El cambio climático está aquí y con él, el aumento de las temperaturas, la desaparición progresiva de los glaciares, así como la disminución de precipitaciones en la zona mediterránea. Sin embargo, la Alianza por la Emergencia Climática en Aragón denuncia que Javier Lambán, presidente del territorio, sigue argumentando en defensa de la unión estaciones de Formigal y Astún a través de Canal Roya, diciendo que "la única economía que permite la supervivencia de las gentes, con una renta digna y con una manera de vivir digna, es justamente la de la nieve".
La Alianza recuerda lo que está ocurriendo en Europa en lo que se refiere al turismo de nieve. Suiza, donde uno de sus principales atractivos turísticos ha sido el esquí, viene comprobando, año tras año, la escasez de nieve: en enero de este mismo año, según el organismo Suisse Tourisme, sólo la mitad de las 220 estaciones de esquí suizas estaban abiertas. Pero lo mismo podemos decir de otros lugares como en Italia, Austria, Francia, donde un gran número de las pistas de esquí dependen de la nieve artificial, con el consiguiente consumo de agua y energía.
Además, según una investigación de la Universidad de Basilea, publicada recientemente en la International Journal of Biometeorology, las leyes de la física establecen límites para la fabricación de nieve: a mayor temperatura, también se hace más difícil o imposible producir nieve artificialmente, es decir, que el agua pulverizada se congele en el aire y precipite en forma de nieve.
Ante este aumento de las temperaturas, Marco Gualandi, vicepresidente CNA de Bolonia, planteaba el pasado febrero la necesidad de repensar el turismo en los Apeninos: "No hay que centrarse solo en la nieve, sino apuntar más al turismo sin nieve, que es un turismo que funciona los 365 días del año".
En este sentido, la Alianza considera que basar la supervivencia de la economía del Pirineo en la nieve es “un engaño a la población”. Europa ha ofrecido los Next Generation, concebidos para desarrollar una economía sostenible y resiliente para la siguiente generación. “Tenemos la oportunidad de utilizarlos para hacer frente a los problemas que la crisis climática nos plantea, con fenómenos meteorológicos extremos y erráticos como los que ya estamos viviendo”, recuerdan.
Y argumentan también que “es necesario generar economías más resilientes a estos cambios, apoyar modelos de turismo alternativo al de la nieve, así como otras economías basadas en los recursos del territorio y que funcionen todo el año”.
Por todo ello, la Alianza por la Emergencia Climática en Aragón se opone al proyecto de Unión de Estaciones Formigal-Astún por Canal Roya. No sólo por las graves repercusiones ecológicas y paisajísticas, sino también “porque sacrificar el 78% de los fondos europeos para Aragón (26 millones de euros) en este sinsentido, supone apostar por un modelo sin futuro, desatendiendo las verdaderas necesidades del mundo rural y despreciando alternativas más sostenibles”.