En relación con la sesión plenaria de la Comisión del Agua de Aragón de este próximo miércoles, 24 de noviembre, en la que se va a decidir sobre la creación de la Mesa de Diálogo del Agua, los representantes de COAGRET en la Comisión consideran, en primer lugar que “esta Mesa debería ser una oportunidad única para abandonar definitivamente el Pacto del Agua”, y, en segundo lugar exigen “reconocimiento formal de los conflictos del agua en Aragón”.
“Una oportunidad única para abandonar definitivamente el Pacto del Agua”
Desde Coagret aclaran que “si bien en este momento formamos parte de la Mesa de Diálogo del Agua, discrepamos por completo de los objetivos que plantea el Gobierno de Aragón para la misma. Consideramos que esta Mesa debería ser, si acaso, una oportunidad única para abandonar definitivamente el Pacto del Agua como referente por parte de las instituciones aragonesas”.
“Treinta años después, parece evidente que es un instrumento que para poco ha servido, más allá de contribuir a enconar los conflictos del agua en Aragón”, recalcan, y recuerdan que “la realidad actual nada tiene que ver con aquella de 1992. La implementación de la Directiva Marco de Agua y una gestión sostenible de los recursos hídricos, con una adecuada adaptación al cambio climático, nada tiene que ver con la ‘consolidación institucional y actualización del Pacto del Agua’ que se pone encima de la mesa por parte del Gobierno de Aragón, en la propuesta de constitución de la mesa del diálogo”.
Asimismo, aseguran que “si nos creemos de verdad la agenda 2030 y las Directivas de Agua, de Habitats y de Aves, entre otras, debemos abanderar la defensa de su cumplimiento efectivo y real por todas las administraciones y en todas las obras hidráulicas”.
Reconocimiento formal de los conflictos del agua en Aragón y de los colectivos y pueblos afectados
Coagret considera “que cualquier iniciativa de una mesa de diálogo, debería partir de un reconocimiento formal de los conflictos del agua en Aragón, y de cómo los colectivos y los pueblos afectados han sido ignorados en sus demandas y alegaciones desde hace casi 40 años”.
“Pensamos que la mesa de diálogo debería hablar de cuestiones concretas y tangibles como por ejemplo, un plan de compensaciones para la zona de La Galliguera, una vez que la amenaza del embalse de Biscarrués ha desaparecido finalmente. Tendría que tratar sobre la realidad del embalse de Yesa, con unas obras cuestionadas por la inseguridad y afecciones que conllevan, y atender las demandas sociales de que no se llene la presa. El embalse de Mularroya, con una colección de sentencias en contra de los más altos Tribunales españoles continúa ejecutándose, arrasando zonas protegidas de la Red Natura 2000, y todo ello para llevar a cabo una obra injustificable”, enumeran.
Igualmente, plantean que “el objetivo principal de esta mesa debería ser el contribuir a la resolución de estos conflictos, aunque también se tendría que hablar de otros, como la contaminación en el Queiles, la desecación del Bajo Aguas Vivas, la necesidad de revisar las concesiones caducadas o que no se utilizan, o del mal estado ecológico de algunas masas de agua” de nuestro país.