La Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA), a tenor del último informe encargado por el Gobierno de Nafarroa a la consultora Geoconsult sobre la seguridad de la presa de Yesa, ha realizado un análisis del actual estado de la ladera derecha de dicha infraestructura a raíz de los datos publicados en dicho informe, los últimos datos publicados por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y por parte del Ayuntamiento de Zangoza/Sangüesa. Los autores del informe son los investigadores de la Universidad de Zaragoza, Antonio María Casas Sainz, y Antonio Aretxabala Díez, del Departamento de Ciencias de la Tierra.
El informe de la FNCA determina que en la ladera derecha de Yesa se están produciendo varios deslizamientos de manera simultánea. Los dos mayores tienen superficies de rotura a unos 117 metros y 60 metros de profundidad.
También se constata que el Factor de Seguridad (FS) absoluto cayó en 2013 a valores de inestabilidad cercanos a la unidad a causa de las excavaciones para la acogida del estribo y las labores de estabilización. "Es por ello que en Yesa tenemos ahora un deslizamiento reactivado que se mueve entre <2 y 4 mm/mes y se encuentra por lo tanto en equilibrio estricto. Ello significa que la ladera es igual de probable que se caiga como que no. Es llamativa la paradoja, observable en el siguiente gráfico, de que el aumento de presupuesto no ha mejorado el FS".
Otro aspecto que se pone de relieve es que, siendo tan grande el volumen deslizado, cualquier actuación superficial repercutirá poco en la mejora o en el empeoramiento de las condiciones, que como mucho mejorarán (o empeorarán) un 20%. Por tanto, no se pueden alcanzar valores “generosos” del factor de seguridad, algo que es irrenunciable para garantizar a futuro la seguridad de las poblaciones aguas debajo de la presa.
"Es por ello -añade el informe-, y esto es una de las cosas más cuestionables del informe del Gobierno de Navarra, que, en lugar de utilizar el Factor de Seguridad, indicador internacionalmente aceptado y aplicado, se propone redefinir el concepto de 'estabilidad' de acuerdo a una velocidad de movimiento aún sin definir: poco movimiento = 'estable' y mucho movimiento = 'en caso contrario'".
"Es significativo que, aun así y con los datos medidos a fecha de hoy, el indicador se superaría en más del triple y la ladera derecha seguiría siendo inestable. Además, es más que cuestionable que para preservar la seguridad se utilice un parámetro que puede variar de forma repentina por factores como lluvias intensas o sismicidad", subraya el documento.
Según concluye el informe de la FNCA, en Yesa, el debate técnico y científico lo ha dicho prácticamente todo: la ladera no es estable, se mueve y nunca desde 2013 alcanzó ninguna situación que se pueda reconocer como estable.
"La estabilidad de la ladera derecha de Yesa sigue siendo un estado a alcanzar, una promesa. La vida de miles de personas depende de si se sigue persistiendo o no en el error de asumir que el llenado posterior al recrecimiento se puede culminar en las actuales condiciones de no estabilidad, con la ladera rota para siempre, con avance superficial y profundo del deterioro, en movimiento, y sustentando a la nueva presa".