PACMA ha interpuesto una denuncia ante el Gobierno de Aragón por el traslado forzoso a El Guano de las colonias felinas del Parque Pignatelli y del Teatro Romano llevado a cabo por el Ayuntamiento de Zaragoza, y más concretamente por la Consejería que dirige Javier Rodrigo (Ciudadanos). En la misma señala que el Consistorio “podría estar incumpliendo tanto su propia ordenanza municipal como la ley de protección animal autonómica”.
El Partido Animalista argumenta en la misma la falta de condiciones adecuadas para los animales en el terreno, que carece de suficientes sombras y de zonas adecuadas y diferenciadas para descansar y comer, algo fundamental para los gatos, subrayan. Además, añadían en el primer escrito, “el suelo es de tierra, por lo que se embarrará cuando llueva (y así ocurre), y no hay lugares altos y techados donde puedan refugiarse”.
Aseguran también que han enviado “en las últimas semanas dos escritos al Ayuntamiento de Zaragoza” advirtiendo que las instalaciones de El Guano “no reunían las condiciones necesarias”. Por ello les instaban a paralizar el traslado de ambas colonias y “a atender a las propuestas de las cuidadoras”.
La denuncia interpuesta ante el Gobierno de Aragón está basada en un posible incumplimiento, por parte del Ayuntamiento de Zaragoza, de las ordenanzas municipales y de la Ley territorial de Protección animal.
Tal y como ya explicamos desde AraInfo en un artículo publicado el pasado 14 de junio, el Consistorio no cumple, entre otros, con el Artículo 1 (punto 2) de la Ordenanza municipal donde se establece que se debe “preservar las debidas condiciones de salubridad y seguridad para el entorno, la tranquilidad y la seguridad de los animales, especialmente en situaciones de evidente riesgo para la vida de estos”.
En El Guano los felinos se encuentran encerrados en lo que se denominan “jaulas de reubicación”. Cinco espacios de aproximadamente dos metros de ancho por seis de largo donde los animales tratan de escapar de forma desesperada trepando por las rejas de forma reiterada. Las altas temperaturas (hasta 40 grados a la sombra), unidas a las precarias condiciones en lo que a equipamiento se refiere, hacen de este lugar un infierno para los felinos.
Todo esto contradice el Artículo 7 (punto 1) en el que, según recoge la Ordenanza municipal, se prohíbe “mantener los animales en instalaciones indebidas desde el punto de vista higiénico-sanitario, de bienestar y de seguridad del animal”. La presencia de multitud de conejos y cadáveres de estos mismos animales dan buena muestra de dicho incumplimiento.
De la misma forma, el Gobierno municipal de Partido Popular y Ciudadanos incumple el Artículo 23 bis, donde dice que “solo se podrá optar por la retirada de los gatos si existe una debida y probada justificación, y siempre y cuando se cuente con un lugar para la reubicación que sea seguro y donde puedan ser adecuadamente cuidados". Aquí hay que recordar lo ocurrido durante los primeros días de estancia de los gatos en El Guano, cuando un acto vandálico provocó la huida de 30 gatos.
El Gobierno municipal consideró como “debida y probada justificación” la ejecución de las obras de las 65 viviendas libres que se están construyendo en los antiguos Depósitos de Pignatelli. Sin embargo, ni siquiera tuvieron en cuenta una posible solución que desde el personal voluntario les propusieron: el vallado del Área 33, separando así la zona de obras del lugar habilitado para la estancia de los felinos.
También hay que tener en cuenta lo que recoge el Programa de Gestión y Control de las Colonias felinas urbanas del Ayuntamiento de Zaragoza, donde en el Punto 10 se recalca que “durante el tiempo que vayan a durar las obras se respetará en todo momento el bienestar animal de los gatos urbanos”. Cuestión que inexplicablemente ni siquiera consideraron, poniendo por encima los intereses de la empresa licitadora.
Hay que recordar que este traslado forzoso fue ordenado por la Consejería de Participación y Relación con los Ciudadanos, en manos de Javier Rodrigo, pese al rechazo del personal voluntario que se hacía cargo del cuidado de los gatos en estas colonias. Alegaban para ello las pésimas condiciones en las que se encontraba (y se encuentra) el recinto vallado de El Guano para alojar allí a los aproximadamente 90 gatos de las dos colonias (80 del Pignatelli y 10 del Teatro Romano).