Chueca promueve una nueva modificación del PGOU para privatizar las futuras piscinas de L'Almozara

Como en el caso del CDM Zaragoza Sur, el Ayuntamiento de Zaragoza dirigido por Natalia Chueca, aprovecha las demandas ciudadanas para favorecer el negocio de unos pocos. Suso Domínguez, de Zaragoza en Común, denuncia que este es "un paso más en las maniobras de privatización sistemática" del servicio de deportes de la capital aragonesa.

Natalia Chueca | Foto: Ayuntamiento de Zaragoza

En lo que parece una continuidad del modelo con el que el Ayuntamiento de Zaragoza pretende poner en marcha el CDM Zaragoza Sur, Natalia Chueca ha impulsado un expediente para permitir que una importante parcela prevista para equipamiento deportivo en el barrio de L'Almozara pueda ser explotada de forma privada. Así, la comisión de Urbanismo ha aprobado este lunes la modificación aislada del PGOU con los votos a favor de PP y Vox, y el "no" de PSOE y Zaragoza en Común. La parcela que Suso Domínguez, concejal de ZeC, sitúa en algo más de 14.000 metros cuadrados se encuentra anexa a las calles Lago y Braulio Foz. La recalificación, aunque mantiene los usos deportivos, introduce según el propio expediente su conversión en una "parcela con aprovechamiento lucrativo".

De esta forma se abre la puerta para que en un uso mixto de derechos de superficie y la concesión de explotación de un servicio público, las futuras piscinas del barrio zaragozano nazcan en manos privadas. L'Almozara lleva décadas reclamando unas piscinas municipales, y en los últimos años se han producido distintas movilizaciones vecinales para exigir su construcción. Tanto en los barrios del sur de Zaragoza, como ahora en L'Almozara, el consistorio en manos del PP pretende transformar las demandas vecinales de equipamientos en una oportunidad de negocio, como siempre, para unos pocos y que pagará el conjunto de la ciudadanía de una u otra forma.

La privatización de las instalaciones deportivas de ámbito municipal ha sido un "yacimiento de plusvalías" para el sector privado. Existen algunas grandes ciudades donde la práctica totalidad de dichos equipamientos han caído bajo el sistema de concesión para la explotación privada, con unos resultados más que cuestionables. Zaragoza no ha sido excepción de este empuje hacia la externalización, aunque aún mantiene bajo gestión pública una parte importante del servicio y de las propias instalaciones. Este movimiento es, para Domínguez, "un paso más en las maniobras de privatización sistemática, paso a paso, de todas las instalaciones deportivas y todo el deporte municipal".

Si bien las contratas llevan décadas introducidas tanto en tareas de mantenimiento, como en la explotación de algunas áreas específicas de algunos centros deportivos municipales como los gimnasios, el sistema de concesión supone un paso más allá. El camino lo abrió el gobierno municipal de Belloch con Manu Blasco, del PAR, como responsable del deporte municipal, cuando puso en marcha el CDM Duquesa Villahermosa. Este centro sería el primero en crearse por el sistema de concesión.

Como adelantábamos, el sistema actual de privatización incluye la cesión del derecho de superficie por una largo periodo. Domínguez cree que esta fórmula pone los suelos "en manos de una explotación privada con ánimo de lucro por 75 años, toda una vida". Además, el concejal de Zaragoza en Común, sostiene que estas cesiones de suelo y concesiones de explotación "no salen gratis", y recuerda que "en el caso del CDM Valdespartera (Zaragoza sur) se están pagando cinco millones de euros". Resulta chocante que este sistema de concesión privada se realice bajo el mantra de que las inversiones en equipamientos públicos "son muy caras" e "insostenibles", cuando una parte importante del presupuesto destinado a inversión no se ejecuta o mientras el consistorio está impulsado, por ejemplo, la construcción de la nueva Romareda con un coste de varios cientos de millones de euros.

Distintas entidades del popular barrio zaragozano, como la Asociación Vecinal y de Consumo Aljafería, la Asociación Vecinal Ebro de L'Almozara y la Asociación Vecinal Avenida de Navarra, mostraron su rechazo a estos planes y también rechazan la ubicación de la instalación en la parcela de las calles Lago y Braulio Foz, por hipotecar lo que debería de ser "un corredor verde", así como por su modelo de gestión privada.

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