Varias veces he comentado por escrito la vital importancia que tiene la utilización correcta de palabras, vocablos o epítetos. Mucho más cuando ese empleo es sesgado y lo utilizan en provecho de algo, o alguien, nuestros medios informativos de masas que, dicho sea de paso, de nuestros, de la mayoría, no tienen casi nada. Siempre he recordado al tiempo la fábula de Esopo respecto a la bondad y maldad de la lengua. Hace años se empezó a poner de moda el epíteto “populista”. Los citados medios, conscientes de todo su sesgo peyorativo, lo utilizaron tanto para calificar partidos políticos que …

