Sidney Poitier, un actor que hizo historia y rompió barreras

Fue el primer actor negro ganador de un premio Óscar como protagonista. Experimentó en vida el racismo expuesto en sus películas contra el que combatió. Ha muerto a los 94 años.

Sidney Potier en un cartel promocional de la película "En el calor de la noche" (1967).

El Oscar de Poitier al mejor actor obtenido en 1964 por "Lirios del campo" (1963), un alegato por los derechos civiles en Estados Unidos, lo convirtió en una figura respetada en Hollywood y más allá. "Porque ha sido un largo viaje para llegar a este momento, estoy en deuda con un innumerable número de personas", dijo al recoger el galardón. Hasta ese momento, solo una actriz afroamericana se había alzado con un Óscar, a Mejor Actriz Secundaria: Hattie McDaniel por su papel en "Lo que el viento se llevó", 24 años antes.

"Desde que apareciste en nuestras pantallas hace más de 60 años, tu talento e integridad han roto barreras e inspirado al público en todas partes", dijo la actriz Angelina Jolie en los Premios de la Academia en marzo de 2014, cuando ella y Poitier entregaron el trofeo al mejor director. James Earl Jones, Robert Townsend y Quincy Jones fueron algunos de los que lo citaron como inspiración.

Poitier fue aclamado por primera vez encadenado a Tony Curtis como un presidiario en el thriller carcelario de Stanley Kramer "Fugitivos" (1958). Curtis insistió en que Poitier recibiera la misma facturación por su trabajo. Ambos fueron nominados al Oscar al mejor actor, dividiendo los votos, y David Niven se llevó el premio por "Mesas separadas". Unos años antes, en 1955, consiguió su primer papel principal en la película "Semilla de maldad", con Glenn Ford como protagonista.

A partir de las nominaciones a los Oscar, su carrera despegó. Pudo elegir con mucho cuidado los guiones y su fama quedó reforzada con "Adivina quién viene esta noche" (1967) en la que presenta a Poitier y Katharine Houghton como una pareja interracial que intenta persuadir a sus renuentes padres, interpretados por Katharine Hepburn y Spencer Tracy, para que acepten sus planes de casarse. La cinta dirigida también por Kramer, una comedia romántica con el conflicto racial de fondo estrenada el mismo año cuando se produjeron los disturbios raciales en Detroit, fue nominada al Oscar a la mejor película, y Hepburn ganó el premio a la mejor actriz.

Otras dos películas ayudaron a hacer de 1967 un año lleno de acontecimientos para Poitier. Interpretó a un profesor que trata con estudiantes rebeldes en la producción inglesa "Rebelión en las aulas" de James Clavell. Como detective de Filadelfia en un caso de asesinato en el sur profundo y racista de EEUU, Mississippi, en "En el calor de la noche", de Norman Jewison, pronunció la frase "They call me Mister Tibbs", que se convirtió en el título de una secuela.

También ejerció como director, trabajando en 1974 con Harry Belafonte y Bill Cosby en "Sucedió un sábado" y con Richard Pryor y Gene Wilder en "Locos de remate" (1980). En 2002 recibió un Óscar honorífico por su carrera y entre su larga lista de premios cuenta con Bafta, Globos de Oro y Grammy. También publicó tres libros de memorias y una novela. Entre 1997 y 2007 sirvió como embajador bahameño no residente en Japón.

En 1995, el Kennedy Center en Washington honró a Poitier como "el primer negro en convertirse en un héroe para el público blanco y negro" y por ayudar a cambiar "actitudes raciales obstinadas que habían persistido en este país durante siglos". En su vida, luchó contra los prejuicios en una sociedad racista, en la que los grandes estudios querían evitar por todos los medios enfadar al público ultra y segregacionista

"Había racismo"

Hijo de productores de tomates en las Bahamas, Poitier nació prematuramente en Miami el 20 de febrero de 1927. Sus padres, Reginald y Evelyn Poitier, habían ido a Florida a vender tomates cultivados en su granja. Poitier regresó a las Bahamas con sus padres unos meses después.

En su adolescencia fue arrestado por un delito menor, por robo. Después de que enviaron a un amigo al reformatorio por robar una bicicleta, los padres de Poitier lo enviaron a los 15 años a Miami para que viviera con un hermano mayor. Viniendo de un entorno rural negro, Florida resultó "un shock", dijo en una entrevista de 2008. "Me presentaron a un sistema que no tenía espacio para mí". "Había racismo, había una separación de personas por motivos de color", apuntó. "Descubrí en mis primeros días allí que no podía ir a ciertos lugares".

Después de varios problemas generados por policías blancos, tomó un trabajo cerca de Atlanta y en seis semanas ganó un pasaje de autobús a Nueva York, donde trabajó como lavaplatos. Allí vivió en Harlem. Tras mentir para conseguir un trabajo en la Armada en 1943, hizo todo tipo de empleos, para pagarse las clases de interpretación.

En 1945, respondió a un anuncio de actores del American Negro Theatre. Su audición fue un desastre. El codirector del teatro, Frederick O'Neal, dijo que no podía leer ni pronunciar sus líneas y lo echó, diciéndole que buscara trabajo como lavaplatos. Pero Poitier no se desanimó y consiguió una radio y durante meses imitó a los locutores y a otras personas que escuchaba. Aceptó un trabajo en un restaurante, donde dijo que un viejo camarero judío, al verlo luchar con un periódico, lo ayudó a aprender a leer.

Sidney Poitier "fue reflejo de los tímidos cambios raciales que comenzaban a experimentarse en Hollywood", según apunta en un artículo en Naiz el especialista en cine y series de televisión Koldo Landaluze. Un actor "en tiempo de derechos civiles".

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