Elisenda Paluzie, presidenta de la ANC: "El independentismo no abandonará su lucha, a más represión más movilización"

La jornada del 26 de octubre escenifica los dos rostros del independentismo postsentencia: manifestaciones pacificas transgeneracionales y lucha de confrontación contra la policía de la juventud.

Foto: ANC

Como ya sucedió en noviembre del 2017 con la manifestación en la calle Marina de Barcelona contra el encarcelamiento de las primeras figuras del independentismo, este sábado se volvió a vivir una movilización masiva en el mismo emplazamiento para protestar contra la sentencia del Tribunal Supremo.

Organizada por más de 115 plataformas de la sociedad civil de Catalunya, destacaban colectivos como la ANC, Òmnium, UGT, la Intersindical-CSC, En Peu de Pau, SOS Racisme, Stop Mare Mortum o la Plataforma per la Llengua. Pese a que en un primer momento CCOO dio su apoyo a la manifestación que llevaba por lema, simple y llanamente, la palabra “Llibertat”, unos días antes se desmarcó del evento.

Según la Guardia Urbana unas 350.000 personas participaron en la movilización. Sin embargo, Marcel Mauri, vicepresidente de Òmnium, llegó a poner en duda esta cifra afirmando que el correcto número de participantes era 750.000. Tanto él como Elisenda Paluzie, presidenta de la ANC, criticaron que desde que Albert Batlle del PSC es responsable del cuerpo de seguridad de Barcelona, las cifras de recuento de las movilizaciones independentistas son poco confiables.

Paluzie y Mauri fueron dos de las personas que intervinieron desde el escenario de la manifestación. La presidenta de la ANC señaló que el independentismo no abandonará su lucha pese al “mensaje de represión del Estado español” y añadió que “a más represión más movilización”. Por su parte Mauri consideró "intolerable" que haya casi 50 personas encarceladas y 1.000 perseguidas por la justicia.

En la manifestación también se pudieron ver algunas de las principales caras del independentismo. Quim Torra, Pere Aragonès y Roger Torrent pidieron la amnistía de las y los presos políticos e insistieron en su determinación para conseguir la independencia.

Tras unas semanas en las cuales la violencia se ha situado en el centro de la opinión pública catalana, muchas personas discutían dentro de la misma manifestación sobre este tema. En realidad el debate encierra uno de los dilemas más importantes del independentismo: seguir con la misma estrategia pacifista o tensionar de algún modo al estado para obligarle a sentarse a dialogar. Para una mujer de unos 50 años “la violencia de los manifestantes es autodefensa”, mientras que para un hombre la misma edad “la única vía es seguir como hasta ahora, con acciones de protesta pacíficas”. Tanto una como otro coincidían en un elemento: "estos políticos actuales no hacen nada".

Manifestación calle Marina. Foto: Albert Alexandre

Pese a ser una movilización de carácter tranquilo, en la manifestación que se produjo en Marina se podían ver muchas pancartas que rezaban: “somos las madres de los jóvenes que estáis pegando” o "a nuestros hijos no los tocáis. Lo cierto es que los jóvenes, menos presentes en otras diadas independentistas, empiezan a tener mayor presencia con una ideología de carácter netamente antifascista en su caso.

Cambio de escenario: de Marina a la Via Laietana

A las 19.00 horas se desconvocó la movilización y muchas personas se trasladaron a la Via Laietana, delante de la Jefatura de la Policía Nacional para “devolver las pelotas de goma” disparadas por los cuerpos de seguridad las semanas anteriores.

Jefatura de la Policía Nacional en Via Laietana Foto: Albert Alexandre

Miles de personas se congregaron en el centro de Barcelona. En este caso, la concentración era mayoritariamente joven, con todo, también se podían ver a personas de edad avanzada.

El nuevo sujeto político del que todos los grandes medios hablan, esos y esas jóvenes, se mostraba abierto a hablar. “Hemos perdido el miedo”, afirmaban dos chicos. Por su parte una chica de 20 años señalaba que los jóvenes “siempre hemos estado allí, pero ahora la diferencia es que se habla de nosotros”. Por otro lado, si antes de la sentencia, la capucha y el pasamontañas eran atuendos clásicamente inscritos en los movimientos antisistema, ahora esos y esas mismas jóvenes no dudan en taparse la cara para evitar ser identificados por la policía en "un gesto de autodefensa".

Tras llevar a cabo el acto reivindicativo, empezaron a surgir tensiones entre manifestantes y policías y a las 21.00 horas se efectuaron las primeras cargas, en un dispositivo policial que ha sido criticado por personas expertas en seguridad por la falta de planificación y que ha dejado escenas de la incapacidad de los antidisturbios cuando se enfrentan en el cuerpo a cuerpo con las y los manifestantes.

Hacia las 22.30 horas un gran número de manifestantes habían quedado cercados por la policía que no dejaba salir a nadie fuera del cordón policial. El ambiente fue tensionándose hasta que los manifestantes empezaron a arrojar botellas de vidrio y los Mossos y la Policía Nacional empezaron a cargar consiguiendo dispersar a la manifestación por Plaça Catalunya y Passeig de Gràcia. Allí los antidisturbios volvieron a poner en práctica la criticada técnica del carrusel.

Via Laietana Foto: Albert Alexandre

La última escena se vivió muy lejos de donde había empezado la manifestación, en los Jardinets del barrio de Gràcia. Hasta allí se desplazaron dos docenas de furgonetas de antidisturbios sin que hubiese ni un solo manifestante y a medida que iban apareciendo gente joven la policía llevaba a cabo identificaciones aleatorias y registros de mochilas.

La noche se saldó con al menos siete personas detenidas y 15 heridas, notificadas por el Servicio de Emergencias Médicas (SEM). A estas personas habría que añadir otras muchas que cada noche de altercados son atendidas por los Sanitarios por la República, un cuerpo de médico de voluntarios que actúa al margen de los servicios médicos en casos de personas heridas de levedad que tienen miedo de ir a un hospital.

Sanitaris per la República Foto: Albert Alexandre

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