En ocasiones las palabras resultan huecas cuando llega la hora de describir una situación concreta. Sin embargo, una imagen se basta por sí misma para conseguir dicho efecto. Este es el caso.
Aterrorizados y desconcertados. Así es como se encuentran los primeros gatos que han sido trasladados de forma forzosa por el Gobierno municipal desde la Colonia felina de Pignatelli hasta El Guano, en los Pinares de Venecia.
Maullidos de forma breve pero repetitiva, como queriendo pedir ayuda. Intentando escapar trepando una y otra vez por las rejas que dan forma a las jaulas y que los separan de la libertad de la que anteriormente, y durante doce años, han gozado día sí y día también. Una libertad que les han arrebatado de forma injusta y que, por culpa de la gestión de Ciudadanos -en la persona de su concejal, Javier Rodrigo-, ya no volverán a tener.
No es para menos. Los han sacado de su hábitat y los han trasladado a un lugar, que como su propio nombre indica, de mierda. Pese a los plazos dados por el Ejecutivo municipal sobre la finalización de las obras de esta nueva “instalación” (el pasado 30 de mayo) situada en un paraje inhóspito, lo cierto es que el panorama no puede ser más desolador.
Tras una visita realizada este miércoles a El Guano, quien escribe este artículo pudo comprobar que la situación en la que se encuentran los gatos incumple las normativas municipal y territorial sobre protección animal.
Así, en el Artículo 1 (punto 2) de la Ordenanza municipal se establece que se debe “preservar las debidas condiciones de salubridad y seguridad para el entorno, la tranquilidad y la seguridad de los animales, especialmente en situaciones de evidente riesgo para la vida de estos”.
En El Guano los felinos se encuentran encerrados en lo que se denominan “jaulas de reubicación”. Cinco espacios de aproximadamente dos metros de ancho por seis de largo donde los animales tratan de escapar de forma desesperada trepando por las rejas de forma reiterada. Las altas temperaturas (de hasta 36 grados por la tarde), unidas a las precarias condiciones en lo que a equipamiento se refiere, hacen de este lugar un infierno para los felinos.

Todo esto contradice el Artículo 7 (punto 1) en el que, según recoge la Ordenanza municipal, se prohíbe “mantener los animales en instalaciones indebidas desde el punto de vista higiénico-sanitario, de bienestar y de seguridad del animal”. La presencia de multitud de conejos, cadáveres de estos mismos animales y basura en estas instalaciones municipales dan buena muestra de dicho incumplimiento.
De la misma forma, y basta con visitar esta zona, el Gobierno municipal de Partido Popular y Ciudadanos incumple el Artículo 23 bis, donde dice que “solo se podrá optar por la retirada de los gatos si existe una debida y probada justificación, y siempre y cuando se cuente con un lugar para la reubicación que sea seguro y donde puedan ser adecuadamente cuidados".
Por lo visto hasta ahora, el Gobierno municipal considera como “debida y probada justificación” la ejecución de las obras de las 65 viviendas libres que se van a construir en los antiguos Depósitos de Pignatelli. El problema es que ni siquiera han tenido en cuenta una posible solución que desde las personas voluntarias que se han hecho cargo de los, aproximadamente, 80 gatos que allí habitaban les habían propuesto: el vallado del Área 33, separando así la zona de obras del lugar habilitado para la estancia de los felinos.
No obstante, existe otro motivo por el cual el Gobierno municipal está haciendo las cosas de una forma pésima. El Programa de Gestión y Control de las Colonias felinas urbanas del Ayuntamiento de Zaragoza subraya en el Punto 10 que “durante el tiempo que vayan a durar las obras se respetará en todo momento el bienestar animal de los gatos urbanos”. Cuestión que inexplicablemente ni siquiera han considerado, poniendo por encima los intereses de la empresa licitadora.
Un traslado realizado con nocturnidad y alevosía
Este pasado martes, las personas encargadas de la captura de los gatos (voluntarios y voluntarias) entraron con nocturnidad y alevosía en los antiguos Depósitos del Parque Pignatelli para enjaular a un indeterminado grupo de felinos y trasladarlos a El Guano. Todo ello para no ejecutarlo a la vista de la ciudadanía, y sobre todo para que las personas que se oponen a este traslado (quienes se han encargado del cuidado de los animales durante 12 años) no estuvieran presentes en ese momento.
Habría que recordar a Ciudadanos que uno de los objetivos del Programa de Gestión y Control de las Colonias felinas urbanas, el denominado Proyecto CES (Captura, Esterilización y Suelta), y de obligado cumplimiento para el Ayuntamiento de Zaragoza, establece que se debe cumplir con el bienestar animal de las colonias felinas. Un hecho que hasta el momento no han llevado a cabo y por el que el Ayuntamiento de Zaragoza debería de ser sancionado por las infracciones cometidas.
Por último decir que a fecha 11 de junio ya son 30 los gatos que han trasladado a El Guano. Y no serán los últimos, ni mucho menos. La intención de la Consejería de Participación y Relación con los Ciudadanos, gestionada por la formación naranja, es trasladar a este espacio a otras cuatro colonias felinas que hay establecidas en la capital aragonesa. Después llegarán más. Animales a los cuales condenarán también a una muerte segura. Un despropósito absoluto.