Ultimátum a los gobiernos para la salida del Tratado de la Carta de la Energía no más tarde de la COP26

El mismo día que comienza la sexta ronda de modernización del TCE, una filtración de la Comisión Europea revela que las propuestas de la UE para reformar el Tratado han sido rechazadas y que el proceso de negociación está abocado al fracaso

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Foto: Wassim Chouak.

Una coalición de más de 400 organizaciones en toda Europa, entre ellas Ecologistas en Acción lanzan una declaración conjunta para exigir a todos los gobiernos europeos que anuncien la salida del Tratado de la Carta de la Energía (TCE) no más tarde de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 (COP26), que se celebra en Glasgow el próximo mes de noviembre.

En el Estado español la declaración ha sido apoyada por 102 colectivos, entre los que se encuentran las cinco grandes organizaciones ecologistas (Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF), además de plataformas de desobediencia civil frente a la emergencia climática, como Rebelión por el Clima.

El lanzamiento de la declaración coincide con el inicio de la sexta ronda de negociaciones para modernizar el TCE, un proceso estéril que, tal y como ha revelado una filtración de dos documentos oficiales de la Comisión Europea (CE), no aspira a dar lugar a resultados reales para alinear el Tratado con los objetivos del Acuerdo de París.

Los informes de la última ronda de negociaciones celebrada el pasado mes de junio señalan que, la propuesta de la CE para eliminar la protección de las inversiones en combustibles fósiles de forma gradual no ha sido respaldada por ninguna otra parte y ha recibido el rechazo absoluto de Kazajistán.

Un hecho decisivo ya que para introducir cambios sustanciales al Tratado se necesita la unanimidad de todos los países signatarios. Este escenario sugiere que la Comisión podría dar nuevas concesiones en el proceso de modernización, debilitando aún más su posición, que ya ha sido calificada como "insuficiente".

A pesar de ser la parte más ambiciosa en las negociaciones, la CE apuesta por: (1) continuar protegiendo las inversiones existentes en combustibles fósiles durante diez años más, (2) proteger las nuevas inversiones en proyectos relacionados con el gas hasta 2030 e incluso hasta 2040 en algunas ocasiones, y (3) expandir la protección del Tratado a otras energías controvertidas como el hidrógeno o la biomasa.

Ante esta situación, y cuatro meses antes de que las y los líderes políticos de todo el mundo se reúnan en Glasgow para avanzar en el desarrollo de medidas más ambiciosas frente a la emergencia climática, la sociedad civil exige coherencia de políticas: hay que salir del TCE no más tarde de la COP26.

"Solo así podremos salvaguardar las políticas climáticas y el futuro del planeta", apuntan desde Ecologistas en Acción y la campaña No a los Tratados de Comercio e Inversión. Mientras la comunidad científica ha alertado de que el 80% de las reservas conocidas de combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas) deben permanecer bajo el suelo para contener el aumento de la temperatura global en 1,5ºC, a día de hoy solo en Europa la infraestructura fósil protegida por el TCE es de 344.600 millones de euros.

Y, tal y como advierten en el comunicado, "cualquier intento por cambiar las políticas o las subvenciones públicas en el sector energético puede dar lugar a demandas millonarias o incluso multimillonarias que se pagan con el dinero de las arcas públicas". Es lo que ha pasado en los Países Bajos, que en menos de tres meses se enfrenta a dos demandas de 1.400 y 1.000 millones de euros por una ley para eliminar el carbón en 2030. Países como el Estado español y Francia ya han mandado un mensaje tajante a la Comisión Europea, "si la modernización fracasa, la única vía será la salida del TCE".

La diputada francesa Marjolaine Meynier-Millefert (LREM) y el diputado español Germán Renau Martínez (PSOE) también se han hecho eco y han pedido una salida del TCE coordinada a nivel europeo, o de lo contrario, entre varios países. Más de 500 miembros de la comunidad científica –entre ellos Jean-Pascal van Ypersele, vicepresidente del IPCC– y más de 1 millón de personas en toda Europa también han pedido a los gobiernos que pongan fin a la protección de los combustibles fósiles y abandonen el TCE.

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