Amanecemos de nuevo ojipláticos. El Ayuntamiento de Zaragoza presidido por Jorge Azcón (PP), en su afán “ecologista”, nos ha regalado para estas fiestas unos preciosos alcorques rellenos de... ¿Árboles? No amigas y amigos, de cemento puro y duro (como el turrón).
Las quejas de vecinas y vecinos sobre los más de 500 alcorques vacíos en el barrio, contabilizados por personas voluntarias de la AV Venecia Montes de Torrero, ha tenido desde el Ayuntamiento una contundente respuesta. Aunque no la esperada.
Las calles Checa y Venecia ya tienen nuevo paisaje. Triste paisaje, gris paisaje. 50 alcorques en los que en vez de replantar un árbol, se han rellenado de cemento.
Pero agárrense, que parece que esto se va a convertir en costumbre en la ciudad (o eso dicen), pues esta actuación está amparada en una normativa europea, aplicable a calles como las de nuestro barrio; en ella se escuda el Ayuntamiento para terminar con esta plaga arbórea que inunda nuestras calles de color, sombra, cobijo y oxígeno.
Esto significa que, “árbol que cae, árbol que desaparece de la calle y san se acabó”. En su lugar, cemento gris. Es terrible imaginar qué pasará con los árboles de nuestra ciudad en el futuro.
Barrios sin árboles a cambio del “Bosque de los zaragozanos”. La mentalidad ecologista de la derecha se abre camino.
¿Dónde quedan los estudios que aseguran que un árbol además de dar sombra y purificar el aire, rebaja unos cuantos grados la temperatura de nuestras tórridas calles durante el periodo estival? Se pueden poner unos toldos como los de la calle Delicias –pensarán-.
¿Tiene sentido un ecologismo que no se plantee como premisa el negocio privado y la venta política de la propia imagen? –se preguntarán-.
¿Cabe en cabeza alguna que las vecinas y vecinos de los barrios opinen sobre los asuntos que les son propios?, pero ¿ellos que van a saber? –pensarán-.
Ecologismo S.L., de foto y pandereta.
En lo cercano y más local, sólo decir que es un hecho que el alcalde Azcón odia Torrero.
¿Será porque cada vez que viene a visitarnos lo recibimos diciéndole a la cara lo que pensamos sobre él y sobre sus políticas de derechas?
¿Será porque exigimos que se escuche al movimiento vecinal y a la ciudadanía y no haga todo su libre albedrío y capricho?
Cada vez que el destino le lleva a intervenir en nuestro barrio, hemos sido objeto de lo que podríamos llamar un “tratamiento especial”.
Sólo como ejemplo, se nos prohibió la hoguera del solsticio de verano cuando las mismas normas que nos la clausuraban, no eran aplicadas en otras zonas de la ciudad; veremos si nos da permiso para la del solsticio de invierno, nueves meses llevamos esperando que la señora Chueca nos reciba para tratar de llegar a una solución.
Tenemos constancia de que se están replantando alcorques en otros barrios, pero será que en Torrero ya tenemos muchos.
Las personas que vivimos en este barrio estamos cansadas de ver cómo el Ayuntamiento del alcalde Azcón nos maltrata y ningunea.
Tendremos que ir a llorar nuestras penas al “Jardín japonés”. Esa es otra. Suma y sigue.
