La conspiración contra este capitalismo rancio y machista ha empezado en la mugre, la tierra y el cemento. El lobby feminista ha nacido, mal que le pese al autodenominado feminismo liberal, en los barrios y los pueblos.
La conspiración contra este capitalismo rancio y machista ha empezado en la mugre, la tierra y el cemento. El lobby feminista ha nacido, mal que le pese al autodenominado feminismo liberal, en los barrios y los pueblos.