Lorenza, Narcisa, Inocencia, Josefa, Julia, Isidora, Melania, Felisa, Andresa, Leonor y Martín llevaban un mundo nuevo en su corazón

Uncastillo se ha volcado en el homenaje a estas once personas vecinas de la localidad, asesinadas por los fascistas en el verano de 1936 por sus ideales políticos. Recuperadas y exhumadas gracias al trabajo del movimiento memorialista, 86 años después los cuerpos han recibido por fin un entierro digno.

Cristina Sánchez Martínez, historiadora del Equipo Arqueológico Forense de Aragón, durante el homenaje en Uncastillo. Foto: Álvaro Sanz (@Asanzr)

El acto, organizado este domingo, 18 de septiembre, en el cementerio municipal de Uncastillo por las entidades memorialistas CHARATA y CHAMA, ha reunido a decenas de personas en busca de dignidad, justicia y reparación. Se ha desarrollado frente a los monolitos inaugurados en 2010 en el que figuran todos los nombres de las vecinas y vecinos del municipio de las Cinco Villas víctimas del fascismo.

Las víctimas

Lorenza Arilla Pueyo, Narcisa Pilar Aznárez Lizalde, Inocencia Aznárez Tirapo, Josefa Casalé Suñén, Julia Claveras Martínez, Isidora Gracia Arregui, Melania Lasilla Pueyo, Felisa Palacios Burguete, Andresa Viartola García, Leonor Villa Guinda y Martín Cortés Lasilla

La comarca de las Cinco Villas, donde se enclava la villa de Uncastillo, fue una de las señaladas para ser rápidamente sometida a control militar tras el golpe de Estado del 18 de julio de 1936, por su profunda tradición de lucha agraria y reivindicaciones sociopolíticas. La Guardia Civil, apoyada por las milicias locales de Falange y Requeté, inició una sangrienta ola de represión, detenciones ilegales y cientos de asesinatos extrajudiciales.

Martín Cortés Lasilla tenía 21 años, era soltero y trabajaba en la carpintería de su cuñado Antonio Plano Aznárez, alcalde socialista de Uncastillo depuesto por los sublevados. Martín, miembro fundador de las Juventudes Socialistas locales y contador en su junta directiva, fue asesinado por guardias civiles y falangistas el 30 de julio de 1936 en las proximidades de Sádaba.

Al caer la noche del 30 de agosto de 1936 falangistas de Uncastillo fueron casa por casa deteniendo a diez hombres y otras tantas mujeres a las que encerraron en los calabozos del ayuntamiento, para conducirlas al amanecer, en un camión, a la prisión de partido de Exeya. El 31 de agosto ellas fueron asesinadas por falangistas en el cementerio de Farasdués y sus cadáveres arrojados a una fosa común clandestina en el cementerio de la localidad.

Lorenza Arilla Pueyo, Narcisa Pilar Aznárez Lizalde, Inocencia Aznárez Tirapo, Josefa Casalé Suñén, Julia Claveras Martínez, Isidora Gracia Arregui, Melania Lasilla Pueyo, Felisa Palacios Burguete, Andresa Viartola García y Leonor Villa Guinda fueron asesinadas por su destacado papel social y político durante la II República en Uncastillo o como víctimas sustitutas de sus parientes varones, destacados militantes de izquierdas (Juventudes Socialistas, CNT y UGT), huidos a zona republicana. Fueron rapadas, arrastradas y violadas, antes de ser asesinadas.

Uncastillo

A solicitud de sus familiares, a finales del año 2018, CHARATA para la Recuperación de la Memoria Histórica de Uncastillo comenzó una campaña arqueológica de localización y exhumación de fosas comunes en el cementerio municipal de Sádaba, donde se pudo exhumar e identificar genéticamente al uncastillero Martín Cortés Lasilla.

En el año 2020 el Colectivo de Historia y Arqueología Memorialista Aragonesa (CHAMA), en colaboración con la Asociación CHARATA, nuevamente a solicitud de sus familiares, consiguieron exhumar en el cementerio de Farasdués (Cinco Villas) una fosa común donde se encontraban los restos de las diez uncastilleras asesinadas en agosto de 1936, que recientemente han terminado de ser identificadas genéticamente.

En el transcurso de estos años se han realizado varias campañas de exhumación, además de los necesarios estudios antropológicos y genéticos. La Diputación de Zaragoza y la Comarca de las Cinco Villas costearon mediante ayudas al desarrollo de la Memoria Histórica el grueso de los análisis genéticos y de dichas exhumaciones, que también han contado con el apoyo de los Ayuntamientos de Exeya, Sádaba y Uncastillo, así como una pequeña ayuda del Gobierno de Aragón. Finalmente, se ha conseguido una ayuda de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática para costear los gastos de entierro y del homenaje público.

Después de varios años de lucha y duro trabajo, ha llegado el momento de realizar el homenaje y entrega de restos de este joven y estas diez mujeres que "llevaban un mundo nuevo en su corazón".

Las campañas arqueológicas de exhumaciones

La intervención arqueológica en el cementerio municipal de Sádaba tenía como objetivo localizar a cuatro jóvenes de Uncastillo, que durante la Guerra Civil (1936-1939) fueron víctimas del fascismo: Martín y Francisco Cortés Lasilla, Mariano Rebla Alegre y Luis Torrea Rived.

El resultado fue el hallazgo de una primera fosa individual donde se exhumó un cuerpo que fue identificado meses después mediante análisis genéticos como Martín Cortés Lasilla. Además, se encontró una fosa común de grandes dimensiones que correspondía a la gran matanza acaecida el día 3 de agosto de 1936 en las cercanías de Sádaba, en el lugar conocido como La Pardina.

Allí fueron asesinadas por los fascistas un total de 18 personas provenientes de la cárcel de partido de Sos del Rey Católico.

Farasdues Uncastillo
Exhumación en Farasdués. Foto: Javier Ruiz

Entre los años 2020 y 2021 se llevaron a cabo dos campañas arqueológicas en el cementerio de Farasdués donde se buscaba a unas 50 personas asesinadas entre el 25 de agosto y diciembre de 1936 por las escuadras que ejercían la represión en las Cinco Villas.

Las víctimas procedían de localidades cincovillesas como Uncastillo, Asín, Ardisa, Erla, Exeya, Biota, Castiliscar, Luna, Lacorvilla, Sádaba y el propio Farasdués, además de tres pastores navarros.

En la primera campaña de exhumaciones en Farasdués, se localizaron y exhumaron dos fosas comunes con un total de 18 víctimas. La primera de ellas albergaba los cuerpos de diez mujeres de Uncastillo asesinadas por falangistas el 31 de agosto de 1936. La segunda contenía los restos de un grupo de hombres asesinados el 8 de septiembre de 1936, que se hallaban presos en la cárcel de partido de Exeya.

En el año 2021 tan sólo se pudieron recuperar otros tres cuerpos, porque las tumbas construidas en décadas posteriores destruyeron el resto de las fosas comunes. En una fosa común se exhumaron dos hombres asesinados el 25 de agosto de 1936, cuyos nombres se desconocen, y un tercero enterrado de manera individual, que ha sido identificado como Miguel Bailo Paradís, miembro de la UGT y concejal socialista de Biota.

Para estos últimos trabajos se contó con ayudas de la Diputación de Zaragoza, la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón y una ayuda en materia de memoria democrática concedida en este sentido por la FEMP al Ayuntamiento de Exeya, que también colaboró con sus propios recursos.

El equipo técnico responsable de estos trabajos ha sido el Equipo Arqueológico Forense de Aragón, compuesto por la historiadora Cristina Sánchez Martínez, los arqueólogos Javier Ruiz Ruiz, José Ignacio Piedrafita Soler, Ana Rubio Zaurín, Ricardo Gayán Romero, la antropóloga Miriam Gracia Martínez, el documentalista Miguel Ángel Capapé Garro y el asesor administrativo Ismael Sanz Remón, con el valioso apoyo de otros profesionales.

Este equipo ha realizado en la última década más de una treintena de intervenciones sobre fosas comunes de la Guerra de 1936 y la posguerra en Aragón, exhumando a 144 víctimas de la represión franquista, guerrilleros o soldados combatientes. Las identificaciones genéticas han sido hechas por la doctora Pilar Madero (fosa de Sádaba) y el laboratorio NASERTIC (fosa de Farasdués).

“En todo momento se ha contado con la inestimable colaboración de los familiares de las víctimas. También queremos extender nuestro agradecimiento a todas las personas voluntarias que de una u otra manera han colaborado en las diferentes campañas de exhumaciones, a las asociaciones memorialistas implicadas como el Colectivo de Historia y Arqueología Memorialista Aragonesa (CHAMA), la Asociación por la Recuperación e Investigación Contra el Olvido (ARICO), la Asociación Batallón Cinco Villas y la ARMH Simién de Luesia, así como a las administraciones públicas implicadas, ya que sin su ayuda todo hubiera sido mucho más difícil”, señalan desde el equipo arqueológico.

Uncastillo
Cartel del acto celebrado este domingo.

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