Castanesa: Un proyecto especulativo que hundirá Castanesa -parte 1-

Durante este fin de semana publicamos el trabajo del escritor aragonés Carlos Tundidor sobre Castanesa, sus reflexiones y propuestas. Este sábado la primera entrega, y mañana domingo la segunda parte.

De entrada, he de decir que las personas que siguen batallando para que los pueblos, el mundo rural, con la importancia tan extrema que tiene esto para el país, tengan su papel en el mundo me merecen todo el respeto y apoyo. Llevo años, muchos más que los que se lleva hablando sobre despoblación, tratando de que todos entendamos que la España despoblada es un estado perjudicial para la mitad del país, pero también, por los desequilibrios que se producen de todo tipo, para la otra mitad, la que podemos llamar “llena”. Creo que, aunque pudiera estar equivocado en aspectos puntuales, tengo una cierta garantía para poder hablar de los temas que afectan a la España despoblada.

I.- Antecedentes socio-geográficos

Para empezar, pondremos estos territorios en el mapa. El territorio del que estamos hablando es una de las partes más salvajes de nuestro macizo pirenaico que es como decir una de las partes más salvajes y vírgenes de España. Es, precisamente, el espacio que existe entre el núcleo de San Juan de Plan y la raya con Cataluña. En este espacio, aproximadamente un rectángulo de 10/15 kilómetros de anchura hasta la frontera francesa, y de 35/40 kilómetros de longitud desde el pueblo citado hasta la frontera catalana, no hay, prácticamente, núcleos urbanos, ni siquiera pequeños. Es un gran espacio que, históricamente, ha sido uno de los grandes vacíos necesarios para que la Naturaleza tenga el desahogo que precisa, importante para que la vida de los valles de sus faldas sea posible y que se ha utilizado como territorio de pasto para la ganadería de los pueblos de los valles.

En este dominio natural está enclavado el Parque Natural del Macizo Posets-Maladeta y, dentro de él, los picos Maladeta, Posets, Aneto y una buena cantidad de tres miles. Y dentro de este espacio de alrededor de 450/500 km2 de montañas, lagos, pastos, bosques, barrancos, sin gentes, sin núcleos urbanos, está el macizo de Castanesa. Una inmensa montaña de 63 km2, 63.000 hectáreas, parte de la cual sirve de zona de esquí en Cerler, en un extremo, y la mayor parte a la espera de que otro “pelotazo” urbanístico ponga sus garras para dejar un territorio salvaje de parecida manera que otros lugares del pirineo.

Castanesa es, además, el nacimiento de una manera u otra de tres de los ríos que riegan estos terrenos: el Ésera, el Isábena y el Baliera. Allí nace el propio río Isábena y varios de los barrancos que lo alimentan (Cebollés, Ixordigal y otros menores), nace el complejo de barrancos (Racuans, Corrotoñera, Liri, Ramastué y otros que alimentan al Ésera y, por el otro lado, nacen los barrancos de Plans, de Ragüés, de Coll de Salse, de Sellant, de Ponferrat y otros que alimentan el río Baliera.

En este macizo, a fecha de hoy, alrededor de 4.000 ovejas y 1.200 vacas pastan todavía en sus inmejorables pastos. Los principales pueblos y núcleos rurales afectados, siempre en las partes bajas de la zona y nunca colocados en ese espacio vacío de 400 km2, son los 17 núcleos rurales incluidos en el municipio de Montanuy. La extensión del municipio es de 174 km2 y la población total de sus 17 núcleos es de 205 habitantes. Esto nos da una densidad de 1,2 h/km2 La relación de núcleos es la siguiente, la población de cada cual está entre paréntesis: Aneto (17 h.); Benifons (7 h.); Bono (5 h.); Castarné (10 h.); Ervera; Estané (5 h.); Estet (7 h.); Forcat (8 h.); Ginasté (4 h.); Noales (33 h.); Ribera (1 h.); Señiu (17 h.); Viñal (1 h.); Castanesa (28 h.); y la capital del municipio, Montanuy (54 h.). Además de estos núcleos habría otros implicados que serían: Denuy (15 h.); Ardanué (3 h.) y Fonchenina (3 h).

Tradicionalmente, la economía del territorio estaba basada en la ganadería además de una pequeña porción agrícola. Miles de ovejas y de ganado vacuno se aprovechaban de los pastos frescos del verano para el engorde y su paso por la vida. Actualmente, el bajón de la población y la dureza de la propia ocupación, ha hecho que la cabaña ganadera haya bajado a unas cifras menores, poco más que lo que decíamos sobre los pastos del macizo de Castanesa.

Actualmente, esta economía se ve complementada con la existencia de casas rurales y pequeños hotelitos. En la zona hay alrededor de 10/12 casas rurales, evidentemente menos que lo que daría de sí las posibilidades de un turismo sostenible. Montanuy con 3 casas, Castanesa, Aneto, Ardanué, Forcat, Viñal, Denuy, Fonchenina, tienen este tipo de complejos. Una observación: los núcleos de Aneto, Bono, Estet, Forcat, Viñal están a lo largo de la nacional N-230 que separa las dos comunidades y, sin embargo, a pesar de ello, entre los cinco núcleos no tienen sino 35 habitantes y 3 casas rurales. En el otro lado de la raya están Vilaller o Llesp, ambos pueblos de Cataluña. Vilaller tiene 600 habitantes con menos posibilidades prestadas por la naturaleza y bastantes más establecimientos hoteleros, y LLesp, con una población parecida a la de cualquiera de los núcleos pequeños de la zona aragonesa, tiene más casas rurales que cualquiera de ellos.

II.- Estudios sobre el Cambio Climático de los Pirineos.

El Observatorio Pirenaico del Cambio Climático OPCC, entidad soportada entre otras por el mismísimo Gobierno Lambán, Presidente de la DGA con participación del 50% de ARAMÓN —empresa que es la que intenta desarrollar el proyecto esquiable de Castanesa—, ha emitido un estudio totalmente documentado sobre las previsiones climáticas en el Pirineo con diversos objetivos temporales.

Cualquiera puede bajarse el citado Informe, así que vamos a entresacar los principales factores que pudieran tener relación con el proyecto —pelotazo, más bien— que intenta convertir parte del macizo de Castanesa en dominio esquiable con la puerta de entrada principal por Fonchenina.

Resumimos lo relevante.

Entre 1949 y 2010, el aumento de la temperatura en la zona ha sido constante y hacia arriba. La media ha sido de 0,2ºC por década totalizando hasta 2010, 1,2ºC en total.

En la siguiente década, 2010-2020, a pesar de estar fuera del estudio, la progresión de la temperatura ha ido en aumento y la media puede estar, en estos momentos, dos grados por encima de la temperatura media de la década de los cincuenta.

El estudio de las precipitaciones, lluvia y nieve, ha decrecido en un 2,5% por década en ese mismo período. Esto querría decir que, ahora, la cantidad de agua o nieve caída puede ser entre un 15 y un 18% menos que en esa misma década inicial.

Proyección futura: Para el horizonte del 2030, que lo tenemos a la vuelta de la esquina, el aumento de la temperatura media podría aumentar en una horquilla que iría de 1ºC hasta 2,7ºC por encima y con respecto al valor promedio de 1961-1990.

Para el horizonte de 2050, la próxima generación, este aumento de temperatura puede estar en una horquilla de aumento entre 2 y 4ºC sobre el mismo valor promedio.

Para el horizonte de 2090, tres generaciones por detrás, esta previsión está entre los 4,3 y los 7,1ºC.

Son temperaturas que influirán de manera negativa y de manera sustancial en el clima general de la montaña, en los glaciares que desaparecerán, en los bosques que se verán afectados, en los caudales de ríos y barrancos que se verán afectados de manera importante.

Respecto a la evolución nívea el estudio marca lo siguiente:

En el Pirineo central, que es el que nos ocupa, a una altura media de 1.800 metros, que es la que altura media de la hipotética estación, el espesor medio de la nieve será la mitad de lo actual para el horizonte de 2050. Esto significa la probable inviabilidad de las estaciones de esquí a esa altura de fechas.

Además, el período de permanencia de la nieve a estas cotas será, para ese umbral del 2050, menor en más de un mes con respecto a lo actual.

Actualmente, en Cerler, las precipitaciones nivosas con espesores acumulados de más de 30 centímetros pueden estar en torno a los 70-80 días al año. Centradas desde el 15 de diciembre hasta el 5 de marzo. Las precipitaciones totales en el observatorio de Ampriu en 2019 fueron de 964 mm a lo largo del año. Para hacernos una idea, la media de las décadas de los sesenta, setenta, fueron de 1.200 mm. Actualmente, el número de días con precipitación nivosa abundante en la zona, puede estar en una horquilla de 18-25 días al año. Con respecto a la media de días con nieve superior a espesores mayores de 30 centímetros en el período de 1960 a 2010 este dato bajó en un 12% de media.

Trasladando las previsiones del estudio a la realidad actual, podemos vislumbrar en el horizonte de 2050/2060 un número de días alrededor de 40-50, con espesores mayores de 30 centímetros. Esto indicaría retrasar la temporada 15 días de media y adelantar el cierre otros 15 días de media.

Esta es una hipótesis avalada científicamente que pone en entredicho, no solo el nuevo proyecto de construcción de otra estación de esquí, sino las actuales estaciones. El bajón de precipitaciones en forma de nieve, el aumento de temperatura, las afectaciones importantes sobre las montañas y su medio que tendrán lugar por el cambio climático es un desafío para el mantenimiento de las actuales.

Es altamente probable que los Pirineos sufran aumentos considerables de fenómenos meteorológicos extremos: olas de calor, olas de frío, sequías, lluvias torrenciales, etc.

Como aspecto positivo, el aumento de días con temperaturas agradables podría aumentar la media de actividades de montaña, paseos, excursiones, y disfrute de la montaña en la misma proporción. Durante los meses de marzo, abril, noviembre y diciembre.

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