Aunque el gobierno justificó esta medida como un mecanismo para solventar la “falta de recursos de la fuerza pública” y para proteger a la población civil, su implementación plantea una evidente tensión con los postulados progresistas que caracterizaron el discurso del presidente durante su campaña
"Su memoria nos hace enarbolar las banderas con más fuerza". En el departamento de Arauca (Colombia) sigue existiendo una deuda pendiente con las comunidades y el movimiento social y popular. Este caso ilustra el nivel de persecución, agresión y victimización que el Estado ha perpetrado contra los líderes, el tejido social y los pobladores en general.
El autor sostiene que "si el pueblo colombiano no construye un criterio sobre la violencia, jamás podrá entender la paz"