El Gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan ha confirmado este lunes que Turquía está lista para atacar a las milicias kurdas Unidades de Protección del Pueblo (YPG) y a las Unidades Femeninas de Protección (YPJ) en Rojava, el norte de Siria. Un movimiento que se produce tras la retirada de las tropas estadounidenses de la zona.
"Podemos entrar en territorio sirio de repente por la noche, porque no podemos aceptar la amenaza de organizaciones terroristas a nuestro país", ha justificado el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan en declaraciones a los medios de comunicación.
Por su parte, Ibrahim Kalin, portavoz de Erdogan, ha apuntado el supuesto objetivo de la operación militar: "Asegurar nuestras fronteras eliminando a los terroristas" y crear "una zona de seguridad" de 50 kilómetros de ancho en la zona siria de la frontera con Turquía, para asentar allí a 2 de los 3,6 millones de refugiados sirios que acoge actualmente. "Turquía está decidida y es fuerte", ha zanjado.
En realidad, lo que Turquía planea, con total impunidad, es la ocupación de Rojava, el Kurdistán sirio, eliminar a las milicias kurdas YPG e YPJ y expulsar a toda la población kurda autóctona. De hecho, esta será la tercera ofensiva militar turca contra Rojava desde 2016. En enero de 2018, la invasión de la zona de Afrín costó la vida de 2.000 personas.
Mientras la ONU mira hacia otro lado y afirma que se “prepara para lo peor”, Erdogan y el presidente de EEUU, Donald Trump, mantuvieron este domingo una conversación telefónica en la que trataron la largamente anunciada operación turca. Tras esa llamada, Trump anunció la retirada de las tropas estadounidenses.
"Turquía pronto avanzará con la operación que ha planificado durante mucho tiempo para el norte de Siria. Las Fuerzas Armadas de EEUU no apoyarán ni se verán involucradas en esa operación, y las fuerzas estadounidenses, habiendo vencido el califato territorial del Estado Islámico (EI), no estarán en el área cercana", ha apuntado la portavoz de la Casa Blanca, Stephanie Grisham.
Por su parte, las Fuerzas Democráticas Sirias, integradas principalmente por kurdos, han confirmado que la retirada de las tropas estadounidenses. Según informa la Agencia kurda ANF, en Tirbespiyê, en el cantón Qamishlo, en Rojava, miles de personas han salido a las calles para denunciar las continuas amenazas de Turquía.
"Larga vida a la fraternidad de los pueblos", era una de las pancartas que portaban durante la marcha, así como banderas de las Fuerzas Democráticas Sirias. Al término de la protesta, prometieron resistir un posible intento de invasión turco y denunciaron los planes de Turquía para establecer mercenarios en la región como en Afrin.
En Bruselas, el Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica (GUE/NGL), en el que están integrados EH Bildu, IU y Podemos, ha hecho público un comunicado en el que advierte: "La Unión Europea y la comunidad internacional deben condenar en los términos más enérgicos este asalto agresivo y peligroso de Turquía y utilizar todos los medios diplomáticos y económicos para detener la invasión",
Cabe recordar, que las milicias kurdas lograron vencer y expulsar del norte de Siria al Daesh y a la vez, organizar la región autónoma de Rojava, un verdadero proceso revolucionario que plantea una sociedad sin estado, y que tiene como pilares la lucha contra el patriarcado, el ecologismo, el respeto de todas las culturas y religiones y la vida comunal.
Sin embargo, Turquía, con el beneplácito de la OTAN -organización a la que pertenece-, considera a las milicias kurdas como terroristas por sus vínculos con el ilegalizado Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK) de Abdullah Öcalan, en prisión desde 1999, condenado primero a muerte y después a cadena perpetua por el gobierno turco.