Profesionales sanitarios: “Estamos trabajando para que la salud de las personas sea la idónea y nos estamos dejando la nuestra en el camino”

En el Estado español hasta la fecha son ya 50.938 los y las profesionales sanitarias contagiadas por COVID-19. Todas ellas de un total de 231.250. Es decir, un 22% de las personas que contraen el coronavirus pertenecen al colectivo sanitario. En Aragón esta cifra alcanza los 930 casos confirmados del total de 7.177 personas contagiadas. Esto significa casi un 13% de profesionales sanitarios infectados por el coronavirus.

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Foto: Clay Banks (Unsplash).

Poco a poco se apagan los aplausos. Son las 20.00 horas y el pequeño gran homenaje que la ciudadanía dedicaba todos los días al colectivo sanitario parece debilitarse. El paso a la fase 1 de la desescalada ha provocado que estos disminuyan de manera proporcional al ritmo de la salida del confinamiento. Y este hecho es significativo por lo que ello implica. Cada cual que saque sus propias conclusiones.

Conviene recordar, para que no se nos olvide, que en el Estado español hasta la fecha son ya 50.938 los y las profesionales sanitarias contagiadas por COVID-19, según los datos notificados al Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) por parte de los territorios. Todos ellos del total de personas infectadas por el virus a nivel estatal: 231.250. Es decir, un 22% de las personas que contraen el coronavirus pertenecen al colectivo sanitario.

En Aragón esta cifra alcanza los 930 casos confirmados del total de 7.177 personas contagiadas. Esto significa casi un 13% de profesionales sanitarios infectados por el coronavirus. Unos datos que invitan a no bajar la guardia a la hora de proporcionar equipos de protección para estos trabajadores y trabajadoras que, literalmente, se juegan la vida todos los días para salvar la de los demás.

Siguiendo con la serie de piezas que desde AraInfo estamos publicando para dar voz a las personas que se encuentran en la primera línea para frenar el avance de la pandemia, os dejamos dos breves entrevistas realizadas a mediados del mes de abril a dos trabajadoras que desempeñan su labor en sendos hospitales de la capital aragonesa.

"Pretenden que las batas que no son reutilizables, las mandemos a esterilizar para que luego las utilice otra persona"

Rebeca es activista de la Asociación Acción Enfermera y trabaja como tal en la Sección de Enfermedades Infecciosas del Hospital Infantil, la ‘Joya de la Corona’, tal y como ella lo califica. Reconoce que se encuentra "en un sitio privilegiado", pero sabe "positivamente" que "hay compañeras que están muchísimo peor". Actualmente afirma que su estado de ánimo "es muy bueno, pero no ha sido siempre así, desde luego". "Empezamos con muchísima ansiedad. Ahora parece que la cosa se está un poco tranquilizando y ya vemos que estamos un poco mejor en cuanto a EPIs (Equipos de Protección Individual), más o menos, y gracias a nuestro trabajo. Queremos pensar que ha pasado lo peor, pero aquí no se puede relajar nadie”, recalca.

En cuanto a las condiciones laborales, Rebeca nos cuenta que cuando empezaron tenían "de todo, pero sabíamos que era todo muy finito y se nos iba a ir acabando todo porque veíamos el panorama a nivel, no ya estatal ni de comunidad autónoma, sino mundial. Y nos preguntábamos qué iba a pasar cuando se nos acabaran las mascarillas si no iba a haber en el resto del mundo".

En su servicio lo que han hecho, desde antes de que se decretara el estado de alarma, es empezar a buscar soluciones alternativas para cuando se acabara el material. "Pero nosotras -matiza-, yo y otras compañeras". Han buscado mascarillas de tela, reutilizables, han conseguido máscaras del Decathlon para acoplarles un respirador para cuando les faltaran las mascarillas FFTP 2. "Pero todo esto nosotras mismas. Pretenden que las batas que no son reutilizables, que son desechables, que las reutilicemos, que las mandemos a esterilizar para que luego las utilice otra persona. Cosa que no se debe hacer, y de hecho yo me he negado a hacerlo".

Rebeca asevera que desde que dieron esa orden a nivel general en todo el hospital, ella está utilizando batas de las que se pueden lavar en la lavandería y que las han conseguido por otros cauces. "Es decir, nosotras conseguimos, y después, a la semana llegaron las que nos proporcionaron desde la dirección de Enfermería. Eso después de que mandáramos un escrito diciendo que no estábamos dispuestas a reutilizar batas porque, aparte de que era una guarrería no se iban a esterilizar con garantías, la casa comercial las comercializa diciendo que son desechables". Es decir, en lugar de tirarlas a la basura, después de estar contagiadas por COVID, "querían que las mandáramos a esterilizar para volver a utilizarlas. Creo que la dirección del hospital va por detrás en todo esto”.

En cuanto al número de profesionales sanitarios contagiados, para Rebeca las cifras cantan ‘La Traviata’. "Yo todos los días mira ya solo dos cifras: el número de camas de UCI que hay en Aragón, que sigue aumentando; y el número de personas sanitarias que están contagiadas, y en Aragón estamos por encima de la media estatal. Y en España somos campeones mundiales en cuanto a contagiados sanitarios. Eso quiere decir que realmente no nos están proporcionando los equipos adecuados. Aquí cada uno se busca la vida como puede”, sentencia

Respecto a la solidaridad, el lado humano de la gente en toda esta tragedia, y la relación con los y las pacientes, esta enfermera apunta que "es lo mejor que tiene esta profesión". Lo que sí que ha notado en cuanto a solidaridad es lo que hace la sociedad civil. "Prácticamente con chasquear los dedos he conseguido salvaorejas para todas mis compañeras, por ejemplo”. También elogia el trabajo de las personas llamadas ‘makers’ (movimiento solidario durante la pandemia que utiliza impresoras 3D para fabricar respiradores, pantallas de protección, mascarillas…), “que se han organizado en cuestión de semanas de una forma brutal”.

“Luego tenemos a señoras que de forma totalmente altruista han cosido mascarillas de tela, que las teníamos por si nos quedábamos sin las desechables, y las utilizamos para salir por la calle. Tenemos cientos de ellas. Nos han cosido gorros de tela, porque el Estado español se empeña en que no hace falta atender con gorro a los pacientes con coronavirus, cuando las sanitarias en China se rapaban la cabeza, porque la evidencia científica dice que el virus se agarra al pelo. Gente increíble”, subraya finalmente Rebeca.

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Foto: Pixabay

"Ojalá se siga poniendo a los cuidados en valor, que es de lo que se trata"

Anabel trabaja como médica en el Hospital Provincial de Zaragoza, donde sí que se encuentran "bien de personal". Sin embargo, nos confirma que hay mucha gente que está desmotivada. "De camino de casa al hospital vas con una preocupación. Cuando llegas allí te vas poniendo los EPIs, los pocos o los muchos que haya ese día, y ya entras a ver a los pacientes. Entonces parece que de repente te pones una fortaleza encima y ese miedo queda fuera. El espíritu que tienes entonces es ese: el de confortar, el de cuidar, y el de hacer tu trabajo lo mejor posible", aclara. Sin duda, los cuidados por encima de las emociones.

"Claro -continúa-, cuando pasa ese momento, llega la hora del café o de volver a casa, es cuando otra vez las conversaciones siempre giran en torno a lo mismo: la mala gestión que se está haciendo de la crisis; en nuestra percepción personal en cuanto a los medios y a cómo se está llevando todo; y por último el miedo que tenemos todos, aunque no lo digamos, a llevar a casa un bichito que no queremos llevarnos. Pero sobre todo, fundamentalmente, es porque tampoco contamos todo el mundo con EPIs adecuados”.

Sobre esta cuestión, Anabel nos explica que los lugares donde se encuentran los casos de COVID positivos, en las UCI por ejemplo, trabajan con los EPIs adecuados. "Además se está respetando mucho que la gente esté, más o menos, confortablemente. Me refiero, en una UCI en lugar de estar todo el tiempo trabajando vestida y enfundada en esas batas que no dejan transpirar y sudando, lo que se hace es alternar mitad de turno y mitad de turno. Esto es en aquellos servicios y hospitales donde se puede. Te hablo del Provincial y en este aspecto sí que estamos bien de personal, porque como los hospitales ahora mismo solo están funcionando en torno al coronavirus, se ha reestructurado servicios y personal, con lo cual se han reforzado donde hay más presión asistencial".

"En las UCI ahora mismo -recordamos que estas entrevistas se realizaron a mediados del mes de abril- el trabajo es muy duro pero sin embargo hay personal suficiente como para mantener un ritmo de trabajo adecuado y con presión". Para Anabel, el problema reside en aquellos lugares donde no saben si el o la paciente es un positivo o no lo es, "porque entonces no hay EPIs". Estos equipos se encuentran donde está la gente con positivos por COVID-19, "y ahí es donde realmente está el problema del miedo del personal y la inquietud que tiene todo el mundo porque no sabes si ese paciente va a ser positivo o no". Es decir, aseguran conocer que está llegando material pero luego al personal del hospital no les llega. "Por ejemplo, donde yo estoy, que es una planta donde están los positivos y los supuestos positivos pero que no se sabe si van a serlo, hay dos partes: la parte de los positivos donde entramos con una protección adecuada pero que no la usamos en el tiempo que corresponde, es decir, sobrepasamos el tiempo".

La vida media de una mascarilla FFP2 es de máximo cuatro días, y el personal sanitario la utiliza durante una semana, "con lo cual la garantía de que nos esté protegiendo es… Y además en un turno donde sudas y claro, la maltratas mucho más porque no te la quitas de la cara". Ahí es donde está el problema, apostilla. "Al final es el miedo. Creo que la sensación que tenemos todos es que estamos trabajando para que la salud de las personas sea la idónea y nos estamos dejando la nuestra en el camino”. Una frase que resume la sensación que tiene gran parte del colectivo sanitario.

Sin embargo, no todo es precariedad y falta de recursos a la hora de desarrollar su trabajo. Anabel resalta la solidaridad y el lado humano de la gente durante la pandemia, y reconoce que todas las tardes se emocionan con los aplausos de las 20.00 horas. De hecho, la Coordinadora Estatal de Mareas Blancas emitió este pasado viernes un comunicado en el que animaban a seguir con los aplausos para apoyar al colectivo sanitario. "Nos emocionamos todas las tardes con los aplausos. Parecen una tontería pero nos hacen mucho. Desde casa yo los oigo, y los doy, y a veces dices: ‘Otra vez los aplausos’ pero cuando estás en el centro de trabajo allí es donde de verdad se nota. Cuando bajas a las ocho de la tarde a la calle y ves a los bomberos que te aplauden y a los vecinos… de verdad, es emocionante".

Anabel se muestra optimista, y espera que se siga poniendo a los cuidados en valor, "que es de lo que se trata". "Quizá estemos cerca de algún cambio social, tengo confianza en esto. Creo que ahora mismo la gente está tomando conciencia de la importancia de los cuidados, hablo en el ámbito sanitario pero también en el ámbito familiar. ¿Cuánta gente está ahora mismo sin saber qué hacer porque no tiene a esa ‘pobre’ empleada doméstica que le ha pagado mal y resulta que ahora la echa de menos? La gente va a tener que empezar a valorar todo esto. Igual el coronavirus es un revulsivo. Ojalá”, finaliza.

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