Desde que a finales de los 90 una inspección de la UEFA señalara las múltiples carencias del viejo estadio zaragozano, La Romareda ha ocupado cíclicamente el debate público de la capital aragonesa. Un debate que poco tiene que ver con lo estrictamente deportivo y mucho con los intereses económicos y diseño de ciudad que siempre se encuentra tras ellos. Un asunto de gran interés para las elites que manejan los suelos de la ciudad como si de una partida de Monopoly se tratara. Para entenderlo mejor es necesario hacer una pequeña cronología de cómo han ido evolucionando los proyectos relacionados …
