El 4 de octubre las Put4s Callejeras se colocarán frente al Congreso español con un lema: “No existen mujeres malas, existen malas leyes”. Una convocatoria que comenzará a las 17.30 horas está recorriendo todo el Estado y que se posiciona en contra de la proposición de ley orgánica que modifica el Código Penal para prohibir lo que la ley entiende por proxenetismo en todas sus formas.
La asociación feminista de trabajadoras sexuales AFEMTRAS pretende así visibilizar y recordar a los y las diputadas que esta modificación lejos de combatir los problemas y la violencia a los que hacen frente en su día a día, solo generará más indefensión y vulnerabilidad.
Una de sus cofundadoras, Beyonce, explica a AraInfo que “nos hemos puesto en en pie de guerra desesperadas, porque la mayoría de nosotras somos mujeres trans migrantes, aunque también hay mujeres mujeres cis. Las trabajadoras de calle somos las que vemos las violencias”. Y apunta, la raíz del problema con esta ley: “Aquí se crea una ley pero no se crean medidas buenas y reales para las trabajadoras”.
Para ella, lo que desearía es que poder “trabajar tranquilas sin tener ninguna pena encima sin que esté la policía persiguiéndonos porque esto ya lo sufrimos con la ley mordaza y fue terrible para todas nosotras”.
Explotación y proxenetismo
Esta ley pretende modificar el artículo 187 del Código Penal desvinculando la persecución del proxenetismo, de la explotación e imponiendo penas de prisión y multas a quien, con ánimo de lucro, promueva, favorezca o facilite la prostitución de otras persona, o destine un inmueble o local a ello, o convenie prácticas de naturaleza sexual a cambio de dinero, aun cuando se contara con el consentimiento de la persona en todos esos casos.
Ahora, el Código Penal vigente contempla penas de prisión de dos a cuatro años y multa de doce a veinticuatro meses para quien se lucre explotando la prostitución de otra persona: “Se entenderá que hay explotación cuando concurra alguna de las siguientes circunstancias: que la víctima se encuentre en una situación de vulnerabilidad personal o económica, o que se le impongan para su ejercicio condiciones gravosas, desproporcionadas o abusivas”.
Además, la propuesta de ley rebaja las penas: en vez de dos a cuatro años de prisión, propone de uno a tres años. Tal y como explica el grupo del PSOE en la exposición de motivos, esta reducción es “consecuencia del mayor alcance que pasa a tener el tipo delictivo”.
El pasado junio, Newtral recogía algunas valoraciones de juristas y catedráticas de derechos sobre las posibles consecuencias de la aplicación de esta nueva ley. Uno de sus principales problemas a la hora de desarrollar esta ley es que la desaparición del concepto de explotación amplía tanto el concepto que podría perjudicar a las familias o a las propias trabajadoras.
Propietarios de locales
Además, esta ley también plantea el castigo penal a los propietarios de locales destinados a la prostitución, la llamada tercería locativa. Este artículo estaba contemplado en el proyecto de Ley de Libertad Sexual pero finalmente fue eliminado del texto legislativo después de su debate en la Comisión de Igualdad del Congreso, donde se discutía el dictamen de la ponencia.
Según la propuesta legislativa, “el que con ánimo de lucro y de manera habitual destine un inmueble, local o establecimiento, abierto o no al público, o cualquier otro espacio, a promover, favorecer o facilitar la prostitución de otra persona, aun con su consentimiento, será castigado con la pena de prisión de dos a cuatro años y multa de dieciocho a veinticuatro meses”.
Beyonce, como sus compañeras, tiene miedo de que se utilice este concepto tan amplio y esta persecución como un arma contra ellas: “Habrá gente que por la transfobia que hay dentro de los bloques de vivienda o de los barrios puede aprovechar esta ley también para decir 'no queremos a esta y la vamos a denunciar como prostituta' o 'como ahí viven tres o cuatro trans la que lleva la casa en una proxeneta'. Por ejemplo, si yo alquilo una casa y vivo con dos o tres amigas, pueden llamar y decir que ahí hay prostitución y si preguntan quién es quién es la que lleva la casa si digo que yo ‘pues venga, usted detenida”.
La conversación con esta activista y trabajadora sexual comienza aclarando que su asociación no tiene “nada que ver” con la patronal de empresarios: “Nos han cogido el logo de los paraguas y se han puesto enfrente de la lucha que llevamos nosotras hace muchos años. Nosotras no tenemos nada que ver con la patronal y eso lo venimos diciendo desde hace años. Nosotras somos trabajadoras sexuales auto organizadas, somos putas auto organizadas, que estamos al pie de la lucha y que queremos nuestros derechos”.
Una realidad paralela
A la cuestión sobre la cercanía de esta reforma del Código Penal a la realidad que viven las trabajadoras sexuales en su día a día, Beyonce responde rotundamente: “En absoluto”.
Para AFEMTRAS el PSOE “solo ha pensado, porque eso lo tengo clarísimo, en colgarse las medallas de haber acabado con la prostitución en España entre comillas” y añade, “y luego, que pase lo que tenga que pasar al final son putas”.
Beyonce aprovecha además para recordar que no se puede legislar desde el estigma y los prejuicios: “Las putas vivimos en pisos, somos clase obrera, vivimos en barrios obreros de de toda la vida y ganamos y ayudamos a nuestra familia, a nuestras madres, a nuestros hermanos, a nuestros hijos y a nuestros sobrinos. Lo único que queremos es vivir como quien dice con dignidad”.
¿Qué necesitan?
Esta propuesta de ley resulta para muchas juristas confusa, demasiado amplia e inconcreta lo que puede llevar a solapamientos con otros artículos del código penal y, sobre todo, permite la entrada de los sesgos ideológicos de los juzgadores y la aplicación racista, transfoba y aporófoba de la norma.
A la pregunta sobre qué necesitan realmente las trabajadoras sexuales, Beyonce se ríe. Algo tan sencillo como la despenalización total de el trabajo sexual. Ni esta ley les sirve, ni tampoco las diferentes ordenanzas municipales que acaban persiguiéndolas a ellas: “Todas estas cosas han hecho que el trabajo sexual a día de hoy esté penalizado porque se supone que van detrás de los clientes, pero no también multan a las trabajadoras. Y al perseguir al cliente nos están penalizando a nosotras directamente”.
Y como ella misma dice, si “fantaseamos un poco” lo ideal para ellas sería que las instituciones se pusieran en contacto con los sindicatos y con los colectivos denominados de “putas autoorganizadas” para que pudieran trasladar “qué necesitamos cada una dentro de los diferentes sectores”. Como comenta, una trabajadora sexual de calle no tiene las mismas necesidades que las que trabajan en casa. Y así con el resto de intersecciones que habitan los cuerpos de estas trabajadoras.
Viaje a Madrid
Desde Aragón, el colectivo NuncaSinNosotras está organizando el viaje para acudir a esta gran movilización tanto de trabajadoras sexuales como de personas y colectivos que quieran apoyar su lucha. Para ello, han pedido a través de redes sociales que quienes tengan interés en acudir escriban un email a nuncasinnosotras@gmail.com.
El pasado julio la Red Voces Feministas Por Los Derechos lanzó un manifiesto que ya han firmado centenares de personas de la academia, trabajadoras sexuales, activistas y organizaciones, donde expresaban su apoyo a las reivindicaciones de las trabajadoras sexuales organizadas. El documento recogía diez propuestas expresadas en términos claros.