El pasado 7 de julio varias personas del campamento Las Raíces de Canarias decidieron comenzar una huelga de hambre para denunciar las condiciones indignas de este espacio y para denunciar que se encuentran atrapadas en la isla sin poder ir a ningún otro lugar del Estado español.
Según ha denunciado la Asamblea de Apoyo a Personas Migrantes de Tenerife, “el frío, la comida en mal estado, el trato racista de algunes trabajadores de Accem y el bloqueo que no les permite viajar fuera Canarias hacia otros territorios del estado español, siguen siendo el pan de cada día para las personas migrantes”.
El Pacto europeo de Migración y Asilo convierte a las Islas Canarias en “cárceles a cielo abierto”, según denuncia la plataforma COESPE: “El Gobierno español defiende la política migratoria de la UE que pone el foco en el retorno, las deportaciones, la externalización de fronteras y la firma de acuerdos de readmisión por terceros países como herramientas básicas del control fronterizo, por delante de los derechos humanos y la acogida digna”.
El flujo migratorio que llega a Canarias desde África apenas representa el 3% del total de personas que llegan cada año a las islas que se han convertido en frontera sur de Europa. Estas islas soportan altas tasas de pobreza, exclusión social y precariedad laboral. Aunque están sometidas, desde hace décadas, a una enorme presión demográfica, esta situación no se ha visto agravada por la llegada de migrantes “no regulares” a sus costas.
Canarias con dos millones de habitantes, recibió casi 17 millones de turistas en el 2017, es uno de los territorios más empobrecidos del Estado español y de la Unión Europea. Desde COESPE solicitan amplias medidas sociales destinadas a sostener a las personas en riesgo de pobreza y exclusión de la población residente en Canarias y en el Estado español.
La Coordinadora Estatal del Sistema Público de Pensiones (COESPE) se solidariza con las personas migrantes en huelga de hambre por no poder salir de Canarias, y manifiestan que las personas migrantes africanas no pueden seguir siendo rehenes en las islas Canarias, que las islas no pueden convertirse en campos de concentración y cementerio marítimo para quienes buscan un mejor presente para los suyos.
Frente a la política migratoria insolidaria y racista de la Comisión Europea y del Gobierno español reclaman más medios para salvar más vidas, el desbloqueo del tránsito de las personas migrantes hacia otros puntos del Estado y de Europa, y el fin de estas políticas migratorias.