El torbellino electoral que vivimos el pasado domingo ha cambiado el panorama político y ha traído como gran acontecimiento el adelanto de las elecciones estatales al 23 de julio de este año. El resultado electoral se puede analizar con votos, pero también es interesante analizarlo través de los relatos que anteriormente precedían a la votación: “ETA gobierna con Pedro Sánchez”, “los okupas van a entrar en tu casa cada vez que vas a comprar el pan” o “los menas se llevan todas las ayudas”, han sido algunos de los bulos que más se han repetido mediáticamente con claros objetivos políticos.
Sin dejar de lado la importancia crucial que tiene en el análisis político las condiciones de vida material de cualquier sociedad, la historia política no se puede entender en tu totalidad sin analizar quien fija, define y domina ciertos relatos. La denominada “modélica” Transición, que la Guerra Civil fue una “lucha entre hermanos” o que “la democracia la trajo el rey”, son algunos ejemplos de unas percepciones sociales que han operado políticamente de forma exitosa y que tienen más de mito que de veracidad.
La consolidación de estos y otros relatos no sería posible sin el papel que juega el periodismo en cualquier sociedad, imprescindible a la hora de forjar, reproducir, propagar y naturalizar en el imaginario colectivo ciertas ideas sobre la vida, el trabajo, la política o cualquier ámbito a su alcance. De ahí, que para muchos el periodismo – sobre todo el que se hace en los grandes medios de comunicación- sea más un actor político de primer orden que un “cuarto poder”.
En este sentido, antes de las elecciones tuve la oportunidad de charlar sobre periodismo, censura, bulos y medios de comunicación con Jesús Cintora. Un periodista que por contar ciertas verdades ha sufrido en sus carnes la censura mediática y, a pesar de que no se considere una de las figuras más relevantes del periodismo, para mi modesta opinión sí lo es.