El tejido cultural zaragozano continúa con las protestas “en defensa de la Cultura Local”

La plataforma Bloque Cultural, integrada por agentes, profesionales y público de la cultura de Zaragoza, ha vuelto a celebrar una concentración masiva en Plaza España “para defender la Cultura de Cercanía y la participación en cultura, ante los ataques que está viviendo por parte del gobierno municipal (PP-Vox)”

El tejido cultural de Zaragoza, organizado a través de la Plataforma Bloque Cultural, ha vuelto a reunir a la ciudadanía en la zaragozana Plaza España de la capital del país. En esta ocasión, se ha celebrado una “cacerolada-jam” en la que las personas asistentes han compartido ritmos y sonidos en defensa de la Cultura de Cercanía, bajo el lema “Esto va contigo”.

A las causas que la plataforma ya venía señalando, como la cancelación de la programación cultural de Etopia o el cambio de gestión del pionero espacio Harinera ZGZ, se suman ahora nuevas decisiones del consistorio zaragozano que amenazan los proyectos profesionales locales y los derechos culturales de la población.

Nuevos programas culturales liquidados

Desde Bloque Cultural señalan que, además de lo ya denunciado en las anteriores protestas “la persecución a la cultura local y la participación continúa”. Entre otras, la gestión de la concejala de Cultura del equipo PP-Vox, Sara Fernández, ha traído la eliminación del Ciclo Lagata Reggae y el Centro de Préstamo del Consejo de la Juventud. Tampoco continúan el Festival de Circo Contemporáneo Malabar, el Slap Festival, ni el Festival de Flamenco, tras 10 ediciones.

Derechos laborales y precariedad

En su defensa habitual por los derechos de las personas que se dedican profesionalmente al ámbito de la cultura, el Bloque Cultural respalda igualmente las protestas convocadas por CCOO “sobre el despido de la persona Técnica de Zaragoza Cultural que coordina las ayudas en esta materia, velando por la transparencia del proceso de concurrencia”, y que se encargaba del extinto Consejo de Cultura, entre otros temas.

Desmantelando referentes nacionales y europeos

También se muestra respaldo al Colectivo Llámalo H, que co-gestionaba el espacio pionero de cultura comunitaria Harinera ZGZ hasta que Sara Fernández decidiera liquidar este modelo de gestión y expulsar a Llámalo H.

En solo un mes “desde el desahucio” han recibido invitaciones para exponer el modelo y replicarlo en Madrid, Córdoba y Gasteiz, además de haber sido el hilo conductor de la jornada europea celebrada en Malmö -Suecia- con el lema “La Cultura es Pan”, en el encuentro anual de la red europea Culture Action Europe (CAE) Beyond the Obvious | United by Future Places. “Es vergonzoso que, mientras tanto, el Ayuntamiento de Zaragoza lo haya expulsado”, enfatizan.

El Bloque Cultural insiste además en la idea de que “los grandes eventos que promueve el actual gobierno municipal no sirven para sostener el empleo del sector. Más bien al contrario, mantienen a las personas profesionales en la precariedad y eliminan cualquier opción de participación y gobernanza compartida con la ciudadanía, dando la espalda tanto a los derechos laborales como a todas las líneas de trabajo que marca Europa para construir democracias sólidas”.

Lamentablemente, como anticipaban en sus primeros comunicados, las primeras cancelaciones eran solo el comienzo y “vislumbran un futuro gris para la ciudad, limitan el desarrollo de democracias plenas e inclusivas y retroceden en garantizar el derecho a la cultura que respalda el artículo 44 de la Constitución por el cual los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a la que todas las personas tenemos derecho”, recuerdan.

Sobre las 20.00 horas de este pasado jueves se leyó el manifiesto del Bloque Cultural en el que se reflejan sus exigencias al Ayuntamiento de Zaragoza. Así, se reiteraba la necesidad de “políticas en apoyo a la cultura local, del territorio y de cercanía. Que el Ayuntamiento apoye iniciativas de base ciudadana y cese inmediatamente el ataque frontal al que nos está sometiendo”, y, en ese sentido “revertir el modelo basado en macro eventos, que solo sirven para generar titulares sin dejar poso en el ecosistema cultural pese a los números grandilocuentes”.

Igualmente, reclamaron “promover espacios de participación en Cultura, en la hoja de ruta europea, que fortalece democracias sólidas y modernas”, también “garantizar derechos laborales para el sector”, así como “una política cultural que sitúe a la cultura de cercanía como motor” y “garantizar el acceso y el derecho a decidir (no solo a consumir cultura)”.

“La política cultural necesaria es una política de lo pequeño, de proximidad: una gestión con menos fuegos artificiales y menos selfies, y más mirada a largo plazo, que priorice el futuro cultural local, el acceso de cualquier persona y la presencia de la cultura en la educación”, recalcaban. En definitiva “el tratamiento de la cultura como lo que es: un derecho ciudadano y un bien de todas las personas”, concluían, recordando que “como afirmaban en Malmö: la cultura es pan”.

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