Ay el café. ¿Qué sería de muchas personas sin el café? Por la mañana, después de comer… Y que se bebe en todos los sitios: aquí, allá, más allá… Es parte de nuestro día a día y de nuestra cultura, y lo es gracias a las migraciones.
Las migraciones, los movimientos de personas, animales y plantas. El cultivo del café comenzó en el cuerno de África, donde hoy está Etiopía, hace más de mil años. Llegó a los ahora países árabes a través de la ruta marítima hacia la Meca desde el puerto de Moca, en el actual Yemen. Tras siglos de intercambios y migraciones llegó a Europa, pasando a formar parte de las diferentes costumbres y culturas.
La cultura es fruto del movimiento, y las migraciones son un fenómeno natural y universal. Esa es la premisa de ‘M de Migrar es intercambiar culturas’, la nueva campaña de la Federación Aragonesa de Solidaridad (FAS) financiada por el Gobierno de Aragón. Está dirigida a adolescentes y jóvenes y su objetivo es revertir los discursos de odio hacia las migraciones a través de nuevas narrativas.
Las nuevas narrativas son nuevas formas de contar historias que se escapan de las que estamos acostumbradas a ver. En la campaña ‘M de Migrar’ se emplea una narrativa migratoria que pone en valor las aportaciones culturales que se producen con los movimientos de personas: objetos, alimentos, costumbres, expresiones, etc. que están a nuestro alrededor gracias a los movimientos de personas. La campaña promueve un aprendizaje colectivo sobre diferentes culturas que conforman Aragón.
‘M de Migrar es intercambiar culturas’ comienza este lunes 3 de octubre y se desarrollará hasta diciembre en Instagram y en Tik Tok. Además, durante la semana del 10 de octubre la campaña saldrá a la calle en diferentes lugares de Aragón para jugar y aprender con la población. La canción que acompaña toda la campaña, Kiki, es de Megane Mercury y Catz ‘n Dogz.
Un proceso participativo
El diseño de la campaña comenzó en el mes de junio con una serie de talleres con adolescentes en Zaragoza, en el IES Medina Albaida y en la Asociación Socioeducativa Gusantina. Allí fueron las y los adolescentes quienes hablaron de cómo perciben las migraciones y los discursos de odio en torno a ellas y también de cómo utilizan las redes sociales. Todo este aprendizaje sentó las bases de la campaña.