Entre noviembre y mediados de diciembre de 2018 la Asociación Charata para la Recuperación de la Memoria Histórica de Uncastillo y el Equipo Arqueológico Forense de Aragón llevaron a cabo una intervención arqueológica en el cementerio municipal de Sádaba (Cinco Villas). El objetivo era localizar a cuatro jóvenes de Uncastillo, que durante la Guerra de 1936 fueron víctimas civiles del fascismo: Martín y Francisco Cortés Lasilla, Mariano Rebla Alegre y Luis Torrea Rived. Los trabajos se iniciaron a petición de varios familiares y a iniciativa de Charata, siendo financiados con ayudas de la Diputación de Zaragoza y la comarca de las Cinco Villas, además de contar con la colaboración del Ayuntamiento de Sádaba.
El resultado fue el hallazgo de una primera fosa individual donde se exhumó un cuerpo que fue identificado meses después mediante análisis genéticos como Martín Cortés Lasilla. Martín Cortés, tenía 21 años, era soltero y trabajaba en la carpintería de su cuñado Antonio Plano Aznárez, alcalde socialista de Uncastillo depuesto por los sublevados. Martín, miembro fundador de las Juventudes Socialistas locales y contador en su junta directiva, fue asesinado por guardias civiles y falangistas el 30 de julio de 1936 en las proximidades de Sádaba.
Durante la continuación de los trabajos el equipo arqueológico localizó una segunda fosa común de grandes dimensiones, la segunda más grande de la represión franquista en Aragón, que correspondía a la gran matanza acaecida el día 3 de agosto de 1936 en las cercanías de Sádaba, en el lugar conocido como La Pardina. Allí fueron asesinadas por los fascistas un total de 18 personas provenientes de la cárcel de Sos del Rey Católico. Aunque se desconoce la identidad de todas las víctimas, pues sólo una pequeña parte fueron registradas, las investigaciones históricas desarrolladas permitieron establecer que en su mayor parte eran vecinos y vecinas jóvenes de esta villa: 16 hombres y dos mujeres. Ellas serían Clementina Remón Soteras y Encarnación Compains Bandrés. Sin embargo, siempre ha existido la posibilidad de que pudiera haber algún navarro o vecinos de las cercanas poblaciones cincovillesas de la Valdonsella.
Cabe recordar que el 18 de julio de 1936 en Sos los sindicatos UGT y CNT habían decidido preparar la defensa de la legalidad republicana con la ayuda de muchos compañeros de localidades próximas navarras como Zangotza / Sangüesa o Cáseda y de los numerosos obreros que trabajaban en las obras del Canal de las Bardenas. El 20 de julio de 1936 entró a tiros en Sos del Rey Católico una columna al mando del capitán fascista Miguel Sánchez Blázquez, enviada por los sublevados con la finalidad de someter las Cinco Villas, comarca de gran implantación republicana. A resultas de este desigual combate murieron dos personas, resultaron heridos una decena de civiles y hubo más de 90 detenciones, que ingresaron en la Prisión Provincial de Zaragoza el día 24 de julio. La represión en Sos continuó en los meses siguientes.
Ambas fosas se hallan catalogadas en el denominado Mapa de Fosas Comunes de Aragón (www.sipca.es), aunque con datos inexactos y señaladas erróneamente como fosas comunes "desaparecidas".
El largo proceso de identificación genética de las víctimas
A finales del año 2019 la asociación Charata consiguió nuevas ayudas por parte de la Diputación de Zaragoza y la comarca de las Cinco Villas para hacer frente al elevado coste económico de la identificación genética (ADN) y los estudios antropológicos forenses de los 18 cuerpos exhumados en la segunda fosa común de Sádaba. Se enviaron al laboratorio genético muestras óseas y dentales de los 18 individuos exhumados y muestras sanguíneas indubitadas de 24 posibles familiares para ser analizadas con el objetivo de cotejarlos y establecer comparativas de ADN que identificaran los cuerpos en base a sus relaciones de parentesco, explica el Equipo Arqueológico Forense de Aragón.
Los resultados se retrasaron enormemente debido a problemas en el laboratorio derivados de la pandemia. Además, el primer informe genético fue descorazonador. No se había obtenido ADN analizable de 7 de los 18 esqueletos exhumados, ni de cuatro muestras de sangre de familiares. Así pues, dos años después de terminada la exhumación tan sólo había tres víctimas identificadas.
Inmediatamente después la asociación Charata comenzó a buscar nueva financiación para repetir los análisis de las muestras negativas. Lo obtuvo gracias al decidido apoyo del Gobierno navarro, implicado en este proceso por la posible presencia de navarros entre las víctimas (durante la exhumación se interesaron varios sangüesinos) y, además, muchos de los descendientes de las víctimas sosienses son ahora habitantes de Nafarroa. Además, se consiguieron nuevas muestras sanguíneas indubitadas de otros tres posibles familiares.
Recientemente finalizaron los trabajos genéticos que, de momento, han permitido identificar a 9 de las 18 víctimas, todos ellos vecinos y vecinas de Sos: José Gayarre Ripalda, Serafín Maisterra Campos, Jesús Gabás Lacuey, Miguel Ordorica, Eugenio Ledesma Zapatero, José Cuartero Pérez, los hermanos Isidro y Santiago Soteras López y una novena que podría ser Encarnación Compains Bandrés o su madre Leonarda Bandrés Martínez.
Además, los perfiles genéticos y los datos antropológicos indican que en realidad tres de las víctimas son mujeres: dos jóvenes menores de 24 años y una mujer adulta. Tampoco han podido identificar otros dos cuerpos que tienen un parentesco de 3º o 4º grado, uno de ellos con los hermanos Soteras López y otro con la familia de Jesús Gabás Lacuey. Los resultados de los análisis genéticos se han integrado en el Banco de ADN del Gobierno navarro, que gestiona el laboratorio público Nasertic.
Llamamiento a posibles familiares
Tanto la asociación Charata, como el equipo técnico responsable de esta exhumación, encabezado por el arqueólogo Javier Ruiz, sienten "enormemente" el retraso que se está produciendo en la identificación de las víctimas, que "se está revelando como una labor muy ardua". Sin embargo, también quieren hacer constar que actualmente continúan investigando y trabajando en las nueve identificaciones pendientes.
Para ello, han remitido de nuevo al laboratorio otra muestra ósea del único esqueleto del que aún no se ha obtenido ADN y "se van a enviar nuevas muestras sanguíneas de otras posibles familias que han contactado con nosotros recientemente", explican a AraInfo.
Finalmente, hacen un llamamiento a todas aquellas personas que puedan ofrecer nuevos datos sobre la saca del 3 de agosto de 1936 o a familiares de posibles víctimas tanto de Sos, como de otras poblaciones del entorno, que pudieron ser detenidos entre julio y principios de agosto de 1936 en la cárcel de partido de Sos del Rey Católico. Para contactar con el Equipo Arqueológico Forense de Aragón se puede hacer a través de correo electrónico: equipoarqueo@gmail.com.