Los datos del IAM reflejan un aumento del 51% de las intervenciones de urgencia por violencia machista

Como ha explicado su directora, María Goikoetxea, durante las situaciones extremas “la violencia de género aumenta” y “las crisis golpean más fuerte a las mujeres” en todos los sentidos. Durante su comparecencia han destacado las salidas de tono, los mansplainings y la falta de conocimiento en la materia de la derecha.

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María Goikoetxea, directora del IAM. Foto: Cortes de Aragón.

La directora del Instituto Aragonés de la Mujer, María Goikoetxea, en su comparecencia ante la Comisión Institucional y de Desarrollo Estatutario de las Cortes de Aragón, ha destacado que, “desde diferentes organizaciones internacionales, se ha dicho que la violencia de género aumenta durante situaciones extremas” y, en este sentido, ha manifestado que el objetivo del IAM a lo largo de estos meses ha sido “hacer que el confinamiento no fuera sinónimo de violencia”.

No obstante, tal y como ha recapitulado Goikoetxea, “las dos primeras semanas de estado de alarma registramos un preocupante descenso de denuncias y llamadas”, y esto, “lejos de ser una buena noticia, escondía que no se estaba rompiendo el silencio y que no estábamos llegando a todas las mujeres que nos necesitaban”. “En el mes de abril registramos un incremento de casi el 51% en el número de intervenciones de urgencia y de un 41% en el número de consultas generales, y esa tendencia sigue en alza porque, frente a las doscientas llamadas registradas en el mes de abril, en lo que llevamos de mayo hemos superado las trescientas noventa”, ha añadido la titular del IAM.

Asimismo, la directora del Instituto ha destacado que “las crisis golpean más fuerte a las mujeres” y, en aras de protegerlas, se puso en marcha “un plan de refuerzo” basado en la “atención urgente, por vía telefónica y presencial, la garantía habitacional y la cobertura de necesidades básicas”, que se difundió mediante la campaña audiovisual ‘No te dejamos sola’. A través de este vídeo, lo que pretendía el IAM era transmitir a las mujeres en riesgo de violencia de género que el Instituto continuaba trabajando y apelar a la “red de cuidados para poder detectar si estaba sucediendo algo al otro lado de la pared”.

De igual forma, “se han reorganizado las habitaciones disponibles, se ha ampliado la capacidad de los alojamientos y se han puesto en marcha recursos de alternativa habitacional para mujeres que ejercían la prostitución antes del confinamiento y para otros colectivos vulnerables”, ha señalado Goikoetxea. Además, ha explicado que también se han creado redes de apoyo y de cuidados con otras entidades que “nos han permitido trabajar de una manera muy coordinada y rápida” y, tras “darnos cuenta de cuál era la verdadera realidad y situación del día a día”, “hemos puesto a disposición de las mujeres tarjetas monedero para que pudieran ir al supermercado a hacer algo tan sencillo como llenar la nevera”.

En última instancia, la directora del Instituto Aragonés de la Mujer ha defendido que “lo que nos está diciendo esta pandemia es que la mayoría de los trabajos que son esenciales tienen que ver con los cuidados, son mayoritariamente de mujeres y no están bien remunerados o no se reconocen”. Por ello, desde el IAM, se habilitó también durante la crisis sanitaria “un número de teléfono al cual podían llamar estas profesionales y ser atendidas por miembros del Colegio de Psicología”.

Entre las intervenciones de las formaciones políticas en esta comisión, cabe destacar lo alejado de la realidad que se encontraba el discurso de Ciudadanos que, a través de Beatriz García, llegaba a asegurar que “como no salían de casa, ellos no tenían celos ni ponían problemas por cómo se vestían”. Resulta evidente que tras los datos ofrecidos por Goikoetxea, el problema de la violencia machista es mucho más complejo que los simples estereotipos sobre los celos y que este tipo de violencia se encuentra muy lejos de ser “pasional”, es una estrategia de dominación y sumisión enraizada en la sociedad que tiene en la violencia machista su expresión más explícita.

Junto con esta falta de conocimiento en la materia, también se encontraba la posición de Vox que en su línea negacionista y, sin absorber ni una sola palabra de lo expuesto por la directora del IAM, ha demostrado ser un ejemplo perfecto del denominado mansplaining: “La perspectiva de género de sus informes le importará muy poco a los ciudadanos cuando tengan hambre”. Así ha defendido que la violencia machista pese a llevar contabilizados los asesinatos de 1051 mujeres y 35 menores desde 2013 (última actualización a día 5 de mayo), una organización como el IAM es un elemento “superfluo”.

Por su parte, Mar Vaquero del PP se ha limitado justificar la solicitud de esta comparecencia y a cuestionar la utilidad de las medidas urgentes del Real Decreto en materia de violencia machista y el rendimiento del sistema de denuncia veinticuatro horas a través de 'whatsapp' gestionado por la Delegación del Gobierno. Asuntos en los que el Instituto Aragonés de las Mujeres tiene poco o nada poder de decisión.

Itxaso Cabrera (Podemos EQUO Aragón) ha alabado el doble trabajo del IAM de luchar contra la COVID-19 y lacra de la violencia machista y ha pedido “no olvidar” el espíritu del 8M “para que no quede ninguna mujer atrás porque nos maltratan, nos violan, nos asesinan y nos precarizan”, ha denunciado. Carmen Martínez (CHA) ha tenido un recuerdo para las mujeres trabajadoras de la limpieza por su labor durante la pandemia cobrando un salario mínimo y ha resaltado “la red” que se ha tejido para localizar a las mujeres vulnerables y que ésta haya ampliado “el foco” a “las víctimas de violencia sexual” ante “la merma” de sus ingresos.

Darío Villagrasa (PSOE) ha hecho un repaso de los asuntos tratados por Goikoetxea y ha destacado el aumento del cincuenta por ciento registrado en abril y mayo de los casos de violencia machista. “Algo grave está ocurriendo y habrá que hacerle frente", ha advertido, como también habrá que tratar "la cara B" de las "mujeres invisibles" porque, a su juicio, es "una obligación moral”.

Por último, para el diputado de Izquierda Unida, Álvaro Sanz, la crisis ha colocado a las mujeres víctimas de violencia en una situación “muy complicada” y, por ello, ha planteado la continuidad de las alternativas habitacionales. Además, ha reclamado “dar visibilidad” a los cuidados para abordar “la corresponsabilidad”, también en el ámbito privado, porque a su entender la única respuesta no puede ser siempre “la excedencia” de las trabajadoras.

Un mansplaining es un neologismo anglófono basado en la composición de las palabras ‘man’ (hombre) y ‘explaining’ (explicar), que tanto Lily Rothman como el diccionario de Oxford lo define como “explicar sin tener en cuenta el hecho que la persona que está recibiendo la explicación sabe más sobre el tema que la persona que lo está explicando; (validando falacias de autoridad) este comportamiento suele darse de forma habitual por parte de un varón hacia una mujer”. En castellano, la Fundeu propone el neologismo machoexplicación aunque recomienda que se usen los más formales como “condescendencia machista”.

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