La ultraderecha española, con Vox como su máximo exponente, está dispuesta a todo para proteger sus privilegios, incluso poner en peligro la salud de la ciudadanía y cargarse de un plumazo el sacrificio de más de dos meses de crisis sanitaria.
Enfundados con las rojigualdas al grito de "Gobierno dimisión", proclamas de odio y discurso anticomunista que huele a un rancio podrido. Ruido, mucho ruido, pero poco más, en las protestas de este sábado en Zaragoza y otras ciudades, son claro ejemplo de ello.
Santiago Abascal, su líder a lomos de un caballo imaginario, lo tiene claro: "España prevalecerá como lo ha hecho siempre, frente a los nuevos comunistas de coleta larga". Santiago "cierra España" y sigue arengando a sus masas que cabalgan en Rolls Royce.
Como su modelo, el ultraderechista presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se ríen de la ciencia, desprecian el conocimiento, y arriesgan su salud y nuestras vidas porque "el poder es suyo" y ningún científico les obligará a confinarse, tal y como arengaba Rocío Monasterio, otra de las voces estridentes de Vox.
Tal y como avanzó AraInfo este sábado, mientras la ultraderecha sale impune de sus bravuconadas, varias personas fueron multadas en Zaragoza por el simple hecho de portar simbología antifascista. Guante de seda para las primeras, mano de hierro para las segundas.
"Sanitarias curando, fascistas contagiando. El fascismo también es un virus", les recordaron dos enfermeras del Hospital de Ciudad Real que se plantaron frente a los manifestantes de Vox. El gesto valiente de las sanitarias recibió los insultos de los ultras y una multa por "desobediencia a la autoridad" impuesta por las Fuerzas de Seguridad del Estado. Siempre la misma canción.
Por la mañana VOX, por la tarde manifestación ilegal de ultraderecha #Zaragoza donde @DelGobEnAragon incauta banderas antifascista mientras permite esto. pic.twitter.com/9W7dxUBrtr
— Jon Manteca (@CojoManteca2) May 23, 2020