El alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón -PP-Cs y Vox-, llegó a la alcaldía de la capital del país hace escasamente un año tras protagonizar cuatro años de descarnada oposición populista contra el anterior inquilino de la casa consistorial, Pedro Santisteve. Recuerden la campaña conjunta del Heraldo de Aragón y el PP calificando al anterior alcalde de “el gominas”.
Lo que las zaragozanas y zaragozanos, creyentes y ateas, desconocíamos es que emplear gomina es un pecado capital castigado con el infierno mediático, mientras que despilfarrar 800 eurazos en vajilla de lujo es un acto de amor a la ciudadanía.
Este pasado martes, Carlota Gomar en el digital del Periódico destacaba que “Azcón se gasta 800 euros en renovar la vajilla y la cubertería de Alcaldía”, y detallaba que “los platos, de porcelana y clásicos, han costado un total de 613,22 euros, y una cubertería 189,49 euros, en total, 802,71 euros”, datos que además de en la publicación de la periodista aparecen en el propio portal de transparencia del Ayuntamiento zaragozano.
Así pues, constatamos que al alcalde Azcón no le sirve cualquier vajilla y cubertería, él es un alcalde como diosito manda, y de fino morro, pues no cualquier material le sirve, y también de mucho morro, pues la facturica se la pagamos entre todas.
Cabe destacar que Azcón lleva desde que tomó posesión lloriqueando con que el Ayuntamiento de Zaragoza no tiene dinero, y que por eso está recortando en Servicios Sociales, suprimiendo el Plan de Comercio, el mantenimiento de las riberas, o recortando en material para la Policía Local, pero sí ha encontrado dinero para pulirse 800 eurazos en vajilla de lujo para su morrico, o para subvencionar a la multinacional Avanza, un hospital privado o lucecicas de navidad.
Cabría también recordarle al “Tío Vajillas” que aunque a él le parezca poca cosa, 800 eurazos -casi un SMI- es con lo que muchas familias zaragozanas pasarán todo el mes de diciembre, incluyendo el alquiler, comida, suministros, y gastos extraordinarios, y que esos 800€ serán fruto del esfuerzo laboral de alguno de los miembros de dichas familias. Pero claro, que va a saber Jorge “El tío Vajillas” Azcón de esfuerzos laborales o austeridad en los gastos del hogar, él es un alcalde como diosito y doña Pilar mandan.