual, sino que hay que poder hacer educación sexual desde siempre. La educación sexual da herramientas para conocerse y relacionarte. Por ello debería estar contemplada desde edades muy tempranas. El cuerpo transmite mucha información y andamos muy perdidas.
El cuerpo tiene 3 niveles de procesamiento de la información: sensorial y motriz, emocional y cognitivo. Estamos en una sociedad que poner en valor lo cognitivo, pero no nos da las herramientas para conocer los otros dos y sobre todo, ponerlos en línea, que los 3 vayan a la par. Esto es educación sexual.
Por otro lado, la promoción de la salud es la vía para la educación sexual. Pero sabemos que esto requiere tiempo, pero es la manera más efectiva de educarnos. La promoción supone enfocar la educación desde lo propositivo, desde el cultivo, desde la salud como bienestar, mirando el placer y las emociones, etc, Está más que reconocido el poder y la efectividad de la promoción frente a la prevención a la hora de facilitar el desarrollo y lo negativas que son las actitudes prohibitivas o basadas en el miedo, para la salud.
Actitudes de cultivo, de pensamiento crítico, de autoconocimiento y todo eso, pues desde la alegría y el placer facilitas que la gente se cuide más. Aún así, las campañas de prevención son necesarias, pero no se hacen buenas campañas en estos momentos.
Nosotras hablado un montón de veces de lo genial de la campaña de “póntelo, pónselo”. Y estamos hablando de hace mucho años, pero que vemos que no se ha vuelto a hacer nada así. El uso del condón es una cosa que parece que está obsoleta. Sin embargo, el condón es estupendo. Sigue el método más completo (evita embarazos e ITS), es el más inocuo, económico y asequible. Pero sin embargo, hay otra vez un imaginario que nos hace pensar que es un incordio, como si te pusieras una manta toledana. Recibimos muchos mensajes de “es que aprietan”, “se pierde sensibilidad”… hay múltiples tamaños y bueno, si una cirujana opera a corazón abierto con guantes de látex, la perdida de sensibilidad en los genitales es muy relativo, ¿no crees?
Así que es fundamental un trabajo desde la promoción y buenas campañas de prevención. Si no, lo que hacemos es poner parches.

En un texto de vuestro blog comentáis que la educación sexual tiene que salir de lo políticamente correcto. Además, aunque gran parte de vuestro trabajo está enfocado a la educación en colegios e institutos, sí es cierto que ponéis mucho el acento en que la población adulta, las personas más mayores, también necesitan educación sexual.
Al final son las edades más invisibilizadas. Hay un edadismo cultural muy exagerado. Hay edades que tienen totalmente negada su sexualidad. Hay que nombrar y visibilidad todas las edades, cada cual con sus características y salir de la lógica de que la sexualidad está sólo en la edad fértil.
La sexualidad que hemos interiorizado es una sexualidad capitalista y patriarcal frente a una sexualidad que puede ser más saludable feminista y solidaria. Así que está muy arraigada una sexualidad productivista, cuyo producto final es el orgasmos, atlética, joven o explosiva.
¿Quiere decir que todo lo que no sea eso no es sexualidad, no hay erótica? Pues no, cada momento y cada persona lleva sus ritmos, más o menos cardio, más calmada o más acelerada, más sensorial o más genital, pero todas las personas tenemos un cuerpo sensitivo y con un potencial erótico estupendo.
Hace muy poco, el Congreso español aprobó la ley de libertad sexual en la que se pone en el centro el consentimiento. ¿Qué os parece esta ley? ¿El siguiente paso será reconocer la importancia del deseo?
Todo esto son avances son importantes en la visibilización del consentimiento. Ahora habrá que ver cómo se implementan. Es fundamental transmitir y cambiar el paradigma para comenzar a poner en valor lo guay que es que las personas sientan el DESEO o lo divertido de la seducción, que la sexualidad no tiene que ver con agresiones sino con el PLACER, que lleva respeto y cuidados. Trabajar la comunicación verbal pero sobre todo la no verbal.
Los cuerpos transmitimos mucha información y debemos hacernos cargo de toda esa información y sentirnos legitimadas con esa información. Poner en valor lo bonito, erótico, placentero, etc que son los cuidados, la cooperación, la vulnerabilidad y hacernos y hacer sentir bien.
Entender que la seduccion no es un ascensor que tú seduces y llegas a una meta. Esto de que si hemos empezado tenemos que llegar o yo me siento legitimado a que eres un sujeto-objeto que puedo utilizar para mi propio placer. Hay que poner en valor el propio y el placer ajeno, disfrutar de ver disfrutar. No sé cómo podemos meter esto es una campaña de solo sí es sí. Y después poner el peso en que tengas que explicitar me toca las narices, claro que solo sí es sí. No sólo se trata de un Sí explícito y verbal.
De hecho el cuerpo da mucho más información. La cuestión es que hay que enseñar a leer toda la información, tener herramientas y legitimar nuestro deseo y el de la otra persona. Y que esto es un valor social. Salir de una sociedad tan individualista y tan competitiva, para poner en valor otros códigos más de la cooperación, el respeto y el cuidado mutuo.
Otro gran melón dentro del feminismo es respecto a las identidades. ¿Esta nueva pili y ese asterisco tiene algo que ver al respecto? De hecho, siempre en vuestros talleres o cuando atendéis en vuestra tienda siempre sois cuidadosas al respecto. Aprendes y te descostruyes incluso cuando estáis vendiendo un dildo porque siempre mostráis como todas las opciones y nunca dais por sentado nada.
La Pili efectivamente ha tenido una imagen más feminizada. Desde un primer momento quisimos visibilizar todo aquello que supone lo femenino y ponerlo en valor. Hacer una Pili versátil como es la sexualidad, diversa. Ahora es más neutra, lo que la hace ser versátil desde su sencillez y madurez.
El asterisco pone de manifiesto no sólo la diversidad de identidades y deseos, sino que la sexualidad tiene muchas esferas y todas ellas son importantes. El ser humano es diverso en su dotaciones cromosómicas, en su genitalidad, en sus corporalidades y en sus sentires. Y volvemos a repetir, no es que lo pensemos así y se nuestra opinión, es que es un hecho.
Hay un discurso, por ejemplo, que habla de que ahora está de moda la diversidad, No, perdona, ahora la gente se siente legitimada a explorar su sexualidad. Al igual que exploramos la manera de vestir, la música o los hobbies , hay que poder explorar quién soy, qué siento, cómo lo siento y qué quiero hacer. Explorar la identidad en todo su potencial es garantía de salud y autonomía, el proceso de hacerse persona, que ya decía Carls Rogers.
Salir de la infancia, supone construir tu propio pensamiento, aparece el pensamiento abstracto, te juntas con los iguales, y tienes que explorar: orientación del deseo, las identidades de género, la música que te gusta, si quieres hacer aquello o lo otro. El grupo de iguales te aporta un lugar nuevo de exploración donde el sentimiento de pertenencia y de referencia garantizará ir transitando para un buen desarrollo evolutivo y llegar a la adultez.
Y bueno, Pilar es un nombre neutro. Lo que pasa que está más feminizado. En otras generación es más habitual que hubiera hombres llamados Pilar.
Por último, sí que quería preguntaros por otra de vuestras apuestas, la economía solidaria. Todo lo que se consume en Desmontando a la Pili es responsable, cuidadoso con el medio ambiente, vegano....
La sexología es una ciencia de transformación social en sí misma. Pero nutrirla de otras perspectivas de transformación social que intentan hacer sociedades más justas y sostenibles, que vea y ponga el foco en nuestro ser ecodepediente e interdependiente, le da a la sexología un mayor potencial y le da coherencia.
Desmontando a la Pili se intenta enmarcar dentro de la economía solidaria. Por ejemplo, supone no poner el foco en la acumulación o en vender, sino en que aquello que se haga sirva para cambiar y ayudar a generar salud personal y colectiva. Pero también dignificar los trabajos y las personas. Por supuesto me gusta lo de sin ánimo de lucro. Una entidad no debe lucrarse, sino que tiene que dignificar a las personas que hacen posible que esa entidad exista y funcione.
Se trata de cuidar el cómo se hacen las cosas frente al qué haces. Hacer dinámicas horizontales, que no hay un reparto de los beneficios (si los hay, claro) sino que el proyecto se mantenga y no haya un beneficio económico de unas personas.
Me gusta mucho de la economía solidaria que llama siempre a la cooperación y a involucrarte con tu entorno, en el barrio, te invita a enredarte y ver el potencial de que juntas somos más fuertes.