Según denuncia el Congreso Nacional del Kurdistán (KNK), "en las últimas semanas, tras la caída del dictador Bashar Al-Assad, el norte de Siria y Rojava han sido testigos de graves atentados", así definen los ataques militares de Turquía y los grupos armados bajo su influencia. "Lo que debería haber marcado el inicio de un diálogo pacífico y una transición democrática se ha convertido, en cambio, en un campo de batalla de intereses extranjeros que amenaza la estabilidad de la región", añaden.
26 personas asesinadas en la presa de Tishrin
Los ataques de las fuerzas turcas, según informa el KNK, se han centrado en dos puntos críticos: el puente de Qaraqozak y la presa de Tishrin. Estos dos lugares representan enlaces vitales entre Manbij y Kobane, siendo su control crucial para que el Estado turco avance "en su deseada invasión". La entidad kurda añade que "los daños en la infraestructura de la presa corren el riesgo de tener consecuencias catastróficas para hasta un millón de personas río abajo, amenazando vidas y medios de subsistencia en centros urbanos como Raqqa y sus alrededores". Es necesario recordar que residentes del norte y el este se Siria sostienen una "vigilia popular" para proteger la presa de Tishrin, que proporciona electricidad a la región y es vital para la vida civil.
Desde el colapso del régimen político de Al-Assad, "el Estado turco no ha hecho más que intensificar sus ataques, dirigidos contra los civiles congregados en la presa y las zonas civiles cercanas, con aviones no tripulados, aviones de guerra F-16 y artillería, lo que ha causado numerosas víctimas". Según la agencia de noticias Mezopotamya, desde el 8 de diciembre, 26 civiles -entre ellos personas ancianas, niños, niñas, activistas internacionales, periodistas, artistas y activistas políticos- han perdido la vida y al menos 247 residentes en este territorio han resultado heridos debido a los ataques aéreos lanzados por Turquía y grupos paramilitares afiliados. "Ni siquiera las ambulancias que intentaban transportar a los heridos se salvaron, lo que causó la destrucción de dos ambulancias y la muerte de tres trabajadores sanitarios", reportan haciéndose eco de las informaciones ofrecidas por la agencia.
Otros 18 civiles muertos por drones turcos
Pero la sangría de los ataques del ejército turco no termina con el relato anterior. Según informa el KNK, otros 18 civiles perdieron la vida por los ataques de drones turcos en tres lugares distintos de Rojava. El 26 de enero, tres civiles -entre ellos dos niños- murieron en la zona rural oriental de Ain Issa. El 27 de enero, tres miembros de una familia -uno de ellos un niño- murieron en un ataque turco con drones en la aldea de Um Hermel, en el distrito de Zirgan. Ocho personas resultaron heridas. Y el 28 de enero, el Estado turco bombardeó la ciudad de Siren, a unos 40 kilómetros al norte de la presa de Tishrin. Doce personas murieron y otras trece resultaron heridas.
Desde el organismo kurdo hacen un llamamiento "a la acción inmediata y a la solidaridad para hacer frente a estas violaciones de Derechos Humanos y evitar una nueva escalada". Para ello proponen "obligar al cumplimiento del derecho internacional" y piden "a todas las organizaciones internacionales de las que Turquía es miembro que presionen para que se adhiera al derecho internacional y pongan fin a su campaña de limpieza étnica". El KNK termina su comunicación exigiendo el final de la agresión turca en Siria y el respeto inmediato de "los alto el fuego existentes".