Madres de Altsasu: “Que el juicio fuera público nos ha beneficiado porque se han podido ver las vergüenzas de la Audiencia Nacional”

Las madres de Ainara Urkijo y Jokin Unamuno, dos de las personas condenadas por la AN en el caso de Altsasu, vinieron esta semana a Zaragoza para hablar sobre la endeble situación de los derechos civiles y políticos en el Estado español. Junto con la plataforma de familiares Altsasu Gurasoak, Edurne Goikoetxea e Igone Goikoetxea llevan 19 meses luchando para que los ocho jóvenes de Altsasu no sean condenados por la trifulca que se produjo el 15 de octubre de 2016 en la localidad navarra.

De izquierda a derecha, Igone Goikoetxea, Edurne Goikoetxea y la hermana de Jokin Unamuno Foto: Pablo Ibáñez

Llevamos tiempo siguiendo el caso de Altsasu y durante todo este tiempo, lo que más nos ha sorprendido es la calidez humana que hay en toda esta historia. Pese a lo político de la situación, al final vemos a unas madres y unos padres luchando por la libertad de sus hijos e hija y para que se haga justicia. Por este motivo y aunque no os conocemos de nada, nos gustaría empezar con la siguiente pregunta: ¿Cómo estáis anímicamente?

Edurne Goikoetxea: Yo soy la madre de Ainara que es la única chica, la única que queda fuera. Anímicamente estoy con el subidón de la manifestación en Iruñea, con el cansancio de año y medio, con el miedo metido en el cuerpo y con la sensación de que tengo a mi hija en casa y puedo estar un poco más centrada de lo que pueda estar Igone que hace un año y medio que tiene a su hijo en la cárcel.

Igone Goikoetxea: Yo soy madre de Jokin que está en la cárcel desde hace 19 meses. Lo de las manifestaciones, las concentraciones, nos da un subidón que nos dura un poco de tiempo y nos hace salir para adelante. Lo de Iruñea fue muy gordo y los chicos también se enteran. Esa es la sensación: a veces hacia arriba, a veces hacia abajo. La solidaridad nos da el ‘punch’ que necesitamos.

¿Y vuestra hija y vuestro hijo cómo se encuentran?

EG: Yo se que ahora mismo mi hija está mal. Está con una apariencia de normalidad, pero cuando estás un poco con ella ya ves tú que no está bien. Por un lado, está con el miedo, porque la fiscalía ha hecho una petición para que se contemple de nuevo el terrorismo en la sentencia. Por otro lado, está mal porque cuando parecía que podrían salir los tres chicos que estaban en la cárcel se han llevado a los otros cuatro... Hemos pasado unos días de mucha angustia. Una sensación muy jodida.

IG: Jokin no puede sentir esa cercanía de la gente de la calle que nosotras sentimos. Pero bueno con todo lo que hemos pasado, está bastante bien y tranquilo. Tiene sus subidas y sus bajadas; en casa dependemos mucho de cómo está él, si mejor o peor. Pero bueno es una persona que tiene la cabeza sensata, que tiene la cabeza en su sitio.

Después de tantos meses, la situación forma un poco parte de tu vida, de tu cotidianidad. Tu vas intentando hacer las cosas que puedes y estar con la gente e intentar socializar todo lo que puedes para intentar hacer que se sepa lo que ha pasado y las barbaridades que están sucediendo. Ellos están allí y siguen intentando adaptarse y vivir su vida en la prisión.

¿Después de la sentencia, vuestra lucha en qué momento se encuentra?

IG: En la misma que antes, estamos totalmente igual. Ellos estaban muy desesperanzados por lo de terrorismo y en la sentencia lo quitaron. Entonces lo que Jokin siempre dice es que a partir de aquí tenemos oportunidad de hacer todos los recursos y que las cosas a más no van a ir, que todo lo que consigamos será para rebajar las penas. Eso es lo que nos anima a seguir luchando.

EG: Yo lo que veo es que esto es una contrarreloj que nos está perjudicando. Por que dicen: ya se verá, pero el tiempo va en contra nuestra, especialmente en contra de los que están encarcelados. Ahora mismo, visto como fue el juicio, visto que es lo que ellos dicen y lo que tienen no nos vale otra que la libertad, porque negamos la paliza, negamos la agresión, negamos linchamiento y negamos todo. Nosotros desde un momento dijimos que era una trifulca de bar y lo que se puede apreciar en el video (vídeo grabado por el móvil de Iñaki Abad) de los momentos posteriores, cuando llegaron los forales, demuestra que es una trifulca de bar. Es más, se ve a algunos encausados con el sargento, se ve cómo en ese momento no identifica a ninguno y se ve cómo se va a otro bar a buscar a otra gente. Es todo un despropósito. No podemos parar hasta ver a los ocho libres y en la calle.

¿Creéis que después de las dos manifestaciones tan masivas que ha habido en Iruñea se va a rebajar en algo la condena de vuestros hijos e hija?

EG: Ya sabes que los muros de la Audiencia Nacional son muy gordos. Pero esperamos que hayan tomado nota y que entiendan que a medida que la gente conoce el caso no admite la injusticia. Al principio solo estaba el relato de que eran culpables de todo porque los grandes medios nos están tratando muy mal y ahora, poco a poco y a base de llegar a grupos pequeños , estamos consiguiendo que se genere una opinión pública diferente. La Audiencia Nacional también debe valorar si está dispuesta a asumir ese coste social. Nosotros no vamos a parar desde luego, donde nos quieran escuchar iremos a contarlo.

¿Habéis notado un cambio en la opinión pública?

IG: Sí, muchísimo. Cuando empezamos hace 19 meses la gente en cuanto veía la palabra terrorismo automáticamente te cerraba las puertas. Nos ha costado, ha sido un trabajo muy de todos los días, de toda la gente que estamos y de poco a poco. Ahora cuando ves la manifestación del otro día, dices: es verdad, hemos llegado a muchos sitios. Las redes sociales han sido muy importantes. Tienes contactos con muchísima gente. De Andalucía, Galicia... de muchísimos sitios. La gente está enterada y está un poco rabiosa. Porque esto es lo mismo que la política contra los raperos, contra los derechos civiles y políticos. Es una injusticia total, un montaje, ni más ni menos.

EG: El día posterior a los hechos no contábamos prácticamente con el apoyo de nadie. Empezaron a decir que esto era un tema político de terrorismo asociado a la izquierda abertzale. Ha sido una gota malaya en la que tenemos que agradecer parte de la situación actual a los medios no masivos y a las redes sociales. Hemos ido llegando a la gente en un trabajo de a gota a gota. Ahora tenemos el abanico absolutamente abierto porque en los sitios en los que hemos estado, aunque los representantes políticos y sindicales no hayan venido, las bases, la población que apoya a esos grupos si que estaban. La gente que nos ha escuchado la verdad es que se da cuenta de que a lo mejor le faltaban datos, de que a lo mejor no conocía toda la verdad. Que el juicio fuera público, con todo el miedo que te da porque puedan aparecer las caras de tus hijos en todos los medios de comunicación, creo que nos ha beneficiado porque se han podido ver las vergüenzas de la Audiencia Nacional, del Estado y de la propia Guardia Civil. No han cuidado ni siquiera su relato. Los peritos que están usando tienen unas contradicciones que no se entienden. No se puede entender que no hayan comprobado la agenda de los móviles de nuestros hijos para decir si eran un grupo o no… si tú en tu agenda no tienes el contacto de alguien es muy difícil que sea de tu círculo... no habían hecho ni el trabajo necesario para hacer un montaje bien hecho. Con la brocha gorda pensaban que les valía.

Edurne Goikoetxea y Igone Goikoetxea. Foto: Pablo Ibáñez
Edurne Goikoetxea y Igone Goikoetxea. Foto: Pablo Ibáñez

¿Os da alguna confianza el cambio de gobierno que se ha producido hace poco?

EG: Por los hechos lo veremos. Nosotros apriorismos nada. Creemos que el fiscal ha corrido para presentar su recurso, casi antes de plazo. Esa prisa igual nos indica que no quiere que le afeen su acusación, que quiere volver a poner el terrorismo antes de que le digan algo.

¿Hay posibilidad de que se vuelve a hablar de terrorismo?

EG: El fiscal ha hecho el recurso volviendo al principio y se va a juzgar en la Audiencia Nacional, en la sala de apelaciones.

IG: Casualidad la crearon el año pasado con dos jueces muy cercanos al Partido Popular y es allí donde va a ir el recurso. Sin embargo, le vemos pocas posibilidades, pero si lo admiten volveremos al juicio por terrorismo. Siempre te queda ese miedo y piensas: ¿no será verdad? Pero estamos así desde el minuto uno... Esto no puede ser, seguro que algo va a pasar, ya hemos llegado hasta el fondo, fijo que no nos pueden hundir más, pues sí...

Hemos pedido la libertad condicional hasta seis veces y no la han concedido de ninguna manera por riesgo de fuga... Hay cosas muy contundentes en la instrucción misma. La instrucción decía que como los chicos tenían arraigo, las familias íbamos a ayudar a que se fugaran y por eso debían estar en la cárcel. Por eso y porque según decían, podía reincidir.

No hubo manera. Sacaron a cuatro con los mismos años de imputación que los que estaban en prisión y pensamos que saldrían el resto. Hasta abril nos pasamos esperando el juicio y nos decían que como total el juicio iba a ser pronto no les iban a dar la libertad a los tres que estaban en cárcel.

Luego la sentencia ha salido rapidísima y creemos que es por la moción de censura (2 de junio). La sentencia está mal escrita porque es una sentencia que no se esperaba hasta tan pronto.

EG: A los cinco días de la sentencia deciden que los chicos tienen riesgo de fuga y hacen ese montaje ochentero para llevárselos con furgonetas (5 de junio) a las 9.00 horas cuando entraban los niños a los centros escolares... fue otra vez una puesta en escena para volver a los términos anteriores, a los años del “todo es terrorismo”.

El día de la detención hubo mucha tensión en Altsasu ¿Cómo está viviendo el pueblo todo el juicio?

EG: Altsasu se sintió desde el primer momento dolida y machacada porque se hizo un relato del pueblo que no se corresponde para nada con la realidad. Parecía que estábamos en Kosovo en los años de la guerra. En las primeras detenciones entraron 20 furgonetas a tomar el pueblo en un día de fiesta. Hemos tenido todas las televisiones, cámaras ocultas en el pueblo, hemos tenido a una parlamentaria del PP paseándose con 13TV por el pueblo a ver si la gente le decía algo. La gente está ofendida, dolida y desde luego triste. Los ocho se han hecho un poco los hijos de todo el mundo y todo el mundo te pregunta por cada uno de ellos, por su situación.

La actitud del pueblo ha sido encomiable. No ha habido amenazas ni hostigamiento, ni nada de todo lo que se ha dicho. Eso hay que remarcarlo, porque nos han intentado meter en una bola en la que el pueblo acosa y el pueblo no acosa. La verdad es que cuantas más burradas se dicen del pueblo, más piña se está haciendo.

IG: No ha sido solo a los chavales que les han detenido. Al día siguiente, todas las madres decían: ¡Ay pues podría haber sido mi hijo porque se fue cinco minutos antes del bar! Desde el principio todo el mundo sabía que lo ocurrido esa noche estaba preparado. Es la típica riña en un bar cuando hay tres días de fiesta. Podrían haber sido los hijos de cualquiera y eso es lo que desde el primer día teníamos a nuestro alrededor. Durante el juicio hemos aguantado de todo. A los de Altsasu nos llamaron “cavernícolas violentos” desde COVITE. Siguen con las mismas, el relato que presentan los medios generalistas es el de un pueblo que no existe. Según dicen Altsasu es un pueblo donde los radicales son quienes manejan todo y los demás estamos todos callados.

Igone Goikoetxea. Foto: Pablo Ibáñez
Igone Goikoetxea. Foto: Pablo Ibáñez

En la manifestación del sábado, las familias propusisteis a los agentes políticos, sociales, culturales, académicos, jurídicos e institucionales la creación de una “Mesa para la regeneración democrática y la recuperación de derechos y libertades”. ¿Qué función tendría esta Mesa? ¿Habéis tenido ya alguna respuesta?

EG: La idea es que esto ya ha trascendido a nuestros hijos e hija. Esto es un grito para pedir justicia y para que no se nos maltrate por el hecho de ser de donde somos o de pensar como pensemos. Lo que hace falta es que haya un organismo un poco más arriba que nosotros que gestione todo el capital que se ha recogido y que funcione para que lo que ha sucedido, la vulneración de derechos no pueda ocurrirle a otra gente. Hay gente que nos usa como referencia y aunque en el pueblo tenemos una asamblea que trabaja muchísimo con nosotros y que sin ella no hubiésemos llegado a muchos sitios, lo cierto es que ahora ya empieza a venirnos grande todo este tema; nos ha trascendido.

¿Habéis recibido alguna respuesta de alguien a la propuesta?

IG: No ha dado tiempo, pero si que se ha hablado ya con algunos sindicatos. Lo cierto es que en cosa de ocho años nos han quitado todo lo que nuestra generación había luchado. La gente mayor se está movilizando muchísimo. Estuvimos en el 75... lo que luchamos entonces para que en dos momentos y sin darte cuenta te han quitado todo. Se ha generado un movimiento y es importante canalizarlo. Nosotros no podemos, somos personas normales como todo el mundo con el añadido que tenemos a nuestros hijos en cárcel. Yo creo que ha trascendido y ahora hay que luchar por la no vulneración de los derechos civiles y políticos. Creo que son las mismas instituciones las que tienen que controlar al Gobierno. Esa es un poco la propuesta y el debate.

EG: Hay un tema que funciona como cebo que es la ley 573.1, la ley antiterrorista que se hizo para el yihadismo y que nunca se ha usado en casos de este tipo. Nosotros no podemos plantear que cambien esa legislación, no somos un agente lo suficientemente grande. Pero esa puerta, como haga jurisprudencia con nuestros hijos e hijas, puede afectar a cualquier que sea contestatario. Es una ley muy ambigua y alguien tiene que plantear si se reforma, se analiza, se modifica o se presenta en Estrasburgo como una ley que vulnera derechos. Nosotros no debemos ser porque a nosotros esto nos está trascendiendo. Uno de los objetivos es que se analice muy bien lo que dice esa ley y no sea un saco en el que se meta a toda la disidencia.

El de Altsasu es el único caso que actualmente está bajo esa ley y puede sentar jurisprudencia. Una ley que todavía no tiene sentencia es más difícil de implementar, pero con este caso se abre una puerta.

Edurne Goikoetxea. Foto: Pablo Ibáñez
Edurne Goikoetxea. Foto: Pablo Ibáñez

Conocemos bien las irregularidades en el proceso del caso Altsasu en la Audiencia Nacional. ¿Cuál es el origen?

EG: ¿Preguntas por la conjunción? Te comento: La Guardia Civil ya no tiene apenas competencias en el País Vasco. Por lo tanto, tenía que ser en Navarra, y tenía que ser en la mitad del norte de Navarra y tenía que ser en un pueblo al que le tuvieran ganas, donde se realizan actividades en contra de la propia Guardia Civil, donde la base social no les acepta. Entonces prepararon la operación y pensaron en tres, cuatro pueblos, pero no más. Tenía que caer en uno de esos pueblos. Altsasu es el corazón de Sakana, somos un pueblo en general bastante organizado. Fue el pueblo que más insumisos encarcelados tuvo de todo el Estado. Es un pueblo que les venía muy bien para defenestrarnos del todo.

IG: Altsasu está justo entre Gipuzkoa, Álava y Navarra. Siempre hemos estado un poco dejados y culturalmente es cierto que somos más parecidos a los vascos que a los de Tudela o Zaragoza. Siempre hemos tenido una población muy industrial. Es una población en un valle que cuando gobernaba UPN estaba dejado de la mano de dios. Como si no existiéramos. Eso ha generado respuesta política.

EG: A pesar de eso, es un pueblo que creció en tamaño porque por allí pasaba la N-1 y la principal vía del tren. Desde los años 60 ha asumido un montón de población migrante. En los 60 fueron gente de Extremadura, Andalucía y Castilla y ahora es gente que viene de África o Latinoamérica. Creo que en el fondo lo que les molesta es que esa población esté tan integrada. La gente que ha venido y ha vivido en el pueblo se sorprende de que digan que Altsasu es xenófoba o racista.

Para terminar con una nota de color: ¿Cuál es el mejor momento que habéis vivido en este año y medio?      

EG: La solidaridad de las manifestaciones. La gente que te para por la calle para darte besos. Besos creo que hemos dado para toda la vida. Luego con el grupo de Altsasu Gurasoak, igual discutes en algún momento, pero cuando hay una mala noticia, la inercia nos lleva a juntarnos. Ese arrope ha hecho que cambien mucho nuestras relaciones personales. Gente que nos conocíamos pero que ahora forman parte de tu día a día de una manera muy integrada. Yo siempre digo que es una pena conocer a la gente que estamos conociendo en unas circunstancias tan jodidas.

IG: El mejor momento es cuando la gente te da ánimos. Personas que quizás no tenemos la misma ideología, pero compartimos un objetivo común. El resto del tiempo estás esperando a ver qué pasa y no te dejan respirar ni dos días. Pero bueno, también pasamos buenos momentos, ya nos reímos. No nos van a quitar la sonrisa.

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