Apudepa lamenta “las decisiones del consejo de Urbanismo zaragozano aprobando la demoliciones de dos edificios de interés de arquitectura contemporánea”: el convento de Jerusalén y el colegio de Jesús y María, ambos en Zaragoza.
“La especulación urbana permite ahora una segunda oleada de derribos de edificios conventuales, siguiendo la senda destructiva de los años de 1960: Operación Romareda y Avenida Goya, impulsados por Enta Propieties (grupo Bancalé) y Bilbao Patrimonial, respectivamente. Ambas operaciones se enmarcan en espacios de unos 9.000 m², estando construidos en una mínima parte por lo que sería perfectamente compatible las actuales operaciones urbanísticas con su mantenimiento: ambos edificios pertenecen ya a la memoria de la ciudad, son herederos de un pasado o historia educativa, respectivamente, y forman parte de una arquitectura de excelencia proyectada por arquitectos muy destacados de mediados del siglo XX: los reconocidos hermanos Borobio e Isidre Puig Boada, de Barcelona, discípulo de Gaudí, y director de la Sagrada Familia en los años de 1950”, recuerdan desde Apudepa.
Ante estos expedientes Apudepa ha dirigido solicitudes y alegaciones. A favor del Convento de Jerusalén, Apudepa se dirigió a la Dirección General de Patrimonio Cultural solicitando protección para el convento, el 9 de febrero del 2023, teniendo una resolución negativa por parte de esa dirección general, recurrida el 16 de junio, manifestando que “no estamos de acuerdo con la insuficiente normativa aplicable recogida por la Directora General en el apartado correspondiente, que de la lectura de la Resolución se deducía que existen otros informes a favor del antiguo convento de Jerusalén de Zaragoza, obra de los hermanos Borobio (1940-1943), lo que indica que hay una profunda división de opiniones aglutinada en dos sectores, que a veces también cambian de opinión según de dónde venga la orden: los conservacionistas y los demoledores”.
En cualquier caso,señalan que “resulta incomprensible que los cabecillas de ambas instituciones se posicionen a favor de la demolición. En cuanto al Informe de la Jefe de Protección, Conservación y Restauración de Patrimonio Cultural, arquitecta Olona, que avala la no protección, entendemos que peca a menudo de ser subjetivo, poco conocimiento en historia del arte e impertinente a la hora de valorar la obra de los Borobio, también tendencioso y desfasado en contenido y criterios en parámetros sociales y medioambientales aplicables al siglo XXI”.
En cuanto al colegio de Jesús y María, Apudepa ya había advertido al ayuntamiento zaragozano mediante escrito, el 18 de febrero del 2022, en el que se reseñaba “la relevancia profesional del arquitecto Isidre Puig Boada, pero en el expediente resultante no hay ninguna constancia ni eco de dicha solicitud, ni tampoco una sola cita a la obra del arquitecto catalán en el Servicio Técnico de Planeamiento y Rehabilitación, ni en el departamento de Ordenación y Gestión Urbanística y tampoco en el de Inspección urbanística, por lo que entendemos que en la práctica la instancia de Apudepa ha sido ignorada”.

En consecuencia, y una vez expuesto el proyecto a Exposición pública, Apudepa solicitó “ante el ayuntamiento, la nulidad del acuerdo de la Modificación aislada nº 211 del PGOU y reordenar los usos de la parcela del antiguo colegio de Jesús María entre la avenida Goya y Cortes de Aragón, a fin de proteger dicha arquitectura: vestíbulo, edificio principal correspondiente a servicios comunes y colegio propiamente dicho, la capilla adosada en un lateral y el refugio antiaéreo en el sótano, proyecto del conocido arquitecto zaragozano Luis de La Figuera”.
“Sería deseable también la conservación del edificio añadido con posterioridad, en 1967, también siguiendo la misma estética del original en ladrillo rojo, por cuanto todos ellos, rehabilitados, pueden cumplir la función social que sea oportuna. Su derribo supondría una pérdida irreversible para la ciudad y en ninguno de los casos el nuevo edificio, también de uso social que se pretende construir tras el derribo del colegio antiguo, no va a alcanzar en su conjunto más calidad que el que le precede”, aseguran desde Apudepa.
Finalmente, y a modo de conclusión, desde Apudepa señalan que “derribar estas arquitecturas contemporáneas de calidad, convento de Jerusalén y colegio de Jesús y María de Zaragoza, sería un enorme error a distintos niveles: arquitectónico, cultural, económico y medioambiental. Ambos edificios están sin catalogar por lo que entendemos que hay una dejación de obligaciones por parte de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la DGA y de Inspección Urbanística del Ayuntamiento zaragozano, cuyos catálogos no cumplen con las expectativas necesarias de protección de acuerdo a toda la legislación vigente y en particular a la Ley 10/20022 sobre “Arquitectura de calidad” de acuerdo a la Declaración de Davos, Consejo de Europa 2018. Ante estos hechos irreversibles, Apudepa se reserva aplicarse en la defensa a la que tenga derecho”.