El Centro Palestino de Derechos Humanos, PCHR, con sede en Gaza, acaba de publicar su informe sobre la pobreza en los territorios bajo ocupación israelí, Cisjordania y la Franja de Gaza. El incremento de la pobreza es sobre todo alarmante en el enclave costero de Gaza donde su población (de cerca de dos millones de personas) sobrevive a pesar del férreo bloqueo impuesto hace ya 15 años.
Según el informe, el 53% de la población de la Franja de Gaza vive en la pobreza y un 68,5% sufre inseguridad alimentaria. Esto hace que el índice de pobreza en la Franja sea cuatro veces mayor que el de Cisjordania que alcanza un 14%. PCHR asegura que las condiciones humanitarias en la Franja de Gaza “continúan deteriorándose rápidamente después de que todos los sectores productivos, los servicios sociales básicos y la infraestructura cayeron drásticamente debido al cierre impuesto por Israel durante 15 años y cuatro ofensivas militares a gran escala en la Franja de Gaza”.
Es necesario destacar que la pobreza afecta principalmente a los hogares de personas refugiadas palestinas, a un 31% de los mismos, mientras que los hogares de no refugiados que viven en la pobreza es el 18,9%. Además, el centro asegura que el objetivo del Ejército israelí en sus operaciones militares lanzadas en 2008, 2012, 2014 y 2021, todavía no se incluye la última ocurrida este 2022, pretendían “destruir las instalaciones económicas y socavar el empleo”.
Las autoridades de ocupación israelíes continúan imponiendo restricciones a las importaciones y exportaciones de los productores gazatíes lo que hace que la tasa de desempleo aumente aún más rápidamente. Y lo hace en los sectores de mayor importancia en Gaza, como la pesca, la agricultura, o la construcción y la industria muy afectadas por la merma de material, cuya entrada es controlada por la ocupación israelí, y el bombardeo de sus infraestructuras.
Los datos de desempleo son igualmente alarmantes. En la Franja de Gaza ya alcanza el 47% y el 16% en Cisjordania con Belén a la cabeza (25% paro), seguida de Jenin y Hebron, ambas con el 19% de paro. En la Franja de Gaza, la zona con mayor número de personas paradas es Deir al-Balah con un 53%, seguida de Jan Yunis, con un 51%.
“La pobreza en Palestina está profundamente correlacionada con las políticas de ocupación israelí”, dice PCHR, “las cuales han empobrecido a los palestinos y controlado sus recursos y capacidades a través de una serie de medidas, incluida la destrucción de la infraestructura económica palestina, imponiendo un cierre injusto”.
PCHR señala que 17.170 familias pobres siguen esperando recibir las ayudas del programa de transferencia de efectivo fundado, en un 47%, por la Unión Europea y el Banco Mundial y el resto por la Autoridad Palestina. Esto se debe, según el centro, a “la incapacidad del gobierno palestino de proporcionar alternativas y soluciones para cubrir los pagos financieros a las familias pobres, que no tienen otras fuentes en las que confiar para satisfacer sus necesidades básicas de alimentos y ropa”.
También las agencias y organizaciones internacionales son incapaces de cubrir todas las necesidades con sus ayudas ante una situación que se vuelve insostenible en el tiempo y cuya única solución es el final de la ocupación israelí.
¿Cómo hemos llegado a esto?
La situación actual de la Franja de Gaza no es un dato, sino un resultado del colonialismo israelí. De hecho, la actual Franja de Gaza es lo que quedó del distrito de Gaza que fue ocupado por las organizaciones militares sionistas en 1948. Casi dos tercios de los habitantes de la Franja son personas refugiadas en su propio país que fueron expulsadas con violencia de sus pueblos y ciudades para la creación del Estado de Israel.
El bloqueo actual de la Franja, que comenzó en 2007, es un eslabón en una serie de cercos y cierres que sufre dicha parte de Palestina desde la Nakba en 1948. Y, aunque el pretexto es la victoria del movimiento islamista Hamas en las elecciones del Consejo Legislativo de los territorios palestinos ocupados, Israel ejerce un castigo colectivo que afecta a la población entera, desvinculándose de sus responsabilidades como “potencia ocupante”, según dice la legislación internacional.
La Franja de Gaza antes del bloqueo era una exportadora de mano de obra, más de 100.000 trabajadores y trabajadoras de todos los sectores salían cada día para trabajar en los territorios ocupados en 1948 (bajo jurisdicción israelí). En la Franja se fabricaban y se exportaban neveras mostradoras, marcas importantes de textiles como Lee, Levi’s contaban con talleres palestinos en la ciudad de Gaza y en el campo de refugiados de Yabalia.
Había una industria agroalimentaria importante, como los zumos y mermeladas, también se plantaban y se exportaban claveles en las localidades gazatíes de Rafah y Beit Lahia. Las fresas de Gaza se exportaban a Europa a través de una empresa israelí, pero con una etiqueta distintiva de la prestigiosa variedad palestina.
Hoy por hoy no quedan fábricas de neveras mostradoras, las fábricas que exportaban el zumo natural de naranja se cerraron porque el ejército israelí arrasó la mayoría de los naranjales. Los invernaderos de flores pararon la producción, la grandísima mayoría de los talleres de textil que hacían pantalones vaqueros cerraron y los campos de fresas cada año se reducen más. Todo eso es debido al bloqueo israelí.
A pesar de todo, Israel sigue sofocando la Franja, el sector pesquero se encuentra en muerte clínica ya que los pescadores no pueden ir a más allá de 6 millas marítimas en algunas zonas, mientras que en otras no llega a 3 millas. La marina israelí dispara a los pescadores incluso en la playa misma. El 25% de la tierra agrícola gazatí se encuentra a lo largo de la Línea Verde, que es la valla que impuso Israel para separar la Franja del resto de Palestina, y esta zona está sujeta a incursiones frecuentes de tropas israelíes que arrasan los campos.
Gaza no es Hong Kong
Gaza es un enclave costero con una alta densidad de población, más de 5.000 habitantes por km2,(pero no es Hong Kong), esto es debido a la imposición de un hacinamiento que impuso el propio Estado de Israel a parte del pueblo palestino.
En los 365 km2 que tiene la Franja no hay suficientes recursos para ni siquiera la mitad de la población actual. En Hong Kong, con 6.800 habitantes por km2, las fronteras están abiertas, el movimiento de personas y bienes está garantizado, hay industria y prosperidad económica que explican su alto número de población con respecto al área territorial. En el suroeste de Palestina la gente está concentrada en una franja de tierra debido al colonialismo israelí que porta una ideología sionista y muchas veces esconde sus verdaderas intenciones que son puro maquiavelismo.
La crisis humanitaria es el producto de un bloqueo, un colonialismo y una limpieza étnica y eso exige la descolonización, el levantamiento del bloqueo y el regreso de todas las personas refugiadas palestinas a sus tierras de origen. No se puede negar la responsabilidad de Hamas, un gobierno represivo y parásito que sirve indirectamente como una subdelegación del régimen sionista ocupante (Fatah, liderada por Mahmud Abbas, hace lo mismo en otra versión en Cisjordania), pero esta situación de represión compuesta y empobrecimiento forzoso es debido al colonialismo sionista de Israel.
Un día, en una entrevista a un pescador en el puerto de Gaza, después de que tirase el resto de su té frío a las olas furiosas del Mediterráneo de diciembre, nos dijo: “No queremos ni ayudas financieras ni alimentarias, ni reconstrucción. Queremos que se levante el maldito bloqueo. ¡Nosotros sabemos ganarnos la vida dignamente y bien!”.