Mientras en Nafarroa se ha vuelto a abrir el debate, tras el informe del CICCP, sobre la viabilidad del llenado de Yesa recrecido y sus graves problemas de seguridad, en Aragón la DGA “aplaude, de forma acrítica, una orgia presupuestaria que nada ha de aportar a nuestro desarrollo futuro”, señalan desde la Asociación Río Aragón.
La confusión con el recrecimiento de Yesa llega al absurdo de dar como nueva fecha de conclusión el 2025, cuando el recién aprobado Plan de Cuenca lo situaba en 2027. Las obras del recrecimiento de la presa de Yesa fueron adjudicadas hace 21 años por 113 millones de euros, lo gastado superaba los 380 millones en marzo de este año y el presupuesto para 2023 plantea llegar hasta los 500 millones en 2025.
El borrador de los Presupuestos Generales del Estado -PGE- para 2023 incluye partidas por más de 32 millones de euros para el recrecimiento de Yesa. Con ello el coste total supera los 500 millones de euros, es decir un 342% más sobre los 113 millones de euros por los que fue adjudicado. “Si en ocasiones, por desgracia, las previsiones presupuestarias se quedan sin ejecutar, no será el caso del recrecimiento de Yesa donde ya en el mes de marzo el Ministerio tuvo que reconocer, a pesar de los intentos de la Confederación Hidrográfica del Ebro -CHE- para ocultarlo, que la descontrolada espiral de gasto público en dicha obra ha consumido de forma efectiva 380 millones de euros”, recuerdan desde Río Aragón.
En Nafarroa, como consecuencia del último informe del Colegio de Ingenieras de Caminos, Canales y Puertos -CICCP- se ha reabierto el debate sobre la inseguridad del recrecimiento y su viabilidad, sin embargo “en Aragón parecemos seguir obnubilados con una obra caduca, falta de todo rigor técnico, que no considera las reducciones de caudales hasta en un 20% por el cambio climático y lo que se peor, atentatoria contra el futuro de pueblos y la vida de personas”, señalan desde Río Aragón.
“Cegados por falsos espejismos de hace una centuria, no queremos leer la letra y fondo de un informe que asegura que lo estudiado hasta la fecha estaba lleno de errores, que no se conoce la estructura sobre la que se asienta la presa y que su explotación sólo sería posible bajo unos controles y cuidados excepcionales. Algo que nunca debe ser admitido para una obra de esta envergadura”, denuncian.
En Aragón “algunos se muestran ufanos porque siga llegando dinero para una hoguera insaciable que, una vez consumido, tan sólo dejará cenizas. Nada que ver con un uso racional de los fondos públicos, especialmente en estos momentos de escasez, para inversiones que de verdad aporten valor añadido a nuestro territorio”, enfatizan las personas afectadas por el pantano.
“Veintiún años han demostrado que Zaragoza tiene alternativas para su abastecimiento, que los regadíos de Bardenas pueden consolidarse con balsas laterales debiendo, a la par, ponerse el acento en mejorar su explotación y evitar la contaminación que provocan sus retornos o que continuar rapiñando el río Aragón será llevarlo a su destrucción como ecosistema sostenible”, recalcan.
Por todo ello, desde la Asociación Río Aragón solicitan “que se renuncie al llenado del recrecimiento de Yesa tal y como está previsto, ahora ya hablan de 2025 pero en el Plan de Cuenca lo situaban en 2027, en aras a la seguridad y la racionalidad en el gasto público. Que se utilice parte de lo presupuestado para consolidar lo hecho y reparar los destrozos innecesarios y nos ahorremos los más de 120 millones de euros que, al menos, pretenden gastar los impulsores de tan innecesaria y controvertida obra”.
La CHE reconoció que “sin futuras obras adicionales el embalse de Yesa no podrá llenarse por motivos de seguridad”
Este pasado marzo, la propia CHE reconocía que en este contexto de disparate presupuestario y gravísimos problemas de seguridad, debido a deslizamientos en las laderas que ‘sujetan’ la presa, se autorizó en 2017 la redacción de un nuevo modificado, el número 4, que según se explicitó en una reunión mantenida en el Ministerio de Medio Ambiente con consejeras del Gobierno de Nafarroa, sería de alta dificultad técnica y coste económico. La importancia de ese modificado número 4 quedó puesta de relieve cuando, en la Junta de Obras del Recrecimiento del Embalse de Yesa de 2018, la CHE reconoció que “sin futuras e importantes obras adicionales en la ladera derecha, el embalse de Yesa recrecido no podrá llenarse por motivos de seguridad”.