Una iglesia románica en Monterd entra en la Lista Roja del Patrimonio

San Miguel de Llumes, que data del 1131, presenta unas preocupantes grietas que amenazan su estructura

Foto: Javier Blasco

Desde que se reabrió al culto en 1954, el mantenimiento y la vigilancia de la iglesia románica de San Miguel de Llumes (Monterd) han sido escasos. Presenta dos grietas verticales en el ábside que van de lado a lado del muro partiéndolo en tres paños y una grieta longitudinal a lo largo de la bóveda que, desde un punto de vista estructural, son lo más preocupante. En el interior, el suelo de terrazo rezuma humedad y la transmite a las paredes hasta una altura de más de un metro todo alrededor. Tiene goteras debido al mal estado de la cubierta y carcoma en varios elementos como el confesionario y la peana.

La entidad Hispania Nostra denuncia que “hay un peligro inminente que puede poner en riesgo a las personas que frecuentan la iglesia”.

Por estos motivos, la iglesia románica de San Miguel de Llumes acaba de incorporarse a la Lista Roja del Patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra (www.listarojapatrimonio.org) y que recoge más de mil monumentos españoles que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores.

Foto: Javier Blasco

La primera referencia a la iglesia parroquial de San Miguel de Llumes data de 1131 en el fuero de Calatayud. Sin embargo, la construcción de la iglesia tal y como se puede ver ahora, pero sin la torre y los anexos, data de la segunda mitad del siglo XII o principios del XIII. Desde entonces no ha sufrido modificaciones estructurales, posiblemente debido a que Llumes estuvo despoblado durante siglos y por tanto a nadie se preocupó de realizar ningún tipo obra de mejora ni de modificación.

Se restauró a mediados del siglo XX tratando de conservar las características originales y se devolvió al culto para la nueva población que se fue asentando allí. Lamentablemente, posteriores intervenciones bien intencionadas han perjudicado con yesos y morteros el aspecto original del templo.

Se trata de una pequeña iglesia románica ubicada en el valle medio del río Piedra y a unos 6 km del Monasterio de Piedra aguas abajo.

Foto: Javier Blasco

Es una iglesia de una sola nave de cuatro tramos, orientada, que cuenta con una cabecera (ábside y presbiterio). Los muros son de mampostería y hay una torre de planta cuadrada adosada al hastial de poniente de época posterior (siglo XVII), que destaca por su tamaño en relación al resto del edificio, y por los cinco vanos que tiene en sus muros. En cuanto a las campanas, hay una de época moderna, pero pudo haber otra ya que el vano o hueco existe.

La portada románica consta de dos arquivoltas lisas que se sustentan por medio de ábacos decorados con dos parejas de capiteles a base de arpías y monstruos. En el centro está el tímpano con un pantocrátor (Cristo en majestad) flanqueado por el tetramorfos. La nave se divide en cuatro tramos por medio de tres arcos fajones de medio punto con ménsulas que apoyan en pilastras adosadas.

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