Más de cien personas se concentran en Uesca contra el desalojo del CSO Las Pikarazas

Tras un año y medio de actividades lúdicas, culturales, sociales y sin ánimo de lucro, la inmobiliaria propietaria del edificio ha conseguido tapiar el espacio pero "no la ilusión" del CSO Las Pikarazas. Este viernes 14 de febrero se dijo "adiós" al espacio, pero se recalcó que la idea continúa que "dentro de poco tendréis noticias nuestras".

Foto: Roberto Seral Marcén

Más de cien personas se concentraron este viernes 14 de febrero en Uesca para protestar contra el desalojo del CSO Las Pikarazas, el primer centro social okupado en la historia de la ciudad oscense. Durante el acto, se compartieron varias cartas de apoyo, hubo intervenciones espontáneas, y se leyó un manifiesto final en el que se recalcó que aunque toca despedirse con pena del espacio, "la ilusión por crear espacios liberados está intacta, e incluso reforzada".

Muchas eran las personas que, ajenas a la convocatoria, se acercaban a las asistentes y preguntaban por las razones de la concentración. Los ciudadanos y ciudadanas de Uesca que pasaban por la Plaza de Navarra no continuaban indiferentes sus caminos, y se detenían a preguntar y a interesarse por lo que allí estaba pasando. Y es que, para la ciudadanía de Uesca, la existencia de un Centro Social Okupado en su ciudad era algo desconocido hasta la llegada del CSO Las Pikarazas, ya que éste ha sido el primero en la historia de Uesca.

El proyecto ha durado un año y medio, tiempo suficiente para que varios colectivos y cientos de ciudadanos y ciudadanas hayan podido experimentar los beneficios que genera la existencia de un CSO en la ciudad. "Hasta cinco colectivos utilizaban de forma periódica el espacio, y de forma esporádica, al menos quince organizaciones han pasado por Las Pikarazas, ya sea utilizando el espacio para cuestiones internas o para realizar actividades abiertas", señalaba para AraInfo una de las integrantes de la asamblea de Las Pikarazas. "Antes de crearse el CSO, el movimiento social de la ciudad estaba poco cohesionado, y de lo que nos sentimos orgullosos y orgullosas es que este año y medio ha servido para avanzar en esto".

Un desalojo sin previo aviso para levantar más de 1.000 viviendas

Pero todo se truncó este miércoles, cuando una cuadrilla de obreros, acompañados por las fuerzas de seguridad, entraban en el CSO Las Pikarazas y comenzaban a tapiar puertas, ventanas y cualquier acceso viable al inmueble. "No ha habido posibilidad de sacar las cosas, y no creemos que se pueda ya", se lamentan. "A pesar de que acudimos a la puerta a intentarlo, no se nos permitió el acceso".

El proceso judicial que ha terminado con este desalojo fue iniciado por la Inmobiliaria Cuello-Ramón SL, que desde el 2017 tiene como administradora única a María Victoria Ramón Ballarín y como apoderada a María Carmen Cuello Ramón. En la zona donde se situaba el CSO Las Pikarazas se va a llevar a cabo un proyecto urbanístico de gran magnitud, con la creación de más de mil viviendas, según se informaba en uno de los comunicados leídos durante la concentración, en el que también se contrastaba este hecho con la existencia de miles de casas vacías en Uesca, siendo la proporción de "una de cada cinco". Sin duda, un contraste que hace complicada de entender la supuesta necesidad de crear más y más viviendas que, o bien no se van a habitar, o bien van a provocar que otras queden vacías en la ciudad. Una apuesta por políticas especulativas en vez de por políticas de rehabilitación de viviendas y fortalecimiento de los barrios ya existentes en la capital oscense.

En el momento de crearse el CSO Las Pikarazas, sobre la inmobiliaria pesaban cuantiosos embargos y el edificio estaba a punto de ser subastado, como así consta en el Boletín Oficial de Aragón de 21 de febrero de 2018. Esta subasta se realizaba por una deuda de la inmobiliaria que ascendía a 150.010,27 euros.

Las Pikarazas
Ventanas y puertas del CSO Las Pikarazas tapiadas con bloques de hormigón. Foto: Roberto Seral Marcén

Año y medio de actividades lúdicas, culturales, sociales y sin ánimo de lucro

Desde que se cerró en 2010 el Ateneo Libertario Ramón Acín, referente oscense de centro social autogestionado, no había habido ningún espacio similar en Uesca. Tras meses de trabajo, se liberó el edificio situado en Ronda Estación número 32, convirtiéndose en un espacio okupado, autogestionado, antiautoritario y feminista. A partir de ese momento, se sumaron diversos colectivos e hicieron el espacio su lugar de encuentro y, en muchos casos, el sitio donde realizar sus actividades destinadas a la ciudadanía oscense, sin ningún ánimo de lucro.

Así pasó con el Banco de Bicicletas, que de forma periódica se encontraban en el CSO Las Pikarazas donde se daba un servicio de ayuda, apoyo, formación y prestado de herramientas para arreglar bicicletas. O con actividades como proyecciones de documentales y tapeos veganos, como es el caso de Asociación Rescate Animal Huesca, que celebró un evento el reciente 2 de febrero. O el colectivo Fridays For Future Huesca, un colectivo cuya lucha es reclamar acciones urgentes contra el calentamiento global y el cambio climático, y que realizaba intermitentemente actividades y tenía como referencia de lugar este CSO. Y podríamos seguir nombrando colectivos que han pasado por Las Pikarazas, como Amigos de la Tierra, Asamblea 8M Huesca, Colectivo Feminista Huesca, Fraguas Revive, Bloque Antifaixista Uesca, CNT o la Iniciativa contra las macrocárceles, organizadora de la Marcha contra la macrocárcel de Zuera.

Pero CSO Las Pikarazas no era solamente un espacio físico donde realizar actividades, sino que también participaba en otras convocatorias de una manera decidida, y así se plasma en su suma a la Concentración Ciudadana "Dale la vuelta al porcino industrial" junto a otras decenas de organizaciones, o su participación en el Mundialito Antirracista de Zaragoza donde fue la campeona.

Un "adiós" al espacio, un "hasta pronto" a la idea

Lo que sí se dejó claro durante toda la concentración, ya sea en la lectura de las distintas cartas de apoyo como en el manifiesto final, es que la ilusión por mantener un espacio liberado de estas características en la capital altoaragonesa está intacto. Y, para dejarlo bien claro, el final del manifiesto del CSO Las Pikarazas era un "dentro de poco tendréis noticias nuestras"... y que así sea.

CSO Las Pikarazas
Foto: Roberto Seral Marcén

Un desalojo que se suma a la amenaza existente contra varios espacios liberados en Aragón

Este desalojo es un ataque más hacia la existencia de espacios liberados en Aragón, siendo claro ejemplo de esto la amenaza que se cierne contra el Centro Social Comunitario Luis Buñuel y el Centro Social Okupado Kike Mur, ambos en la ciudad de Zaragoza.

En el caso del CSC Luis Buñuel, una sentencia anuló la cesión municipal del antiguo instituto a la asociación social que lo gestiona. La sentencia deja sin efecto varios actos administrativos dictados en 2018 por el Ayuntamiento de Zaragoza en los que el consistorio cedía su uso. Dichos acuerdos fueron recurridos por la 'Asociación Plataforma Social y Cultural Escuela y Despensa'. Desde el Ayuntamiento, lejos de defender sus actos, anunciaron que no iban a recurrir y la responsable de planes integrales, Patricia Cavero, y el consejero de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Zaragoza, Javier Rodrigo, aseguraron en rueda de prensa que el Consistorio, en cuanto esta sentencia sea firme, pedirá "el cumplimiento de la misma".

En cuanto al CSO Kike Mur, el concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, afirmó que el Ayuntamiento tiene intención de desalojar el CSO antes del mes de abril de este año. La pregunta fue realizada por el partido de ultraderecha VOX en la Comisión de Urbanismo.

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